65 Nadia

La señora entró en la habitación y encontró a su hija sentada en la cama con una mirada aburrida.

"¡Mamá!" La chica se levantó con una sonrisa, no le gustaba quedarse sola en la casa, pero su madre estaba preocupada por las recientes desapariciones de niños. No había nada que hacer en su casa y se moría del aburrimiento.

"¡Shhhhh!" Su madre le puso un dedo en sus labios la tomó del hombro y arrastró hacia la puerta, dónde la abrió un poco y le mostró hacia afuera.

Sentado en el comedor de su casa se encontraba un chico muy guapo que miraba la casa con curiosidad.

"¿Quien es?" Preguntó después de que su madre cerro la puerta.

"Es un chico que encontré en el restaurante de sigrit." Respondió ella.

"¿Y porque está aquí?"

Su madre no le respondió, la tomo de los hombros y la miro directo a los ojos.

"Escúchame hija está es una oportunidad que yo nunca tuve en mi juventud y desearía tenerla." La seriedad en los ojos de su madre la hicieron tomarse sus palabras muy en serio. Satisfecha con la expresión de su hija, la señora continuo. "El chico de allá afuera accedió a tomar tu virginidad."

"¡¡¿Cómo?!!" Nadia casi brinca del susto y gritó con fuerza, solo para que su mamá le pusiera una mano encima para callarla.

Nadia observó a su madre con los ojos completamente abiertos de incrédulidad, no podía creer que su madre le estuviera diciendo esto.

"Escucha con atención hija. Hay muy pocos hombres en nuestro pueblo, así como en el mundo, por eso cada que vemos un hombre tenemos que saltar encima de ellos para conquistarlos. ¿No quieres terminar como tu tía Marta? ¿O sí?"

Nadia fue silenciada por estás palabras pero aún se mostraba indecisa.

"Mira Nadia si a tu edad mi madre hubiera hecho esto por mi, estaría eternamente agradecida con ella. En vez de eso tuve que perder mi virginidad con el feo de tu padre."

"¡¡Mamá!!" Nadia gritó molesta por como su madre trataba a su padre.

"¿Que? ¿Acaso vas a negar que tu padre es feo? Es una realidad. Si en mi juventud me hubieran presentado está oportunidad no habría dudado en abrirle las piernas al papasito de allá afuera."

"¡¡Madre!!" Nadia gritó, está vez avergonzada por las palabras y el comportamiento de su madre.

"Deja de avergonzarte por estas cosas. Ya te he enseñado como complacer a un hombre para que nunca te deje." Su madre se tocó las tetas con una sonrisa. "Ese chico de allá afuera te servirá de práctica para tu futuro esposo."

Después de darle muchas vueltas al asunto y bajo la atenta mirada de su madre, Nadia asintió con la cara un poco sonrojada.

Su madre sonrió de felicidad al ver su acuerdo, salió del cuarto y volvió a entrar con maxwell detrás de ella.

"¡Esta es mi hija!"

Maxwell miró de arriba abajo con una sonrisa lentamente formándose en su rostro.

Parecida a su madre la chica tenía el cabello corto y negro, ojos marrones con una piel blanca, acompañada de unas pocas pecas que la hacían ver más adorable.

Su cuerpo era un poco voluptuoso y lleno de vitalidad, sus picos de montaña se alzaban erguidos con orgullo. Maxwell podía decir que era una chica muy bonita e inocente.

"Mucho gusto señorita, mi nombre es maxwell." Maxwell tomó su  mano y la beso.

"N-Nadia." Tartamudo la chica.

Maxwell sonrió y se sentó en la cama, sujetando a la chica por la cintura la sentó a su lado. "¿Que tal sin empezamos?" Susurró a su oído.

Nadia bajo la cabeza con el rostro rojo y asintió. Cuando la señora vio esto sonrió con complicidad y abrió la puerta para irse.

Pero maxwell la detuvo.

"¡Espere!"

"¿Humm?" La señora lució confundida.

"Quédese." Maxwell la miro y sonrió estrechando los ojos.

La señora nunca espero esta situación, pero quién en definitiva no lo espero fue Nadia. que se mostró muy incómoda con su madre en la misma habitación.

Sintiendo que el ambiente estaba cambiando muy rápidamente la mujer adquirió un semblante muy serio con el ceño fruncido miró a su hija con disgusto.

"¿Que haces allí como una tonta? Empieza por complacerlo." La señora regaño a su hija, a lo que está reaccionó de inmediato y asintió.

Dirigiéndose hacia el pantalón de maxwell la chica trato de quitarselo con las manos hechas un manojo de nervios.

"Tranquila." Maxwell tocó sus manos y sonrió. "Yo lo haré."

"¡¡¡Ahhh!!!"

"¡¡Hitt!!"

Al bajar y quitarse los pantalones, ambas madre e hija gritaron de la sorpresa.

Una enorme Bara apareció en su presencia. grande y gruesa con varias venas un poco marcadas, Nadia no pudo evitar sentir un poco de miedo.

"Todas son así de grande?" Preguntó Nadia un poco asustada.

"No." Respondió su madre de inmediato.

Maxwell sonrió orgulloso ante su reacción, tomó la mano de la chica y la colocó en su verga. "Tocala, no muerde."

"¡¡Higgg!!" Nadia gritó sorprendida pero no apartó la mano. Con la cara completamente roja y la mano un poco temblorosa, susurró. "Está caliente."

"¿Que haces paralizada como una tonta? Recuerda el pepino. ¿que te enseñé que hacer con él?" La señora se recompuso de la sorpresa e instó a su hija.

"¡Ahh sí! El pepino." Nadia recordó cuando su madre le presento un pepino y lo que pidió que hiciera. Asintiendo con la cabeza, Nadia se agachó lentamente hasta que su boca estuvo directamente encima de la verga de maxwell.

Respirando un poco pesadamente, Nadia tomó la verga de maxwell con una mano y la metió a su boca.

"¡¡Ohh!!" Maxwell soltó un pequeño gemido y no pudo evitar mirar a la señora.

Moviendo la cabeza de arriba abajo Nadia comenzó a chuparle la verga.

La señora estaba observando como su hija le chupaba la verga a un hombre por primera vez. Cualquier persona común no se sentiría bien ante está escena, pero la señora era diferente. Después de todo ella misma le enseño a su hija como chuparlo.

No es común que una madre haga eso.

"Ummn eres muy buena Nadia pero no lo estás haciendo bien." Maxwell tocó la cabeza de Nadia y la acaricio. "Me lastimaste un poco con tus dientes y estás muy rígida."

Nadia levantó la cabeza nerviosa y ansiosa por haber cometido errores.

En realidad Nadia le estaba dando una buena mamada a maxwell y solo lo lastimo por un breve segundo. El propósito de maxwell era algo mucho más grande que una reprimenda.

"Señora. ¿Que tal si le enseña con el ejemplo a su hija?"

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Faltan 19

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