Rumbo a la ciudad de Fengyun (3)

¿Un dandi capaz de unificar los Cuatro Reinos? Si es así, ¡entonces no existirían basuras en este mundo!

Qi Ling no estaba dispuesto a hablar con él cuando notó que Yun Luofeng y Qi Su se acercaban. Sin embargo... había otro joven siguiéndolos.

Comparado con Yun Luofeng y Qi Su, que tenían una mirada relajada, el joven llevaba bolsas de equipaje con una mirada de descontento en su hermoso rostro. Su frente estaba goteando de sudor e incluso caminar demostró ser extenuante. Desde el punto de vista de cualquiera, despertaría sentimientos de angustia.

Qi Ling miró al joven antes de cambiar su vista hacia Yun Luofeng mientras preguntaba: "Señorita Yun, ¿no tiene un anillo espacial?"

Con las capacidades de Yun Luofeng, no era posible que careciera de anillos espaciados.

Yun Luofeng se encogió de hombros. "Prefiere templar su físico y no podría soportar desalentarlo. Por lo tanto, le he permitido llevar estas piezas de equipaje.

La expresión de Mo Qiancheng se volvió cada vez más resentida. Pero entendió que Yun Luofeng quería usar estos métodos para forzar su retirada. ¡Por lo tanto, él nunca haría lo que ella deseaba!

Los labios de Qi Ling se torcieron. ¿Aficionado a templar su físico? Nunca en su vida había visto tales métodos para entrenar el cuerpo.

"¡Hmph!" La tez de Qi Yu se oscureció y resopló. "Solo admite que eres pobre, ¿por qué buscar excusas? Pensar que podrías ser tan pobre que ni siquiera posees un anillo espacial".

Yun Luofeng arqueó la frente cuando sus ojos sonrientes y malvados se posaron gradualmente en el rostro de Qi Yu. "¿Por qué? ¿No quieres tu mano izquierda también?

Su amenaza hizo que la expresión de Qi Yu cambiara. Tal vez recordando el aspecto aterrador de Yun Luofeng, se detuvo rápidamente, temeroso de que esta mujer tomara medidas debido a un breve comentario.

Además, ella lo atacó pero su padre imperial no la arrestó. Incluso su madre imperial le recordó que tuviera menos contacto con ella. ¡Aun así, no se resignó! ¡Sin resignarse a haber sufrido una derrota!

"¡Sólo espera y veras!" Después de decir estas palabras, Qi Yu dirigió a sus subordinados y salió por las puertas de la ciudad.

Qi Ling finalmente comenzó a hablar después de la partida de Qi Yu. "Señorita Yun, también deberíamos partir".

"Esta bien vamos." Yun Luofeng asintió y se arremangó mientras tomaba la iniciativa para salir por las puertas de la ciudad.

Yun Luofeng y su compañía no se dieron cuenta de un par de ojos siniestros que miraban fríamente sus espaldas.

"¿Esta es la mujer que hirió a mi hijo?" La noble dama agarró con fuerza su pañuelo, casi rompiéndolo. Sus ojos eran malvados y amenazantes mientras miraba fijamente a las tropas que partían.

"Reportando a Su Majestad Imperial, ella es quien rompió el brazo del tercer príncipe".

"¡Hmph! No le quitaré la vida todavía. ¡Después de que mi hijo imperial unifique los cuatro reinos, será su día del juicio final!" La noble dama levantó la barbilla, "Además, haz que esos expertos de la Familia Imperial se disfracen de bandidos y embosquenlos. Sin embargo, no toques a Qi Ling ni a esa mujer todavía, ya que bastará con matar a sus subordinados. ¡Haz que Qi Ling y esa mujer se dirijan a la ciudad de Fengyun por su cuenta!"

Aunque sabía que Qi Ling no podía ganar, ¡quería que sufriera una gran derrota! Dentro del Torneo de los Cuatro Reinos, tener un equipo era extremadamente importante.

De lo contrario, ¡era imposible ganar sin importar cuán fuerte fuera esa persona! Pensando en esto, un brillo helado atravesó sus ojos mientras una extraña sonrisa se curvaba en sus labios.

…

El camino desde el Reino de Tianqi hacia la ciudad de Fengyun era extremadamente largo y uno tenía que atravesar una cadena montañosa peligrosa durante el viaje.

Afortunadamente, los hombres que trajo Qi Ling eran élites del equipo y no había necesidad de que Yun Luofeng tomara medidas personalmente para resolver esos peligros.