61 lucha interna

Al ver la figura de maxwell al salir del edificio Alastor suspiro con un ceño fruncido.

"¡Ese niño va a ser un problema!" Entonó uno de las caballeros de abajo.

"¿Que problema puede ser? ¡es solo un niño!"

"Es precisamente por eso. No sabe las reglas no escritas y tiene la imprudencia de un niño."

"¿Crees que se meta en dónde no debe?"

"Es muy probable."

Alastor se masajeo la frente exasperado.

"No importa que tan imprudente sea, lo pondremos en su lugar." Declaró a la vez que daba por terminada la reunión.

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"¿Así que este es mi lugar de trabajo?" Maxwell se encontró mirando a una sencilla casa de madera, un poco amplia pero al fin y al cabo sencilla.

En la parte superior de la fachada se encontraba un letrero de madera con la palabra caballería escrita en él.

Estos lugares funcionaban como estaciones de policía en su mundo anterior y el ahora era algo parecido a un alguacil de un pequeño pueblo olvidado.

Por lo que aprendió de su cochero la zona 23 contaba con muchas familias, con un estimado de 5000 habitantes en la zona.

Cuando maxwell pensó en abrir la puerta de la casa, está se abrió por si misma de dónde salió una mujer.

A mediados de los 20 años, cabello castaño largo y piel clara. Se podía decir que era un poco guapa pero no demasiado.

La mujer lo miro extrañada por unos segundos pero al percatarse de su uniforme se inclinó de inmediato.

Aunque maxwell era tan alto como un chico de 15 años, su rostro delataba su verdadera edad.

"Bienvenido señor."

"¿Tu eres?"

"Soy Mary señor."

"¿Que haces aquí Mary?" Preguntó maxwell.

"Trabajo aquí como secretaria señor."

"¡Oh! ¿Sabes leer y escribir?" Preguntó maxwell sorprendido.

No había algo como escuelas en este mundo dónde los plebeyos pudieran Aprender, por eso era que los mayordomos y sirvientas eran fundamentales diferentes a otros plebeyos. Desde pequeños eran criados y enseñados para poder cumplir sus funciones.

"Si señor. Servía como secretaria del anterior caballero a cargó de la zona 23."

"Bien." Maxwell asintió. " Cómo parece que sabes más de este lugar que yo, quiero que me des un resumen de todo."

"Si señor." Mary asintió. "Primero que todo, su orden es suprema aquí señor. Nadie puede ir en su contra, ni siquiera otro caballero ya que está es su zona."

"¿Puedo hacer lo que quiera aquí?" Preguntó maxwell sorprendido.

"Lo que quiera a excepción del asesinato a un noble, señor."

"Bueno, lo sospeché." Maxwell se encogió de hombros.

"Aparte de eso ¿puedo hacer lo que quiera?" Volvió a preguntar.

"Si, mientras usted cumpla con su cuota de impuestos el emperador no le importará como administra su zona." Mary asintió con una expresión imponente.

Los ojos de maxwell se estrecharon con maldad y agarró las nalgas de Mary con una mano. "Osea, que si hago ésto ¿nadie me dirá nada?"

Mary apretó los dientes con el rostro un poco sonrojado.

"No."

Maxwell la arrinconó contra la pared, levantó su falda, bajo sus panties y la nalgeo.

"¿Y esto?" Preguntó maxwell.

Mary apretó los dientes y casi entre lágrimas respondió: "No."

Maxwell respondió muy hondo y en repetidas ocasiones para calmarse. Tener tanto poder para hacer lo que quisiera realmente lo tentó mucho.

La idea de salir de la caballería y hacer suya a todas la mujeres bajo su jurisdicción paso con demasiada frecuencia por su cabeza.

La reacción de Mary le mostró que aunque las mujeres no quisieran hacerlo con él, tampoco lucharian e incluso si lo hacían, era libre de violarlas sin ninguna repercusión.

Sabía que era malo si quiera pensar en esa idea, pero su cabeza no pudo evitar pensar en los escenarios de él violando a las mujeres una y otra vez.

Por lo que dijo Mary, maxwell incluso podía matar a la mitad de la población de su zona y no recibir un castigo, mientras recaude la cantidad adecuada de impuestos.

