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Pubertad y masturbación

NOTA 1: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

NOTA 2: Este capítulo contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apto para menores de 18 años.

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 ¡¡MALDITA PUBERTAD!!

Eso era lo que pensaba Shinji Ikari mientras trataba de hacer su tarea de álgebra, pero pese a todos sus esfuerzos, no había caso. Ahora, al mirar por quincuagésima vez su libro de texto, solo veía una masa informe de números, letras, paréntesis, signos y otras cosas raras que ya no tenían ningún sentido para él. Era inútil; no se podía concentrar. ¿Y cómo hacerlo? ¿Cómo poder concentrarse con la vista que tenía al frente?

A pocos metros de distancia, viendo televisión tendida sobre la alfombra y apoyada en unos cojines, estaba una hermosa chica de casi 15 años, de larga cabellera roja, linda figura, largas piernas, que pese a ser un poquito delgadas, eran espectaculares y a simple vista tan suaves, que mataría por poder acariciarlas. Y lo mejor de todo, ese hermoso, redondo y virginal culito que de solo verlo, le llegaba a doler el pene de lo caliente que se ponía. Tampoco podía olvidar el olor a mujer que flotaba por todo el departamento; que de paso, lo dejaba más estúpido de lo que ya estaba.

¿¿CÓMO MIERDA SE PUEDE CONCENTRAR ALGUIEN ASÍ??

Trató, en verdad trató, pero no pudo evitar que sus ojos recorrieran una vez más el cuerpo de la pelirroja, acariciando con la vista sus largas piernas, deteniéndose en ese hermoso culito en el que le encantaría hundirse, luego de hundirse primero en medio ese par de piernas, que ella movía en el aire en forma distraída, mientras miraba en la televisión un reportaje sobre la reproducción de los animales. Y ahí, en la pantalla del televisor y a todo color, como si se estuvieran burlando de él, estaba una pareja de felices y empeñosos leones, haciendo leoncitos. Si hasta podía ver la cara de felicidad de la leona mientras el león estaba sobre ella, babeando con los ojos cerrados, mientras se movía como si se le fuera la vida en eso. 

Shinji gimió y comenzó a darse de cabezazos contra la mesa, totalmente frustrado y con una dolorosa erección.

Asuka cambió el canal, ya que no quería ver cosas que le recordaran lo que se moría por hacer con Kaji, poniendo en su lugar una película cualquiera. En eso sintió unos golpes detrás de ella, y para su absoluta sorpresa, era el idiota de Shinji dándose de cabezazos contra la mesa.

— ¿Y a ti que rayos te pasa? — preguntó Asuka, verdaderamente extrañada.

— Si te digo me matas — dijo Shinji con voz lastimera, quedando tendido sobre la mesa, derrotado y con varios chichones en la cabeza, pero igual de caliente que hace dos minutos atrás.

Asuka estrechó los ojos, y estaba a punto de exigir una explicación, cuando sonó el teléfono. Obviamente su majestad Asuka, no iba a rebajarse a levantarse para contestar, así que el lacayo Shinji tuvo que cumplir esa labor, pero cuidando de que Asuka no viera sus pantalones con nariz. Llegó hasta mesita donde estaba el aparato y levantó la bocina.

— Asuka. Te llama la Delegada de Clase.

Asuka se levantó y se acercó para quitarle la bocina del teléfono de las manos de forma brusca, lo que era algo normal viniendo de ella, así que Shinji no le dio mayor importancia. Dio media vuelta y regresó a la mesa, para tratar de; ahora sí, hacer su tarea de álgebra. Como no había distracciones supuso que podría hacerlo esta vez.

Unos minutos después la pelirroja apareció con unos vaqueros azules ajustados y una polera amarilla. Se veía realmente bien, por lo que el amigo de Shinji se puso en guardia nuevamente, listo para la acción, acción que lamentablemente no llegaría… la vida es dura.

— Cuando llegue Misato, dile que vuelvo dentro de poco — dicho esto, la pelirroja dio media vuelta, y salió del departamento, dando un portazo.

Shinji suspiró más tranquilo al saber que por fin tendría algo de paz. Recién eran las 6:30 de la tarde y Misato no llegaba hasta las 8:00. Tendría el departamento para él solo por hora y media. Suspiró pesadamente y se abocó a su tarea de álgebra.

Desgraciadamente, pese a estar solo y sin distracciones, Shinji no pudo concentrarse. No fue capaz de resolver ningún ejercicio, por lo que media hora después terminó por rendirse, cerrando sus libros y cuadernos. Le pediría a Touji o Kensuke que le dejaran copiar los deberes mañana en la escuela. Suspiró.

