Yoongi & Taehyung
La junta en la que citaron a Yoongi tomaba más de lo planeado. Si no quería levantar sospechas debía irse en los próximos veinte minutos. No es como si la junta fuese importante. Siempre repetían la misma mierda una y otra vez. Las preguntas para el infiltrado siempre son las mismas "¿Te aseguraste de que encontraran los archivos?" "¿Los has desviado un poco?" "¿Eres cercano al presidente?" "¿Ya encontraste alguna debilidad?". Incluso cuando contestaba le regañaban. Decían que su actitud desinteresada debía desaparecer, que debe mostrar más respeto a aquellos mayor que él, que no puede simplemente hace río que se le pegue la gana.
—Ustedes no son lo que están ahí dentro— Yoongi habló desinteresado—. Dejen de joder y yo haré mi trabajo. Ahora, si eso no les gusta, siempre pueden hablar con Oliver. ¿No fue él quien me puso a mí, personalmente?
—Calma a tus perritos— dijo un hombre cuyo nombre Yoongi no sabía, no es como si le interesara saberlo—. Escuché que ayer un grupo de idiotas invadió la fiesta de Kim Jongkook. Más te vale darles un hueso que los entretenga o que Liam Oliver te tenga como favorito me valdrá un kilo de mierda y te haré pagar por ello.
Yoongi lanzó un cubierto hacia el hombre. Le molestaban sus palabras. El cuchillo aterrizó en el hombro del hombre haciendo que este lanzara un pequeño grito de dolor.
—Intentalo— retó Yoongi muy tranquilo—. No durarás ni dos minutos. Se terminó la junta— indicó.
Cansado de estar con gente que seguro no recordará mañana, Yoongi salió de una habitación privada dentro de un bar popular en el centro de Seúl. No sabía que, de haberse quedado un poco más de tiempo se podría evitar encontrarse a un chico rubio que había escuchado lo suficiente como para saber que Yoongi era un doble cara. Taehyung miraba atento a Yoongi desde un costado del marco de la puerta. Bebía una piñada, lo cual viene siendo una piña colada sin alcohol porque no es buen bebedor. Yoongi abrió los ojos lo más que pudo. Lo habían descubierto.
—Yo quiero— habló Taehyung.
Con un movimiento de cabeza, Yoongi le indicó que se fueran de ahí. Era lo mejor. Si alguien se llegaba a enterar que lo habían descubierto, entonces era seguro que le pondrían precio a su cabeza. Salió del bar mientras se ponía un cubre bocas negro y se refugiaba del frío viento en su abrigo del mismo color. Taehyung seguía detrás de él. No pretendía desobedecer al mayor, quiere algo de él así que no le conviene sacar su mal temperamento.
Yoongi se sentó en la banca de un parque con poca luz dejando espacio libre para que se sentara el rubio. Taehyung se sentó aun bebiendo del popote de su bebida.
—¿Qué quieres?— preguntó Yoongi referente al comentario anterior de Tae.
—Ir contigo— respondió como si no fuera algo importante—. Eres del clan que buscamos, ¿no? Quiero entrar.
—No— cortó Yoongi—. No te aceptarán. Mucho menos si les digo que eres de la LOA. Me van a colgar. Es imposible que no vean tu estúpida matricula, la tienes en el antebrazo.
—Estoy cansado, Min— confesó—. Mi padre me dice que debo enfocarme, dejar de hacer berrinches, al menos poner algo de esfuerzo. Namjoon solo me pide que trabaje duro. Parker al menos se preocupa un poco, pero parece solo elogiar mi personalidad. Cuando entrenábamos yo era quien terminaba en el piso, yo era quien salía con cicatrices, yo era una mancha en la familia. Ni siquiera mi madre hizo algo para hacerme sentir mejor. Prefirió ir a comprarse ropa, fumar, hacerse mil cuidados para la piel— se giró a verlo—. Tú eras increíblemente bueno incluso antes de entrar, ahora eso tiene sentido. Si tú eres así de bueno, yo también quiero serlo. Ya no me dejaré de gente a quien no le importo lo suficiente.
—¿Crees que acá es diferente?— bufó Yoongi seguido de una pequeña risa—. No le importarás a nadie, si te mueres ni siquiera recordarán tu nombre, si sales herido ya sabrás tú cómo te las arreglas. A menos que seas de los favoritos del cabecilla, tu muerte dentro del Clan está garantizada.
