59 visiones del futuro

Erik entro a su habitación con un suspiro, no dejo que sus sirvientas lo descambiaran. por alguna razón siempre cometían un error.

Al quitarse su ropa Erik la tomo y dobló con extremo cuidado hasta que no tuviera ni una sola arruga.

Abrió su armario para encontrar una bata roja que se colocó encima. Su ropa está ordenada por color, desde los más oscuros hasta los más claros.

Tomó sus zapatos y los colocó en su zapatera junto a una gran fila de otros calzados diferentes, todos alineados con mucha precisión.

Tomándose unos segundos para que sus zapatos coincidieran con la alineación de los demás, Erik sonrió al verlos en completo orden.

Cuando llego a su mesa de noche se percató que sus lápices estaban en desorden.

Tomándose su tiempo para mover sus libros, hojas y lápices para que alinearán a la perfección, Erik colocó todo en orden hasta que sintió que todo estaba bien.

Asintiendo con la cabeza entró a su cama y se arropó con su suave cobija. Palmeando los costados para quitar la arrugas.

Una vez satisfecho con todas estas preparaciones, Erik sonrió y cerró los ojos. Colocando ambas de sus manos sobre su pecho, pretendió dormir.

Pero algo lo incomodaba tremendamente.

Abrió los ojos y busco la fuente de su incomodidad, solo para encontrar uno de los cuadros de su pared.

Levantándose de su cama exasperado, llegó frente a la pintura y la movió muy mínimamente.

"¡¡Les he dicho mil veces que cada vez que aseen mi cuarto, coloquen todo como estaba!!"

Sintiéndose mucho mejor Erik se acostó en la cama y repito el proceso para solo segundos después caer en un profundo sueño llevándolo a un mundo de oscuridad y ensueño.

Pero la oscuridad no duró mucho tiempo.

Erik se encontró repentinamente en un viejo bar de mala muerte. Sus finas ropas habían desaparecido, su cabello era un desastre y sostenía un gran vaso de cerveza en su mano.

"¡¡¡Maldición!!!¡¡todo se fue al maldito carajo!!" Gritó con irá al dejar atrás su educada y elegante actuación de costumbre.

Erik estaba ebrio y no podía pronunciar muy bien las palabras pero su significado era muy claro.

La cerveza de su vaso de derramó salpicando sin querer al otro hombre en la mesa. Bajo y de tez morena, el hombre estaba delgado y desgarbado. Su cabello era negro, largo y desosdenado, ocultando parcialmente su rostro.

El hombre no se inmutó al ser mojado por Erik y de hecho tomó un gran trago de cerveza también.

"No debes de vivir en el pasado." Le contestó el hombre.

"¿Cómo puedo hacer eso? ¡¡Si no fuera por el estúpido de mi hermano, el imperio no hubiera caído!!" Erik tomo otro trago de cerveza y golpeó el tarro contra la mesa de madera. "Si tan solo yo hubiera Sido el emperador." Murmuró en un susurró.

"Jajajaja." El hombre estallo en una fuerte carcajada al escucharlo. "No importa quien era el emperador, si tú o tu hermano. El imperio no cayó debido a algo tan insignificante." El hombre tomó un largo trago de cerveza para darse un poco de valor. "Todo se debió a él."

"Maxwell magnar." Le respondió Erik.

Erik, el hombre e incluso todo el bar cayó en un silencio aterrador. La música se detuvo de inmediato, las meseras se paralizaron en su lugar e incluso los borrachos que no podían con sus pies tragaron saliva con terror.

Todos voltearon a mirar a los dos como a unos lunáticos, hablar sobre ese hombre era casi un tabú en ese lugar.

Pero tanto Erik como el hombre estaban lo suficientemente borrachos como para no importarles un poco.

"Incluso si tú hermano tomó malas decisiones, tenía el poder militar para lidiar con la consecuencias." El hombre siguió hablando con la mirada perdida. "Pero convertir a ese hombre en su enemigo fue sin lugar a dudas la peor decisión."

"No puedo negar eso." Erik levantó su vaso dándole la razón al hombre.

"Aún lo recuerdo como si fuera ayer..." El hombre golpeó la mesa con irá. " El día que imperio cimentó su caída..."

"El día que se atrevieron a matar al mejor amigo de ese hombre."

