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Fate/Stay Night: Shinji's Unloved Justice (SPA)

En un lugar recóndito de lo que conocemos como todo, en un universo que representa un mero inexistente punto en lo que se desconoce es que seres vivientes manejan proezas en sus manos, y entre ellos están los tan aclamados "Héroes". Ha sido así que en este pequeño existir, unos seres vivientes accedieron al poder que les permitiría alcanzar algo nombrado como "The Root", y para que esto fuera realizado, se necesitaba 7 almas de voluntad inexpugnable para pelear en una guerra sin par. Los años pasaron sin pensar en estos seres, hasta que en la tercera edición algo pasó, y el destino cambió, en vez de quedarse en dónde estaba, todo prosiguió con cambios inesperados, por lo que cuando este hombre descubrió la verdad, horrorizado, destruyó el artefacto que todos los que saben su nombre, anhelan. Y diez años después de silencio, las piezas empiezan a colocarse nuevamente en el tablero. ¿Podrá tú alma alcanzar tú meta? ¿O será acaso un ideal el que te comsuma hasta no ser más que cenizas? ¡Los espero, Héroes! ¡Dónde todo comenzó y todo terminará! (Personajes algo OOC, AU).

Bosterobasurero · Anime & Comics
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21 Chs

Second Chat Under the Snow

Still is <DATE 02 06>

Nunca pensé en mí mismo como un héroe.

No, más bien, no podía pensar en mí mismo como un héroe.

Algo me lo impedía.

Yo sabía qué era ese algo, dentro de mí interior, un ser corrupto trataba de llevarme por un camino irreconocible.

Un verdadero camino sin retorno.

Nadie quería ayudarlos.

Estaban solos.

Verdaderamente solos.

Sin el apoyo de Emiya con ellos sus posibilidades de acabar con Matou Zouken, un hechicero con cientos de años y tácticas, eran prácticamente nulas.

Sí bien nunca había visto el Noble Phantasm de Rider, no quería tener esperanzas, yo sabía perfectamente lo que se ocultaba debajo de esa mansión, por esta misma razón tenían que derrotarlo.

No podían dejarlo vivir.

Él no podía dejar a ese sujeto seguir con vida.

El mismo que experimentó con él, el mismo que había hecho tanto mal a Sakura.

—Tenemos que hacerlo caer—Dije mientras me recostaba contra la pared en un callejón.

—Concuerdo. Con lo que me has comentado puedo entender la urgencia de hacer caer a esa criatura tan repugnante—Dijo Rider, ya que le había dado información suficiente para que entendiera la situación y mí deseo tan grande de tirar abajo todo lo que Matou Zouken había construido.

Por lo que me levanté del suelo y empecé a caminar junto a Rider una vez más.

Y mientras ambos caminaban, fue que nuevamente empezó a nevar.

Ya parecía una costumbre que a cierta hora de la tarde empezara a nevar.

La nieve, esas cosas gélidas de color blanco que caían del cielo y dejaban teñido de blanco todo a su alrededor.

Junto a una temperatura fría, eran el ambiente en el que todos se veían sometidos a obedecer.

Nieve...

Realmente amaba la nieve.

Tal como Illya.

Un momento, es verdad, esa pequeña seguía por estos lares a esta hora.

Quizás podría tener otra charla con ella.

Posiblemente no era lo que tenia pensado inicialmente, pero fue algo que dijo que haría.

Justo en ese momento se detuvo, a lo que Rider inclinó su cabeza.

—¿Te importa sí pasamos por la plaza una vez más, Rider?—Pregunté a mí compañera, esta al oír mis palabras quiso replicar.

—Shinji, ¿No crees que seguir charlando con el máster de Berserker sea una mala idea? Podrías salir herido—Dijo Rider con.. ¿Preocupación genuina? No creí que ella pudiera mostrar esas emociones tan fácilmente, supongo que siempre hay una primera vez para todo.

Viendo el razonamiento de Rider, ella tiene razón, es peligroso juntarse con Illya y tratar de hacer buenas migas con la niña.

Pero. . .

Él vivió toda su niñez encerrado, aprendiendo cosas que jamás usaría, creciendo para ser un representante digno de la familia Matou.

Y cuando conoció a Illya..

Sintió que se parecían.

Que había algo que los unía.

Incluso sí esto no era así, todo niño merecía tener amigos.

—Puede que tengas razón, Rider—Dije en primera instancia, y antes de que el Servant pudiera continuar su réplica, ataqué (metafóricamente hablando)—. Pero creo que a Einzbern le viene bien alguien con quien hablar. Sí no le diera a la niña esa oportunidad... no podría estar contento conmigo mismo. Así que quisiera pedirte perdón sí te pongo en una situación compleja.