Shinji estaba tenso, muy tenso. El ver el culo de Asuka frente a él por tanto tiempo le había pasado la cuenta. Necesitaba relajarse. Se levantó de la mesa y se encaminó a su cuarto, cerró la puerta, dejó sus cuadernos sobre su escritorio, tomó un paquete de pañuelos desechables y fue hasta la cama, se bajó los pantalones, se sentó y… odiaba esto, odiaba esto más que a su padre, pero no tenía otra alternativa, no había otra forma de relajarse. Bueno, la había, pero desgraciadamente estaba fuera de su alcance. Esto era lo único a lo que alguien tan patético como él, podía aspirar. Suspiró con resignación, se dejó caer de espaldas en la cama y como ya era su dolora costumbre, comenzó a masturbarse, dejando volar su imaginación.

 

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"Mi vida apesta"

Eso pensaba Misato Katsuragi, mientras conducía rumbo a su departamento como si estuviera en medio de una competencia de Rally, esquivando autos y peatones a una velocidad endemoniada.

Misato estaba de mal humor, eso era evidente, y es que no había tenido un buen día. Para comenzar, estuvo atrapada desde las 7:00 de la mañana hasta las 12:00 del día, con los Comandantes de las Defensas Estratégicas de Tokio-3, en otra somnífera reunión a la que pudo sobrevivir a punta de café muy cargado, para no quedarse dormida. Luego estuvo atrapada hasta las 5:00 de la tarde revisando papeles en su oficina, y después fue donde el Comandante Ikari para su regaño del día. Finalmente acudió a una reunión con Ritsuko, donde terminó escuchando a la susodicha y a Maya, parloteando sobre solo Dios sabe qué cosas, mientras tecleaban en unas terminales, enseñándole unos gráficos más enredados que los laberintos de NERV, en los que siempre se perdía. Como si eso no fuera suficiente, cuando dieron las 6:30, Kaji la llamó diciendo que no podrían juntarse esa noche, ya que tenía que salir de Tokio-3 por asuntos oficiales. En otras palabras, se había quedado sin sexo; eso es lo que verdaderamente la molestó. Entonces mandó todo a la mierda y se fue casa.

Misato se estacionó con un rechinido de neumáticos, sin saber cómo llegó frente a su edificio, se bajó de su deportivo azul y se encaminó a su departamento, preguntándose cuantas pajas tendría que hacerse, antes de que se le calmara el ardor de la entrepierna.

 

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Shinji estaba tendido sobre una camilla en uno de los laboratorios de NERV, vistiendo solo unos calzoncillos, mientras era observado seriamente por la doctora Ritsuko, que estaba junto a Maya, que le estaba sacando una muestra de sangre.

— Listo, doctora — dijo Maya, con la jeringa llena del rojo líquido vital de Shinji.

— Bien Maya. Ahora déjala en la bandeja de allá. Luego la llevaremos a analizar — dijo Ritsuko a su discípula.

— ¿Ya me puedo retirar? — preguntó Shinji.

— No Shinji. Aún falta una muestra más — dijo Ritsuko y procedió a bajarle los calzoncillos.

— ¿¿QUÉ ESTÁ HACIENDO?? — gritó Shinji, rojo como tomate, tratando de subirse los calzoncillos, pero Ritsuko forcejeó hasta quitárselos, por lo que tuvo que taparse con las manos.

— Shinji, si no te quedas quieto, no podremos sacarte la muestra de semen — dijo severamente la científica.

— ¿¿MUESTRA DE SEMEN?? — preguntó Shinji, espantado.

— Efectivamente. Necesitamos una muestra de semen para almacenar tus espermatozoides — dijo Ritsuko con seriedad — Es una medida de precaución, en caso de que mueras peleando contra un Ángel. En ese caso, con los avances en Ingeniería Genética y Clonación que hay aquí en NERV, podríamos tener un hijo tuyo con edad de 14 años en un par de meses, que además sincronizaría con el EVA-01 sin ningún problema. A propósito de eso; Maya, recuérdame citar mañana a Rei para recolectar algunos de sus óvulos.

Shinji tuvo que llevarse las manos a la nariz para contener su hemorragia nasal.

— Bien Shinji, tiéndete de espaldas, relájate y déjalo todo en nuestras manos — dijo Ritsuko, haciendo que Shinji se recostara en la camilla, pero Shinji no estaba con ánimos de cooperar — Shinji. Si no te quedas quieto, tendremos que amarrarme a la camilla.

Como era de esperar, Shinji trató de salir corriendo de ahí, pero fue prontamente reducido por las dos mujeres y amarrado de pies y manos a la camilla. Ahora, una seria Ritsuko y una sonrojada, pero decidida Maya, estaban observando la masculinidad de Shinji, que estaba dormida en uno de sus muslos sin dar señales de vida.

— En ese estado será imposible extraer la muestra. El miembro debe estar erecto para realizar la operación — dijo Ritsuko, sujetando el fláccido miembro en una de sus manos.

— ¿Qué haremos, doctora? — preguntó Maya.

— Estimularlo visualmente hasta que logre una erección — dijo Ritsuko con decisión.