Fiuuuuuuu

¡Esto es malo!

Maxwell trató de controlar su monstruo interior pero teniendo a Mary en el suelo semidesnuda era muy difícil.

Dejando a la chica atrás maxwell entró en lo que ahora en adelante será su oficina. Un escritorio, una silla, un estante y un sofá eran las únicas cosa en el lugar.

Dando vueltas y vueltas en la habitación maxwell trato de quitarse esa sucia idea de la cabeza pero no podía.

¡Maldición!

¡¡Nadie debería de tener tanto poder!!

Sentado en la silla la pierna de maxwell subió arriba y abajo con rapidez casi parecía temblar.

¡Espera!

¡Enfermedades sexuales!

Cuando esa idea llegó a su cabeza, toda la calentura que se había acumulado, desapareció en un segundo.

¡Es cierto! En este mundo también existían las enfermedades de transmisión sexual que podían arruinar su vida. Si implementa la idea de tomar a todas las mujeres de su zona, era muy probable que adquiriera una enfermedad de transmisión sexual.

Fiuuuuu

Maxwell se arrecosto sobre la silla exhausto teniendo la batalla más grande que había tenido hasta ahora.

¡Una batalla contra si mismo y sus principios!

Tock Tock

Maxwell escuchó el toque de su puerta y con una postura mucho más relajada permitió que Mary entrará.

"Señor, tiene visitas."

"¿Visitas?" Preguntó maxwell desconcertado. No conocía a nadie en este subdistrito y menos en esta zona.

"En el gerente de la sede de la caravana de comerciantes sol rojo, señor."

"¿Quien?" Ignorante de todo maxwell se sintió totalmente perdido.

En resumen la caravana de comerciantes sol rojo era una empresa muy grande que hacía viajes desde el sur hasta el imperio, vendiendo diferente cosas y especialista en el comercio de alimentos y armas. Eran a la vez muy influyente en brenor.

Había al menos una de sus tiendas en cada zona de cualquier subdistrito del brenor.

"Déjalo pasar."

"Si señor."

Segundos después entro un hombre muy obeso a ma oficina, vestía de forma ostentosa con diferentes collares y anillos. Su mirada recorrió lentamente todo el cuerpo de Mary antes de dirigir su mirada hacia maxwell.

"¿Un niño?" Preguntó disgustado.

"¿Una albóndiga con patas?" Contraatacó maxwell con más veneno en su palabras.

El rostro de gordo se volvió púrpura por la evidente burla de maxwell.

"Tu maldito mocoso ¡Cómo te atreves!" Gritó rojo de la ira. Su respiración comenzó fallar como si hubiera utilizado todas sus energías para soltar ese grito.

"Eso debería preguntarte yo." Maxwell se inclinó un poco hacia adelante, junto las manos y apoyó su barbilla. Sus ojos comenzaron a brillar con pequeños rayos que miraban con frialdad al gordo frente a él. "¿Cómo te atreves a ingresar en mi zona, mi caballería e insultarme?"

El gordo se quedó paralizado ante la mirada de maxwell y orino sus pantalones.

Maxwell al ver su estado sacudió la cabeza con disgusto, sus cejas de fruncieron al ver el líquido que escurría de la albóndiga con patas.

Llegando frente al aterrorizado gordo.

"Orinaste mi oficina." Dijo maxwell al levantar una de sus piernas y golpear en la barriga al gordo, mandandolo a volar varios metros por la salida, directo a la mitad de la calle.

Mary se detuvo a su lado sorprendida por la rápida evolución de los sucesos.

"¡¡Mi señor, no debió hacer eso!!"

"Lo sé. Son muy influyentes e incluso también pueden afectar mi zona si lo quieren." Maxwell asintió. Podían simplemente dejar de vender en su zona y mucha personas se verían afectadas. "Pero como tú lo dijiste, en esta zona yo soy el rey. Y ellos deben de aprender esa lección antes de que podamos hacer negocios."

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Faltan 23.

Encuesta rápida.

Que quieren que maxwell haga con su nuevo poder.

¿Dejarse llevar por sus instintos o contenerse?

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