Varias imágenes aparecieron en la cabeza de Erik de repente.

Una dónde un hombre bañado en rayo se paraba encima de una gran muralla sosteniendo nada más que su espada.

Otra dónde un hombre con un solo brazo y el rostro quemado empuñaba una espada roja de más de dos metros de largo.

Un hombre de ojos rojos con los puños manchados en sangre.

Y por último un brazo pálido y deformado que se levantaba de un montón de órganos y partes de cuerpos.

"¡¡¡Ahhhhhhhhhh!!!" Erik se despertó sosteniendo su cabeza con miedo, pánico y puro terror. Rodó por la cama como un loco sin importarle su elaborada organización.

"¡Su alteza!" Sus sirvientes entraron en su habitación muertos del miedo al ver el estado de Erik.

"D-Diganle a Derek que le ordenó investigar si maxwell tiene un mejor amigo." Erik balbuceo entre largas respiraciones. "Si lo tiene, le ordenó protegerlo, con su propia vida de ser necesario."

"Pero su alteza, usted..."

"¡¡¡Ve!!!" Gritó Erik con miedo de no poder prevenir el desastre.

"S-Si su alteza."

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Maxwell por su parte llegó a la casa de los Griffin después de que la mansión de los blackwater fuera destruida y la tierra tomada de nuevo por la familia real.

Al llegar se encontró con que Lidia e Irene lloraban desconsoladas. Al preguntar al respecto de enteró de que ambas habían Sido notificadas sobre la muerte de Jhon.

La carta no informo el como y porque murió el hombre, solo las notificaba de su muerte.

Aunque Lidia le había Sido infiel al hombre, este era el hombre con el que había compartido la mitad de su vida y el padre de su hija.

Irene por su parte estaba completamente destrozada, las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos y su nariz se llenó de mocos.

Maxwell no sabía cómo lidiar con esta clase de situaciones, así que solamente las consoló un poco y las acompaño asta que se durmieron juntas.

Por obvias razones, maxwell no pudo tener sexo con ellas y tampoco quería.

Incluso si las dos mujeres no recibieran las noticias y lo esperarán ansiosamente, se habría negado.

Por una simple y sencilla razón.

¡¡No tenía ganas!!

Algo increíble de creer para el mismo maxwell también.

Sabía que tenía que hacerse más fuerte, que tenía que crecer.

No había una forma más rápida para hacerlo que teniendo sexo y ganando puntos sexuales.

Pero al recordar las muertes, su golpiza, humillación. No pudo tener pensamientos para el sexo, solo irá.

Nunca tomó al sexo como una forma de hacerce más fuerte, en realidad amaba el sexo como solo un satiriasis podía hacerlo.

No podía tener sexo con pensamientos de irá rondando su cabeza. Incluso podría hacerle daño a la mujer, al empujar con demasiada fuerza. Después de todo tenía la fuerza de 5 hombres y una verga muy grande.

El sexo era una actividad sagrada llena de pasión y placer, no un método para liberarse.

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Cuando se despertó al día siguiente, el mayordomo le informo que había recibido por parte de la familia real, varias prendas de ropa que lo distinguían como caballero.

El uniforme era simple pero sofisticado. Una camisa extraña y pantalones negros con patrones sofisticados de color gris claro, con una capa con los mismos acabados en la espalda.

Maxwell tenía que admitir que se veía realmente bien con esta ropa.

Comiendo un poco de huevo con pan, maxwell salió de la mansión para presentarse en su primer día de trabajo.

Lidia e Irene aún no se habían despertado y no tenía intención de despertarlas tan solo para despedirse.

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Faltan 25.

les daré una gran pista aquí para quienes leen lo que escribo aparte de la historia.

Erik no puede ver el futuro.

solo el suyo.

cada vez hay más y más misterios.

¿alguno puede adivinar?

dudo que alguien acierte.

por cierto... no estoy muerto.

de hecho ya estoy mucho mejor, solo me sigue ardiendo mucho la garganta pero ya pasará.

se vienen cosas buenas.

maxwell, su mejor amigo y cómplice en sus travesuras.

la reunión de Filip y maxwell que nos presentará un nuevo concepto de este mundo.

gracias a esa pequeña caja.

¿que hay allí?

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