— ¿Cómo haremos eso, doctora? — preguntó Maya.

— Simple. Desvístete frente a él y juega contigo misma — declaró la rubia.

Maya asintió totalmente sonrojada y con un "Sí, doctora" comenzó a desprenderse de sus ropas, tratando de hacerlo de la forma más sensual posible. Luego procedió a reclinarse frente a un impactado Tercer Elegido, acariciando y frotándose los pechos con las manos; todo esto mientras miraba fijamente el miembro de Shinji, que comenzaba a dar señales de vida. Al ver esto, Maya decidió que iba por buen camino, por lo que comenzó a pellizcar y retorcer uno de sus pezones, mientras llevaba su otra mano entre sus piernas para estimularse el clítoris, lo que le hizo contraer la cara en forma involuntaria por el placer que se estaba dando a sí misma.

— Doctora… ooohhh, doctora… ¿Cómo… aaahhh, lo hago?

— Bastante bien, pero la erección de Shinji aún es de un 60 por ciento. Parece que tendré que ayudarte con esto — dijo Ritsuko, dando un suspiro de resignación, para luego proceder a desnudarse, revelando que no era rubia natural.

Ristuko tomó a Maya entre sus brazos y le plantó un profundo beso, que dejó a Maya con los ojos desorbitados, pero unos segundos después ya estaba devolviendo el beso de su superior. Por su parte, Shinji casi se ahogó en su propia sangre, al ver como esas dos hermosas mujeres se devoraban a besos, y como al separarse sus labios quedaron unidos por un delgado hilillo de saliva.

Segundos después, Ritsuko volvió a la carga besando y lamiendo el cuello de Maya, arrancando jadeos y gemidos de la joven mujer. Entusiasmada por la reacción de su subordinada, una prendida Ritsuko hizo un camino de besos, descendiendo por el cuerpo de Maya hasta llegar a sus senos. Chupó con fuerza uno de sus pezones arrancándole un gemido, para luego proceder a devorar el seno de Maya como si no hubiera un mañana, a la vez que metía una mano entre las piernas, metiéndole los dedos y obligando a una ahora excitadísima Maya, a tenderse de espaldas en el suelo sobre la ropa que se había sacado momentos antes. Segundos después, Ritsuko giró su cuerpo sobre Maya para hacer un perfecto 69, dejando su húmeda intimidad frente al rostro de una sonrojada Maya, que se sonrojó aún más cuando Ritsuko hundió la cabeza entre sus piernas y comenzó a comerle el coño. Maya gimió y disfrutó de las atenciones que recibía, pero pronto la rubia dejó de devorarle el coño para mirarla por sobre el hombro.

— ¿Qué esperas Maya? Comienza a lamerme; y asegúrate que Shinji pueda ver bien como lo haces — dijo Ritsuko, regresando inmediatamente a lo que estaba haciendo, para total alegría de Maya.

— Sí, doctoohhh… raaaahhh… oohhhh… — dijo Maya, antes comenzar a trabajar en la intimidad de su maestra, comenzando a comerle el coño con avidez.

Mientras todo eso ocurría y aun amarrado a la camilla, Shinji observaba con ojos desorbitados como esas dos hermosas mujeres se devoraban mutuamente entre lamidas y chupetones, hasta que explotaron en un espectacular orgasmo simultaneo, gimiendo de placer a la vez que liberaban una gran cantidad de fluidos, embetunándose las caras, que luego se limpiaron lamiéndose mutuamente. Una vez que ambas mujeres estaban razonablemente aseadas, se pusieron de pie y miraron el miembro de Shinji, que ahora sí, estaba levantado en una poderosa erección.

— Ya está lo suficientemente duro — dijo Ritsuko, examinando el pene de Shinji con ojo clínico — Maya, procede a tomar la muestra.

— Sí, doctora — dijo Maya con voz decidida, tomó el pene de Shinji en las manos y procedió a lamerlo como si fuera un caramelo, pasándole la lengua desde la base hasta la punta y luego lamiendo metódicamente la punta del pene.

Al ver esto, Ritsuko resopló en frustración y se golpeó la frente con una mano.

— ¡¡Así no, Maya!! — regañó Ritsuko, apartando a un lado su discípula — Mira. Esta la forma correcta de hacerlo — dijo la científica, tomando el pene en una de sus manos, lo rodeó con los labios y se deslizó hasta la base, mientras Shinji se retorcía de placer, lo más que se lo permitían sus ataduras.

Ritsuko subió y luego volvió a bajar, tragando el pene de Shinji y repitió la operación en varias oportunidades, ante una atenta Maya, que una vez entendió lo que debía hacer, tomó el lugar de su superior, comenzando a chupar el pene de un aturdido Shinji, que jadeaba y se retorcía al sentir como se deslizaba dentro de la húmeda y caliente boca de Maya.