Cuando terminé hablar fue que Rider se quedó en silencio, mirándome fijamente, yo también la miré, y al verla siempre había sido un cosquilleo en los ojos, cómo si me fuera físicamente imposible verla, pero aún así lo intentaba, ya que.. ¿Qué tipo de aliado sería si no puedo verla a los ojos?

—Shinji. . .

Me rasqué un poco la nuca mientras trataba de ponerme derecho.

—Es algo complicado de entender, pero quiero darle algo de felicidad, con eso es suficiente para mí—Sólo podía decirle eso a Rider, y de repente se me encendió un foco en la cabeza—. Ah! Ya sé, sí me dejas hacer esto te prometo cocinarte lo que quieras esta noche.

Sí bien no era Emiya o Sakura cocinando, aún podían decir que su cocina tenía sus cosas buenas, o eso solía decirle Rider al cocinarle.

Fue así que vi a mí aliada detenerse y asentir automáticamente.

—Que sea comida occidental—Dijo Rider, a lo que suspiré sabiendo que me costaría un poco pero que no me era imposible.

—Bien, entonces vamos yendo, ¿No?—Comenté mientras empezábamos a avanzar hacia la plaza en donde creía que podría encontrar a Illyasviel.

Fue así que ambos empezaron a caminar, y esta vez, Rider me acompañó, no a diferencia de la última vez que se había quedado atrás.

Por lo que teniendo nuestros mantos oscuros encima, no podrían reconocernos, es más, muchos podrían pensar que somos vagabundos por como vestimos.

Pero fue así que ambos caminamos, y mientras más caminábamos hacia la plaza, vimos como la nieve empezaba a caer de nueva cuenta.

Extendí mí mano al aire mismo, y vi como un tipo de pequeño pétalo de nieve cayó hasta la palma de mí mano.

La nieve, esa cosa que realmente llena mí corazón con algo fuera de la perversión.

—Es bonita—Menciona Rider mientras ve como la nieve cae sobre ellos—. En Grecia no recuerdo jamás que haya nevado.

Yo puse una leve sonrisa, puesto que ver ese tono tan apasible de Rider le gustaba mucho.

—Pues mientras sigas aquí, verás de esto y más, no te preocupes por eso—La reconforté mientras continuaba con nuestro camino hacia la plaza, y al lado mío, Rider me acompañó.

Al final, luego de un ratito, llegamos a la plaza que ahora estaba llena de nieve.

Y ahí estaba, la niña de ojos rojos que por nombre tenía Illyasviel.

La niña se encontraba columpiandose en su lugar, de atrás para adelante.

Entrando a la plaza ahora con mí amiga, Illya pudo oírnos, y se detuvo.

—¿Quién es ella, Shinji oji-san?—Preguntó con curiosidad la niña.

Viendo el malentendido que podría darse, di un paso hacia adelante y hablé.

—Ella es mí Servant, Rider. Pero no temas, no te lastimará, puesto que ha prometido comportarse—Y mientras decía esto, Rider hizo una reverencia tal como una princesa con el manto negro que estaba encima de ella.

Illya al ver los modales de Rider para luego voltearse a verme procedió a asentir mientras se levantaba del columpio y procedía a hacer una reverencia ella misma.

—Mi nombre es Illyasviel Von Einzbern, mucho gusto, Raida—Debido a su mera obsesión quizás con el japonés, Illya parecía pronunciar mal el nombre del Servant a propósito, pero Rider nunca dijo nada, simplemente se mantuvo quieta.

Oh, me olvidé de algo.

—Entonces.. Buenas noches, Illya-chan. Parece que nos encontramos otra vez—Dije, a lo que la la niña asentía.

—¿Por qué trajo a su amiga esta vez? En nuestra última charla usted estaba sólo—Preguntó Illyasviel, a lo que él respondió mientras se acercaba hasta estar al lado del columpio poniéndose de cuclillas como aquella vez—. La última vez fue una sorpresa nuestro encuentro, ¿Pero esta vez? Fue más como un.. permiso que he le he tenido que pedir a mí compañera aquí. Puede que se vea ruda, pero es como un perrito cuando la conoces bien. Es leal, servicial y algo adorable.

Rápidamente los ojos de Illya se abrieron en grande y posiblemente los de Rider también se abrieron.

—Shinji. . .—Soltó Rider en sorpresa, por otro lado, Illya analizaba en reflexión—. ¿Raida-san es como un perrito? Ya veo..

Sinceramente, sí que podía imaginármela, después de todo, Rider era algo hiperactiva, más cuando se trataba de seguir sus órdenes como un can entrenado, como también demostraba un fuerte apego a él y a sus palabras, e inclusive le seguía a todos lados.

