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Piedad o oscuridad

Deje lo más delicadamente el cuerpo de Lay moribundo apoyado en el frío suelo, le eche un ultimo vistazo a la sonrisa que me dedico antes de desfallecer.

-¡¡Te voy a matar Fress!!

Ataque a Fress que aun seguía en mascarada, ella intento darle fin a mi vida, ya que pensó que simplemente me arroje a la deriva hacia ella, pero cuando su hacha paso a centímetros de mi cara, le rebane de un simple corte su brazo, que salió volando de su cuerpo aun sosteniendo su hacha.

Los gritos de esa mujer en este momento eran un placer para mi, siguiendo su melódica voz, la ataque esta vez a su cara cortando esa mascara de mierda con la que ocultaba su rostro, el corte también le dejo una cicatriz en su ojo derecho que estaba seguro que fue lo suficientemente profundo como para que lo perdiera.

-¿Qué sucede Fress?, te quedaste sin palabras, pensaste que me dejaría matar cuando me traicionaste, tú peor error mujer fue no asegurarte que perdiera la vida. - ladre.

-Desde que llegaste, tú solo causaste problemas...

Con el mango de mi daga le golpeé la cara interrumpiendo los reclamos de esa descarada persona.

-Si perra, admito que soy un problema andante.

La cantidad de sangre que estaba perdiendo Fress era enrome, ella ya tenia un pie sobre la tumba.

-Ya mátame de una vez Gran, te lo suplico. - Pedía en suplica Fress.

-No vuelvas a decir mi nombre con esa puta boca tuya, pero si eso quiero, aunque matarte seria una recompensa para ti Fress.

Me acerque a ella y le di una patada en su rodilla provocando que se la hundiera, fracturándosela en mil pedazos.

Ella grito de dolor, su rostro se retorcía mientras a suplicas pedía que acabara con su vida.

-Gran... detente... tú no... eres así.

Willfest atendía a su hija con un rostro al borde de las lagrimas, mientras la sostenía en su brazos.

Lay hablaba casi inconsciente, tal vez eran reflejos en su mente o no, pero me hacia pedazos verla.

Le hable al oído a Fress solo para que me escuchara ella.

-Si no te mato, es solo por Helen y Finley, pero espero que tengas una muerte dolorosa mientras te desangras, así que si quieres vivir arrástrate por tu vida como el gusano que eres.

Roy se acerco iracundo a Fress para matarla, yo agarre su brazo para impedírselo.

-Deja que la cerda muera chillando Roy, quiero matarla tanto como tú, pero simplemente la muerte rápida seria un regalo para ella.

Roy resistió su impulso de matártela tanto como yo, cuando puede abandonar la ira que estaba sintiendo, recibí una súbita descarga en todo mi cuerpo como si se tratara de un calambre gigante que casi me hizo caer el piso, pese a eso me resistí y fue a ver a Lay.

-Lay te suplico que que no mueras, por favor.

Ella estaba sangrando mucho más que Fress, la herida probablemente le habia abierto hasta el estomago.

-Gran tienes lo que viniste a buscar. - Grito Willfest apurado.

Le asentí a Willfest casi por reflejo, toda mi preocupación estaba en Lay, que incluso aunque esperara un milagro, ella ya estaba prácticamente muerte.

-Ustedes, encárguense de todo esto, Gran, Roy tenemos que llevar a Lay rápido a un matasanos.

Willfest rajo su ropa agarro a Lay, y amarro su vientre en donde estaba la herida para evitar que no saliera tanta sangre, aunque era inútil, porque la sangre brotaba por todos lados, con mucho cuidado, la sentó adelante de el en el caballo, y cabalgamos rápidamente, dejando un mar de cadáveres en el poco tiempo que estuvimos ahí.

Un fuerte energía interrumpió mi meditación nocturna, un Mayus a lo lejos contaminado como el mío lo habia sido tantas veces por mi odio y mi venganza, pero este era algo distinto, era siniestro sin ningun control, como si nunca hubiera aprendido a tenerlo, cada animal del bosque salió despavorido, los niños de nuestra tribu nómada comenzaron a llorar de miedo, incluso yo estaba preocupada.

-Velaria creo que es mejor movernos, ese mayus no pertenece a ninguno de los nuestros.

Lifil nuestro mejor explorador, daba su opinión al respecto, de hecho decía lo más sensato, pero habia algo que nadie estaba considerando.

-Si no conocemos ese mayus Lifil, significa que pueden que queden algunos de los nuestro con vidas, tal vez hay más de nosotros por ahí.