— Ya está en el límite. Aguarda un poco mientras voy por un recipiente — dijo Ritsuko a su discípula, pero la advertencia llegó demasiado tarde.

Ya sin poder contenerse más, Shinji liberó toda su carga dentro de la boca de una sorprendida Maya, que se vio inundada por un líquido caliente y espeso. Sin poder evitarlo y en acto reflejo, comenzó a tragar mientras subía y bajaba con su boca por el pene de Shinji, hasta que su descarga se agotó. Ritsuko la miró espantada.

— Maya… ¡¡TE TRAGASTE LA MUESTRA!! — rugió la científica.

— Lo siento, doctora. No pude evitarlo — dijo Maya totalmente apenada, limpiándose la boca con el dorso de una mano.

— Está bien — masculló Ritsuko de mala gana y se posicionó junto a Maya — Hay que obtener otra muestra. ¡¡Y esta vez no te la tragues!!

— Si, doctora — dijo Maya apenada.

Luego de eso, ambas mujeres se avocaron a la tarea de revivir el miembro de Shinji hasta que recobró su gloria. Entonces ambas mujeres lo atacaron salvajemente con besos, chupadas y lamidas, hasta que…

— ¡¡Estoy en casa!!

— ¿Qué fue eso, doctora? — preguntó Maya, dejando de lamer el miembro de Shinji, levantando la cabeza.

— Solo es Misato avisando que llegó a casa. Vuelve a trabajar — dijo Ritsuko entre lamidas.

Maya afirmó con la cabeza y volvió a chupar el miembro de Shinji, para luego cederle el turno a Ritsuko, que volvió a tragarse el miembro hasta la base.

— ¿Hay alguien en casa? ¿Asuka? — preguntó Misato, y se sintió como abría la puerta del cuarto contiguo.

— Esa Misato es una pesada. Aún no terminamos aquí y ya viene a molestar — se quejó Ritsuko.

— ¿Shinji, estás ahí? — preguntó Misato golpeando la puerta — Voy a entrar.

En eso se sintió como se abría la puerta y se coló dentro la luz del pasillo. Misato dio un par de pasos dentro de la habitación y quedó de una pieza ante lo que vio.

Por su parte, Shinji fue sacado bruscamente de su fantasía, al sentir como la puerta de su cuarto era abierta, momento en que la imagen de unas desnudas Maya y Ritsuko reclinadas sobre él, mamándole el pene, fue reemplazada por una impactada Misato, que lo miraba con ojos desorbitados y la boca abierta.

Para mala suerte de Shinji, estaba de frente a la puerta, dándole a su tutora una magnífica vista de lo que hacía; y tal como los Ángeles, que aparecían en el peor momento, no pudo contenerse más y liberó toda su carga con un potente gemido.

Milésimas de segundos después, rompiendo las leyes de la gravedad y en un perfecto ángulo de vuelo, una descarga de semen atravesó el cuarto rompiendo todos los récords de distancia e inscribiéndose en el libro de "Records Guinness", a la vez que impactaba limpiamente en la cara de Misato.

Misato solo pudo observar como la descarga de Shinji atravesaba el cuarto para impactar en su mejilla derecha, escurriendo luego hacia abajo y colándose dentro de su boca, que aún estaba totalmente abierta de la impresión. Cerró la boca en forma casi ausente, sin poder evitar tragar y saborear el semen de Shinji, lo que causó que se estremeciera de arriba abajo, mientras se pasaba inconscientemente la lengua por los labios, apretando las piernas, tratando en vano de calmar el fuego que tenía entre ellas… y es que de solo ver a Shinji en ese estado, había quedado apunto de tener un orgasmo.

Misato en un primer momento no supo cómo reaccionar, pero al darse cuenta de que estaba por correrse ahí mismo frente a Shinji, salió corriendo para encerrarse en el baño. Se deslizó por la puerta hasta quedar sentada en el suelo y se llevó la mano derecha a su mejilla, limpiando los restos de semen que aún estaban en ella. Miró fijamente su mano, llena de esa sustancia espesa y de aspecto lechoso que ella conocía tan bien. Después de luchar consigo misma por un par de segundos, lamió su mano, degustando una vez más del semen de Shinji, mientras llevaba la otra mano a su entrepierna. Nada más tocar su clítoris, sintió un poderoso orgasmo que la hizo retorcerse en el suelo del baño.

 

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Shinji aún estaba en la misma posición, mirando con ojos desorbitados donde segundos antes había estado Misato. Lentamente se puso de pie, se limpió los restos de su descarga, se subió los pantalones y cerró la puerta de su cuarto.

¿¿CÓMO DEMONIOS PUDO PASARME ALGO ASÍ??

Ese era el pensamiento que atravesaba la cabeza de Shinji, que en un acto reflejo fue a acurrucarse en un rincón de su cama, meciéndose atrás y adelante, ocultando el rostro entre sus piernas, mientras las rodeaba con sus brazos.