Aunque, me pareció algo gracioso imaginarme a Rider con orejas de perro y actuar como tal, por lo que solté una leve risa entredientes cuando ya no pude contenerme.

—Jajaja—Parece que este acto llamó la atención de ambas féminas, pero no le di importancia.

Cuando por fin acabó mí risa, ambas me miraban fijamente, cómo si me hubiera salido una segunda cabeza.

Pero decidí cambiar de tema, ya que no quería que me siguieran viendo de esa forma tan permanente.

—Dime, Illya, ¿Quisieras ir a comer con nosotros a casa?—Pregunté a lo que pude oír otro jadeo de sorpresa, ya fuere de Illya por la sorpresa, o de Rider por lo que eso representaba.

—Shinji, nosotros no..—Rápidamente detuve a Rider y a sus palabras con un ademán.

—¿Qué dices Illya-chan? No pareces del tipo que iría a atacar nuestra base luego de invitarte, así que puedo hacerte algo rico de comer, después de eso yo mismo me encargaré de llevarte a casa—Declaré mientras Illya se quedaba en silencio, después de unos segundos ella se levantó, y preguntó con una molestia palpable en el rostro.

—¿Por qué eres tan amable conmigo? ¿Qué es lo que planeas?—Con su dedo índice apuntando acusadoramente hacia mí persona, pude ver a Illya actuar con sus colores más falsos.

Podré haber visto parte de la Illya esa noche, pero podía sentirse similar a esta pequeña.

Tal como sí todo su ser le gritase que no debía temer, que todo estaría bien incluso haciendo esta proposición.

Me levanté del suelo en donde estaba de cuclillas, me quité la capucha revelandole mí rostro a Illya y le dije.

—Creo que todos merecen alguien con quién hablar.. y parecías bastante sola la otra vez. ¿Ahora? Sólo quiero mostrarte mis super habilidades culinarias, sí bien todavía es temprano, creo que te vendría bien algo de comer.

Pronto, el estómago de Illya empezó a sonar, y me crucé de brazos.

—¿Entonces? ¿Vienes a comer o me seguirás preguntando por mis intenciones hasta víspera de Navidad?—Le pregunté a Illya mientras podía oír las preguntas de Rider en mí cabeza.

—Ah, y perdona Rider, pero tendemos una visita hoy, sé que querías que estuviéramos los dos solos, luego te lo compenso—Aseguré con una media sonrisa y un pulgar arriba hacia mí aliada, quién después de un pequeño tiempo tuvo que asentir, mirando a otro lado.

Fue así que Illya al final asintió y suspiró ligeramente, a lo que me di la vuelta.

—¡Entonces andando!—Entonces empecé a caminar como un soldado de la obra del cascanueces, causando una risita de parte de Illya.

—Acompáñame, Rider, Illya-chan, ¡A la Shinji cueva!—Rider negó con la cabeza e Illya siguió riéndose de lo que parecían meras estupideces de mí parte.

—¡Hacia la Shinji cueva!—Exclamó Illya con un puño hacia el cielo a mí izquierda, mientras que a mí derecha se encontraba Rider en silencio.

Y para tranquilizarla, le dije a través de nuestra conexión—Hey, todo va a estar bien, ¿Okey? Aparte, te tengo a tí para protegerme sí algo saliese mal, ¿No es así, Rider?—después de estas palabras pude ver a Rider asentir mientras imitaba mis movimientos de soldadito lo cuál provocó que Illya se riera aún más.

—¡Uno. Dos. Uno. Dos!—Solté en un tono cómico mientras avanzábamos a nuestra base y la nieve nos alcanzaba.

Miré al cielo por un momento, y pude ver las miles de cositas de nieve cayendo desde las nubes hasta el suelo.

Es un paisaje hermoso sí me lo preguntan, quizás el frío no sea agradable, pero la nieve definitivamente es algo muy bello, de eso no tengo ningún tipo de duda al respecto. Tanto yo como Illyasviel podemos decir lo mismo, la nieve es posiblemente lo mejor de esta época.

Fue así que pasaron por calles que lentamente empezaban a vaciarse por el clima, y también por el hecho de que pronto habría un cierre general de muchos negocios, esto se debía obviamente a las noticias de la barrera mágica (que no sé cómo lo habrá presentado Kotomine Kirei a las autoridades) por lo que podías ver gente pero tampoco tanta cómo lo esperarías en un día laboral como cualquier otro.

Dirigiéndose a las alcantarillas, quizás no tenían un hogar como muchas personas, pero era un lugar al que lentamente le empezaba a agarrar cariño.

Y sin darse cuenta, esta segunda charla bajo la nieve podría ser considerada un rotundo éxito.