-Puede que tengas razón Velaria, pero sea quien sea ese desconocido creo que seria mejor evitarlo, hazme caso aunque sea por esta vez, te lo pido sobre todo por los niños.

Dude un segundo, pero en este momento los nuestros eran más importante.

-Muévelos a todos, nos moveremos cerca del río y adelantaremos nuestra partida al norte en tres días Lifil.

-Gracias Velaria... ya lo oyeron todos, a moverse, empaquen rápido, lo que sea lastre déjenlo tirado por ahí.

Todos los largovivientes comenzaron a moverse y a recoger sus cosas rápidamente.

Velaria de apoco se fue alejando del grupo sin que la vieran para poder hacer todo lo contrario que habia dicho, ir a ver que estaba pasando, una vez todos comenzaron a moverse ella se fue del lugar.

Me moví rápidamente entre los arboles, no tomo mucho tiempo ocupando mi mayus para fortalecer mis piernas, entonces al cabo de una hora habia llegado al ultimo lugar donde sentí ese mayus corrupto, pero lo que me encontré fue algo hermoso a mi vista, sea quien sea que haya dejado ese mar de cadáveres Orcus merecía un elogio mío.

Pero solo veía tres humanos juntando a esos cadáveres, ni rastro de quien habian matados a estos orcus.

Mis sensibles oídos captaron el sonido de una mujer agonizando, mientras se arrastraba como una vil lombriz.

-Veamos quien eres.

La mujer iba a morir de todas maneras, pero para que acabar con su sufrimiento, al final estos se merecían morir de la peor forma posible.

Decidí irme de aquel lugar antes de que notaran mi ausencia mis compañeros, así que vi por una ultima vez a esa mujer que gritaba desesperada y abandone el lugar.

Llegamos a Dublín en tiempo récord, nos demoramos un poco más de medio día en llegar, pero sacrificamos a todos los caballos en el camino, que murieron por ataque cardiaco por el sobre esfuerzo.

Lay de milagro aun se mantenía con vida, pero su pulso era cada vez más débil, Willfest se metió a la casa del matasanos Boris como un demonio y lo saco casi arrastras para que atendiera a Lay, el mismo matasanos quedo pálido al ver a mi querida amiga, solo quería que viviera no me importaba como, simplemente ella no podía terminar su camino aquí.

Finalmente atendieron a Lay en su pieza, luego de unas horas a solas con el matasanos, el salió lleno de sangre.

-Coci su herida, pero... no esperen mucho probablemente morirá esta noche o en los próximos días, lo lamento sir Willfest. - Dijo el matasanos Boris.

Me acerque a Boris, lo agarre de ese mantel que tenia lleno de sangre.

-Se lo suplico, sálvela, hare lo que sea, por favor, créame lo que quiera. - decía entre llantos.

-Lo lamento muchacho, a perdido mucha sangre, su órgano esta abierto por dentro, no es mucho lo que pueda hacer, le di un poco de leche de amapola para mantenerla sedada, recomiendo darle una gota para que no sienta dolor, sir Willfest.

El sir asintió sin decir nada más, estaba seguro que estaba roto por dentro, Roy llevaba haciendo un desmadre en la cocina desde que llego, pero creo que era la manera en que soltaba toda su frustración.

Entre a la habitación de Lay para verla, ella estaba pálida, yo era el idiota más grande, enserio lo ultimo que hice con ella fue estar alejado por una estupidez que realmente fue mi culpa, eso iba hacer lo ultimo que compartí con ella, esa perra de Fress... yo vi salir a Helen el mismo día que Magnus me comento todo lo de la torre, ella debía haber sabido algo... esa puta familia hasta cuando va a hacerme trisas.

Le di un beso a Lay cerca del labio, le agarre la mano que estaba heladísima.

-Volveré enseguida a ti.

Fui al pasillo para ver a un solitario Willfest destrozado, me acerque a él aunque no sabia que decirle.

-Gran, no te culpes de nada, tú no tuviste la culpa de esto muchacho. -Dijo Willfest mal anímicamente.

Esas palabras pesaron mucho en mi que llevaba desde que nos devolvimos culpándome por todo.

-Voy a salir por un momento volveré enseguida Will.

-Al menos límpiate, estas lleno de sangre.

No escuche las ultimas palabras de Willfest, pero estaba hasta la puta, sin duda Helen sabia algo, e iba ir por respuestas.

Me dirige directamente a la casa del placer de Madan Felia.

Muchos guaridas se asustaron por verme lleno de sangre, incluso uno intentaron detenerme, pero cuando me reconocieron desistieron de hacerlo, además debía estar llevando un rostro teñido en odio.

Luego de una larga caminata ya estaba a las puertas del prostíbulo.