— ¿Y ahora como voy a mirar a Misato a la cara otra vez? — se preguntó Shinji, totalmente avergonzado y sin saber qué hacer.

Aún podía ver la cara de sorpresa de Misato; la misma cara que embetunó de semen… semen que ella había tragado sin hacer la menor queja. Si hasta se pasó la lengua por los labios. ¿Le habrá gustado?

¿¿QUE DEMONIOS ESTOY PENSADO??

Ante esa nueva pregunta mental, Shinji comenzó a darse cabezazos contra la pared. No era momento de pensar en eso. Lo que había pasado era algo sumamente grave. Misato lo había sorprendido en pleno acto masturbatorio; para colmo, el cuerpo del delito fue a parar directamente en el rostro de la mujer… un rostro hermoso con una boca tan sensual y labios tan carnosos que siempre había deseado poseer.

¡¡DEMONIOS!!

Shinji se lanzó de cara a la cama y sujetó la almohada sobre su cabeza con sus manos. ¿Qué demonios le estaba pasando? ¿Cómo podía calentarse con Misato, justo después de lo que había pasado? Debería estar avergonzado; y lo estaba, MUCHO. En este momento solo deseaba que la tierra se lo tragara, pero a la vez estaba tan caliente de solo recordar a Misato tragándose su semen que…

Shinji gimió resignado, sin entender qué le pasaba en la cabeza. Estaba totalmente avergonzado y a la vez totalmente caliente, pero con un común denominador: Misato Katsuragi.

 

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Misato se terminó de un trago su tercera cerveza en la soledad de su cuarto, sentada en el suelo y recargada contra la pared. Tocó su mejilla donde pocos minutos antes, había aterrizado accidentalmente la descarga de semen de Shinji. Luego miró su mano derecha, con la que se había limpiado la cara; la misma mano que lamió, mientras se corría espectacularmente en el piso del baño.

— Eso me pasa por entrar sin esperar una respuesta — dijo Misato, llevándose las manos al rostro.

Aún podía ver a Shinji meneándosela tirado de espaldas en la cama, y como luego su descarga de semen volaba por el aire para aterrizar caprichosamente en su cara, luego de lo cual se le escurrió en la boca. De hecho, aún podía sentir el sabor de Shinji en su boca; de solo recordarlo, sintió como su entrepierna comenzaba a arder otra vez.

Bien, era natural que Shinji hiciera algo como eso. Es un adolescente totalmente sano que estaba en plena pubertad, cargado de testosterona. A esa edad es normal que todos los chicos comiencen a explorar la sexualidad. La masturbación es una actividad completamente natural y… ¡Rayos! Aun con 29 años en el cuerpo, ella misma se masturba todos los días para poder calmar sus impulsos; y aun así, habían días en que sus dedos francamente lo le bastaban. Suspiró en resignación.

Lo cierto es que ella ya no es una niña de 15 años, necesitaba un pene de verdad. El problema es que el idiota de Kaji no siempre estaba disponible y, francamente, ya se estaba hartando de ese idiota. Además, estaba cansada de caer en la cama con cualquier tipo que se le cruzara por delante, solo para sacarse las ganas; sin contar con que además era peligroso. Por suerte sus análisis de sangre habían salido bien.

Volvió a recordar a Shinji meneándosela frente ella. No pudo dejar de pensar que el pene de Shinji es más grande que el Kaji; un pene que nunca había estado dentro de una mujer. Shinji era virgen, ella estaba segura de eso.

Misato sonrió. Un chico virgen. Eso sería algo verdaderamente interesante. Estaba consciente que por la inexperiencia y el nerviosismo, la primera vez es por lo general una mala experiencia para los chicos, pero ella y Shinji se conocen hace casi un año, había confianza y se querían, por lo que si la primera vez de Shinji fuera con ella, sería una experiencia muy interesante para ambos. Luego de eso, podría enseñarle a Shinji los secretos del sexo y el cuerpo femenino, para que él se la folle tal como a ella le gusta que se lo hagan. De esta forma ella no tendría que pajearse nunca más, ya que tendría a un chico deseoso de meterse en su cama a cualquier hora del día, ante la oferta de sexo.

¿¿PERO QUE RAYOS ESTOY PENSANDO??

Misato se jaló el cabello mientras alejaba esos malos pensamientos de su mente. Ella no podía pensar así. Shinji es un chico inocente que aún no cumple los 15 años, además no sabe nada sobre el sexo. Ella no podía llegar y aprovecharse de él así como así, solo porque un día lo sorprendió masturbándose… ¡¡ADEMÁS ELLA ES SU TUTORA, POR TODOS LOS CIELOS!!!

Otro punto importante aquí, es que si en verdad cruzara esa línea y tomara a Shinji como su nuevo y flamante "amigo sexual", dispuesto a follársela en todo momento y por todos los agujeros disponibles, siempre estaba la posibilidad de ser descubierta. Si se enteraran de eso, no solo la despedirían del trabajo, también la meterían presa por abuso de menores.

