Por otro lado.
En una de las mansiones de la capital imperial, un hombre de cabello plateado escuchaba las frías palabras de su padre. —"No deberías estar aquí... Syura"
El hombre frente a él, tenía una mirada gastada, cansada y asustada, incluso podría decirse que se había resignado a su destino. Pero esto no era por sus vivencias en este país, era por su memoria.
Tres días atrás entendió algo horrendo, su emperador, aquella persona que creyó importante, era solo su titiritero. Él era capaz de controlar su mente y si no sucediera lo anterior mencionado, seguramente sería así hasta el final de sus días, pero su hijo frente a él no lo sabía, él solo gritó. —"¡Padre!"
Padre, una palabra olvidada para él, una palabra que no representaba nada para él, pero al mismo tiempo, una palabra que lo desgarró desde adentro.
Apretando sus puños, el hombre cansado susurró. —"No hables...", Lo miro a los ojos y le dijo: "mi vida es limitada, ni tu ni yo podremos hacer nada contra él, huye hijo"
Pero su hijo no entendió el mensaje, para él, todo esto era una estupidez, pero viendo a su padre en tal estado, preguntó enojado. —"¿de qué hablas?"
Y su respuesta llegó.
"Hace 3 días recordé mi pasado, pero yo ya tengo una bomba dentro de mí, incluso si lo matas, nuestro mundo desaparecerá."
El hombre mayor lo negó como loco, no podía creer sus propias palabras, pero incluso si sabía cómo salvarse, nunca lo haría. No después de recordar su vida pasada. Simplemente sonrió con una mirada cansada y habló con una voz quebradiza:
"Solo vete, vive bien y no regreses a la capital... Disfruta de tu vida, te lo digo como padre, hijo... no vale la pena vivir aquí, si él te encuentra te matará..."
Pero quizás, una persona que no supiera de la vida de este hombre, pensará que tuvo una vida triste, pero el miedo a leguas que se veía en su rostro para cualquiera de sus conocidos era algo bueno, incluso el más justo de los hombres se alegraría de verlo.
No hay que olvidar que este hombre es llamado Honest, también conocido como el anterior ministro de la capital y el peor de ellos.
A fin de cuentas, fue el hombre que inició la decadencia del imperio...
Por otro lado, su hijo gritó en negación, no cabía en su cabeza la consideración de su padre, para él, el hombre frente a sus ojos era una bestia. Gritó exaltado:
"¡Mientes!, una teigu no es tan poderosa"
Pero Honest lo sabía, su vida como ministro no era buena, incluso sus recuerdos pasados lo reprocharon, no era un santo y por eso estaba asustado...
casi tartamudeando habló para sí mismo:
"...Ya no vale la pena mentir", Se levantó de su silla y agarró las manos de su hijo. —"ya estamos muertos Syura, estamos muertos..."
Repitiéndose una y otra vez, Honest soltó las manos de su hijo y se tumbó al suelo gimiendo de dolor, al mismo tiempo, una figura pequeña de loli habló con desdén:
"Está delirando... Tsk tsk tsk, que mal vista Syura, saldré ahora...", sin volver a mirar al hombre en el suelo, la loli salió de la habitación con fuertes pisadas, para ella, ver al ministro así, la enojaba, incluso si le tenía miedo al emperador, no era necesario actuar de esa manera.
Por otro lado, en la mente del hijo del ministro esto era enfermizo, y recordando su niñez espetó en su mente:
'¿Delirando?, viejo... que asco me das'
Syura escupió a los pies de su padre, verlo así lo puso de malas, apretó sus dientes y volteó hacia la puerta siguiendo la partida de Cosmina.
Para él era un chiste, incluso el más poderosos de los teigus no era nada mientras exista el Shambhala, pero incluso sin él, jamás tendría miedo de un travesti.
A lo mucho se lo follaría, pero nunca lloraría por algo que no ha pasado.
Incluso si era fuerte. Syura prefería morir peleando, no por nada era líder de Wild Hunt y fue entrenado para matar.
Poco antes de salir, Syura le murmuró a su padre. —"Tsk!. Patético, creí que eras más que esto señor ministro... realmente apestas...", Después de eso, volteó la mirada a sus compañeros y soltó un suspiro:
"*Sigh*, Mierda, vamos a casa del pirómano, quiero desahogarme con la perra de su mujer, llamen a Champ y busquen a los perros de mi padre porque hoy es la última vez que lo llamaré así..."
Esas palabras aturdieron a más de uno, no hay que olvidar que varias horas atrás incluso Syura pensaba que la zoofilia era repugnante, sacudiendo la cabeza todos salieron de la habitación mientras le preguntaban. —"¿Perros?, Olvídalo ¿Qué hacemos con los Jagger?"
Pero Syura que estaba delante de ellos solo cuestionó y afirmó:
"¿Importa?, solo mátalos, también rompan este lugar y maten a ese anciano de mierda..."
"Por ahora, iré primero... ¡Sham-bha-la!"