—Hmm, me pregunto qué pensarán todos cuando les cuente esto. Min Yoongi de hecho trabaja para el enemigo, los ha tenido a todos engañados, ha hackeado los ordenadores para filtrar información, pasa archivos de la LOA hacia sus superiores, y no sería de extrañar que fuera el culpable de las muertes de varios agentes con tal de llevar su cometido a cabo. ¿Por qué no vamos a averiguarlo?— preguntó con una sonrisa infantil.
Lo chantajeaba. Taehyung no es el chico bobo que Yoongi creía. Sabe bien lo que hace. Encontrar rápidamente la debilidad de un adversario es lo que mejor hace este chico. Yoongi podría perder sin importar el camino que tomara. Podría perder ante la LOA o perder ante Liam Oliver. Tal vez este segundo se apiade de él por todos sus años de servicio. Además jamás causó un problema. Una vez que Taehyung esté con él, cantará como un canario.
🌪🌪🌪
Taehyung se las había arreglado para salir de su habitación y que Parker no lo notara. Su hermana cayó rendida en su cama. De seguro estaba cansada porque al siguiente día sería la misión. Quiso abrir la puerta para verla, pero luego recordó los dos puntos tatuados en su oreja izquierda y se metió del lugar para buscar a Yoongi. Escuchó que estaba en el gimnasio del edificio, así que ese sería al primer lugar al que iría.
Efectivamente, Min Yoongi seguía en el gimnasio. Tenía su cabeza entre sus manos. Se veía desesperado, abrumado, arrepentido. Esto hizo que el menor frunciera el ceño.
—No estarás pensado en echarte para atrás, ¿cierto?— preguntó Taehyung bajando las escaleras para llegar a su compañero.
—No es como si pudiera— respondió Yoongi entre dientes—. Ya me tienen en la mira— rió—. Si me atrevo a voltearme, de seguro que Liam Oliver lo rompe todo.
—¿Es por mi hermana? Creí que pensabas dejarla, ¿no es eso lo que me dijiste?— estaba confundido, pero de cierta manera sabía que Yoongi no pretendía hacerlo.
—¡Por una mierda!— gritó golpeando repetidamente el saco de boxeo—. Tu hermana es lo único que me importa ahora. Pero no quiero que le hagan daño. Que a ti ya no te importe un bledo es una cosa, para mí eso no aplica. Solo hago esto para que no le toquen un pelo.
—¿Ah, sí?— la voz de Taehyung salió hostil—. No es que ella ya no me importe un bledo, solo prefiero ver por mí en vez de vivir en su sombra. Me robó a mi padre, a mi hermano, y el reconocimiento que debí tener. La recibí con los brazos abiertos. Ahora puedo hacer loq ue se me pegue la gana y no voy a dejar que mandes eso a la mierda solo porque traes los perros por mi hermana.
—Cuida bien cómo me hablas, niño— escupió—. Podrás estar resentido y todo lo que quieras, pero llegará un momento en tu vida en el que harás algo tan estúpido que ni siquiera ella podrá perdonarte— lo empujó—. Te odiará, y ese será tu final porque sabrás perdido a aquella persona a quien le importas lo suficiente.
—Solo asegúrate de no dejarte llevar por tus sentimientos— la mirada de Taehyung era sombría. Lo que le dijo le había afectado—. Como hagas un mal movimiento, ella y Jungkook serán historia.
—Kim Taehyung— llamó Yoongi antes de que el menor se fuera del gimnasio—. Haz tu parte del plan, no te metas en mi camino. No te interpongas entre nosotros. Incluso cuando ella sepa lo que he hecho, yo no la olvidaré. Despídete de ella si eso quieres, la robaré después de eso.
¿A qué se refería con eso? ¿La apartaría de Taehyung? Puede que el chico actúese como si no le importara, pero no es así. No podrá forzar. Es imposible que ella lo perdone. Aunque después de mañana, ya no sabrá de lo que ella es capaz. De lo que los demás serán capaces. Pero ya ha tomado una decisión y no se echará para atrás. Aún si eso significa tener a Yoongi de némesis cuando todo termine.