— No debo pensar eso. Es inmoral — se dijo Misato, reprendiéndose mentalmente y tratando de aclarar su mente con otra cerveza.

Desgraciadamente para la complicada mujer, esa última cerveza no ayudó en nada para aclarar su mente, ni menos para disminuir el ardor de su entrepierna. Es así que con un suspiro de resignación, Misato se levantó la falda, bajó sus bragas y hundió los dedos en su intimidad, haciendo lo único que podía hacer en ese momento para relajar ese incesante ardor... masturbarse.

"Odio mi vida" pensó Misato, antes de ser estremecida por un orgasmo.

 

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Cuando Asuka llegó al departamento, se sorprendió al encontrarse con que no había nadie a la vista. Al entrar en la cocina, se percató de que Shinji no había preparado la cena. Estrechó los ojos totalmente indignada y fue directo al cuarto del Tercer Elegido. Caminaba a grandes zancadas, dispuesta a echarle encima las "Siete Plagas de Egipto" por dejarla sin cenar. Abrió la puerta de golpe y prendió la luz.

— Shinji, idiota… ¿¿DÓNDE ESTÁ MI CENA?? — rugió Asuka.

Shinji dio un salto al escuchar el rugido de Asuka, quedando sentado en la cama, tratando de acostumbrar sus ojos a la luz.

— Pregunté… ¿Dónde está mi cena? — preguntó la pelirroja entre dientes.

— Yo… no la hice. Lo olvidé — dijo Shinji, temblando al ver el rostro furibundo de la pelirroja.

— ¿¿QUE??

— Pe-perdón — dijo Shinji con temor.

Asuka fulminó con la mirada a Tercer Elegido, que se apretó contra la pared detrás de él. Asuka dio un bufido y salió dando un portazo. Se encaminó al cuarto de Misato y golpeó la puerta.

— ¿Misato, estás ahí? ¿Misato? — preguntó la chica.

— ¿Q-qué? ¿Asuka? ¿Qué pasa? — llegó la respuesta desde detrás de la puerta.

— Shinji no preparó la cena — masculló la molesta pelirroja.

— Por mi está bien. No tengo hambre, así que no voy a cenar. Si tú quieres comer algo, entonces prepáratelo tú misma.

Asuka bufó por lo bajo ante esa respuesta. No le quedó más remedio ir a la cocina y rebajarse a preparar algo de comer; era eso o morir de hambre.

 

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Eran cerca de las 12:00 de la noche y Shinji daba vueltas una y otra vez dentro de su habitación pensando qué hacer. Aún estaba terriblemente avergonzado por lo ocurrido hace unas horas atrás y no sabía cómo lo haría para mirar a Misato a la cara luego de embetunársela de semen; semen que se escurrió por su mejilla entrando en su boca… que luego cerró para tragar y después pasarse la legua por los labios… ¡¡DEMONIOS!!

¿Por qué no podía dejar de pensar en eso? Debería estar pensando en cómo disculparse con Misato, pero en vez de eso, lo único que hacía era repasar en su mente una y otra vez la imagen de Misato tragándose su semen y después pasándose la lengua por los labios. Bien, no podía negar que era una visión tremendamente erótica y; a la vez, tremendamente vergonzosa. De solo pensar que al día siguiente tendría que mirar a Misato a la cara… ¡¡Primero muerto!!

Suspiró en resignación.

El problema aquí es que le guste o no, tendría que ver a Misato tarde o temprano; ya sea en el departamento o en NERV. Tenía que disculparse con ella, eso es definitivo, pero no sabía si tendría el valor para hablar con ella en la mañana. ¡No! No podía simplemente esperar hasta la mañana. Debía disculparse ahora. Ahora que estaba cargado de adrenalina. Este era el momento preciso para hablar con ella, de lo contrario, al día siguiente jamás podría hacerlo.

Con esa resolución en mente, Shinji salió de su cuarto silenciosamente para no despertar a Asuka y luego de dudar cerca de 10 minutos dando vueltas en la sala, llegó frente a la puerta del cuarto de Misato.

Shinji sabía que era bastante tarde y que seguramente Misato estaría dormida, pero si no decía esto ahora, en la mañana no podría hacerlo. Se armó de valor, tragó ruidosamente y dio un par de suaves golpes en la puerta.

Nada.

Golpeó un poco más fuerte.

Nada.

Golpeó otra vez.

— Misato. Soy Shinji — susurró y le pareció escuchar un ruido provenir desde adentro. Seguramente ella se había despertado — Misato, yo… perdón la hora, pero… bien, quería hablar contigo por… por lo de esta tarde.

Shinji escuchó unas palabras desde el otro lado de la puerta, pero eran pronunciadas demasiado bajo como para comprenderlas.

— ¿Qué? ¿Misato, que dijiste? — preguntó Shinji, acercando su oído a la puerta.

Nuevamente el Tercer Elegido no pudo escuchar claramente las palabras de la mujer. Seguramente hablaba tan bajo como él, para no despertar a la pelirroja gruñona.

— ¿Misato? — preguntó pegando la oreja a la puerta.

— Sí… sí… — dijo la mujer, siendo ahora sí, escuchada por el Tercer Elegido; aunque apenas.

— Este, yo… ¿Pu-puedo pasar? — preguntó Shinji con voz temblorosa, su oído aun apegado a la puerta de Misato.

— Sí… sí… — vino la apenas audible respuesta desde el interior de la habitación.

Ante la afirmativa respuesta por parte de Misato, el joven Piloto EVA tragó sonoramente, se armó de valor sacando fuerzas de alguna parte y abrió la puerta.

Shinji ni siquiera miró dentro de la habitación cuando abrió la puerta, simplemente ingresó a la habitación e inmediatamente se postró en el suelo, para pedir perdón de la forma más respetuosa que le fuera posible, mientras apoyaba la frente en suelo, en la más humilde y respetuosa de todas las reverencias.

— Misato, yo… perdóname. Yo… te juro que no quería. Yo… perdón — dijo Shinji en voz baja y temblorosa, casi al borde de las lágrimas.

— Sí… sí…

Shinji arrugó el ceño, extrañado por la respuesta de Misato, sin olvidar el tono de voz tan meloso con el que había hablado. Curioso, levantó el rostro para mirar a la mujer y preguntar a qué se refería con el "sí, sí", y sus ojos prácticamente se salieron de sus orbitas ante lo que vio.

Pese a que la luz estaba apagada, la cortina estaba entreabierta, por lo que la luz del exterior se colaba en la habitación, dejando ver perfectamente a Misato, recostada de espaldas en su desordenado futón, totalmente desnuda con las piernas abiertas y con su mano derecha trabajando furiosamente en su mojada intimidad, mientras que con la otra se masajeaba uno de sus senos.

Misato estaba tan concentrada en su placer, que nunca se percató de que Shinji abrió la puerta, que entró a su cuarto, que le había pedido disculpas, o que ahora estaba arrodillado ante ella; y que por asares del destino, quedó justo entre sus piernas abiertas, con la cara a menos de un metro de su mojada intimidad. Por su parte, Shinji tenía una perfecta vista de Misato trabajando con sus dedos, insertándolos y sacándolos desde su intimidad, completamente cubiertos de sus fluidos que inundaban la habitación con un espeso aroma, que Shinji ya estaba empezando a amar.

Misato seguía repitiendo "Sí, sí" mientras revivía una y otra vez ese momento hace unas horas atrás, cuando Shinji la alcanzó en la cara con su leche caliente y espesa. Incluso podía jurar que ahora estaba arrodillado entre sus piernas, observándola masturbarse. Sí, eso era tan excitante y… un momento. No lo estaba imaginando, Shinji estaba arrodillado entre sus piernas viendo como ella se masturbaba.

— ¿Shinji? — preguntó Misato, congelada por la impresión.

— Mi… Mi… Misato — fue todo lo que pudo decir un atontado e impactado Shinji.

Misato se ruborizó hasta las orejas, e hizo el amago de sacar sus dedos de su mojada intimidad, pero como ya estaba al límite, ese solo movimiento la hizo correrse. Se llevó una mano a la boca para acallar el gemido que se le escapó de la garganta. Sin poder hacer nada por evitarlo, producto del placer que la recorría de pies a cabeza, liberó una descarga de fluidos que fueron a caer directamente en la cara de Shinji, que aún estaba a corta distancia, empapándolo por completo.

Misato se retorció sobre el futón, presa de los estragos de orgasmo, pero de alguna forma logró manejar su cuerpo para observar a Shinji. El chico que estaba como una estatua postrado entre sus piernas abiertas, con la cara untada con los jugos de su espectacular corrida.

El joven Piloto EVA finalmente reaccionó y se llevó una temblorosa mano a la cara, pasándose los dedos por una mejilla. Al apartar la mano, pudo observar el regalo que le dio Misato, embetunando sus dedos. Observó con ojos desorbitados a Misato, que aún estaba recuperándose de su corrida, e hizo lo único que su atontado cerebro le permitió. Retrocedió dando tumbos y corrió para ir a encerrarse en su cuarto.

— Shinji… espera — dijo Misato, estirando un brazo, pero ya era tarde. Se arrastró lastimosamente por el suelo, ya que aún estaba afectada por el orgasmo que había tenido segundos antes, cerró la puerta del cuarto y se quedó tendida boca abajo, tratando de reorganizar sus ideas.

¿Qué demonios hacía Shinji, metido en su cuarto a esas horas de la noche? No lo sabía, pero al recordar la impactada cara del chico, embetunada con sus jugos, hizo que se sonrojara y se sintiera avergonzada como nunca antes en su vida.

"Esto es lo que debe haber sentido Shinji hace unas horas" pensó Misato, sonrojándose aún más de lo que ya estaba. Se obligó a calmarse, respiró profundamente y analizó la situación. La cosa era simple. Shinji la había visto masturbarse y correrse; como premio, le había embetunado la cara con su corrida.

"Bien, ahora estamos a mano" pensó Misato, tratando de tomárselo con humor. El problema es que la situación no tenía nada de graciosa. Lo ocurrido hace unas horas, sumado a lo que acababa de pasar, debieron ser experiencias traumáticas para Shinji. Tenía que hablar con él, eso era definitivo, pero no podía ir ahora al cuarto de Shinji, por dos razones muy poderosas.

Primero: Tomando en cuenta lo sorprendido y alterado que se veía Shinji, sumado a la salpicadura de jugos vaginales que le llegó directo en la cara; era seguro pensar que armaría un escándalo de proporciones si ella se presentara en su cuarto.

Segundo: Asuka de seguro escucharía el escándalo de Shinji, saldría hecha una furia de su cuarto para ver qué demonios estaba pasando y… mejor ni pensar en lo que vendría después. Pero había algo incluso más preocupante que Asuka sabiendo que ella se corrió en la cara de su compañero de vivienda.

¿¿Y AHORA COMO DEMONIOS VOY A MIRAR A SHINJI A LA CARA??

 

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Shinji se encerró en su cuarto y se deslizó por la puerta hasta quedar sentado en el suelo. Su respiración era agitada y su rostro aún reflejaba la sorpresa por lo que había visto; sin olvidar que aún estaba embetunado con los jugos que salieron desde la intimidad de Misato cuando esta se corrió en frente de él. Shinji abrió los ojos como platos al comprender que… ¡¡HABÍA VISTO MASTURBARSE Y CORRERSE A MISATO!!

Ese solo pensamiento era de por sí increíble. Nunca en sus más afiebradas fantasías, hubiera imaginado que podría ver a una mujer masturbándose y correrse frente a él. Mucho menos una tan hermosa como Misato. Como si fuera poco, también se había ganado un premio; un premio húmedo, algo espeso y pegajoso.

Bajó la vista a los sus dedos de su mano que pasó por su mojado rostro. Movió los dedos y pudo notar la consistencia espesa y pegajosa de ese líquido.

En ese momento, una idea atravesó la mente de Shinji. Era una idea algo degenerada, pero que por su vida no podía desechar. Sabía que no estaba bien; lo sabía, pero no pudo evitar abrir la boca y pasar la lengua por sus dedos para probar el sabor de Misato.

Dulce… ¡¡MISATO ES DULCE!!

Un impactado Shinji no pudo dejar de sorprenderse al descubrir el dulce sabor de Misato. Es dulce como la miel. ¡No! Es mucho mejor que la miel. Un sabor como nada que hubiera probado antes, pero definitivamente "Dulce". No pudo evitar limpiarse el rostro con una mano y lamerla para saborear otra vez a Misato. Tampoco pudo evitar usar su otra mano para calmar la erección que ya lo estaba matando.

— Dulce… dulce… dulce… — repetía Shinji una y otra vez en un susurro, mientras se masturbaba tirado en el piso de su cuarto, con el sabor de Misato aún en su boca.

Esa noche, Shinji y Misato no pudieron conciliar el sueño.

 

 

Continuará…

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Notas del Autor: ¡¡¡Hola a todos!!!

Acá estoy con otra historia de Evangelion, que espero sea del agrado de todos. En esta historia apuesto por la comedia picante, pero llevándola unos cuantos escalones más arriba.

En esta ocasión tenemos a un Shinji aquejado por los típicos problemas que enfrenta un adolescente común y corriente de 14 años, como son el descubrir la sexualidad, su gusto por el sexo opuesto y los inevitables calentones producidos por el exceso de Testosterona. Si a todo eso le sumamos que debe compartir el departamento con dos hermosas mujeres, una de las cuales se pasea todos los días semidesnuda frente a él, pues; como verán, el pobre está bastante complicado.

Shinji pasará por muchas cosas, todas muy subidas de tono, pero atentos, este no es el "Shinji Hentai", de "MI OTRO YO". Este es el cobarde, tímido y llorón Shinji Ikari que todos conocemos, pero es ahí donde radica la gracia. Ver cómo se las arregla este Shinji con su exceso de Testosterona.

Con respecta a la escena de Ritsuko, Maya, Shinji y la muestra de semen; está basada en una escena del primer capítulo del fanfic "Aikan Muyo" de "Tenchi Universe".

Sin más qué decir, me despido deseando que puedan acompañarme en esta nueva historia.

Saludos y nos leemos.