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Primavera

𝐀𝐥𝐥𝐞𝐧

Se acabaron las vacaciones, se acabaron los días en los que solo me la pasaba utilizando mi teléfono, dormía y comía. Todo seguía siendo un ciclo sin fin.

Hace una semana me compraron mi nuevo uniforme, sinceramente me gustaba más que el de mi escuela anterior, la camisa blanca me combina mucho con la falda.

Esta vez quería hacer un cambio de look leve, usualmente siempre mantenía mi cabello amarrado en una cola, pero está vez voy a tenerlo suelto y eso me favorece ya que soy consciente que mi cabello está muy bien cuidado.

Me despedí de mi hermano y me lleve un poco de dinero para comprar mi almuerzo en la escuela.

Finalmente estaba en el autobús, siempre manteniendo mis ojos en el teléfono, pero en el momento que me tocó cambiar a tren, tengo que admitir que estaba nerviosa por ese primer día y no podía parar de pensar en que tipo de personas estarán en mi salón.

¿𝐒𝐞𝐫á𝐧 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐞𝐬𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬?

¿𝐇𝐚𝐛𝐫á𝐧 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐠𝐮𝐚𝐩𝐨𝐬?

Abrí los ojos ante ese último pensamiento.

Me regañe a mi misma por eso último, mi objetivo es claro.

Simplemente ignore eso y seguí con mi camino, este tren huele raro no puedo creer que a esta hora ya la gente este sudando.

Pude ver que estaba amaneciendo y si duda alguna, esas vistas quedarán en mi cabeza grabadas por un buen tiempo, el tren tenía la altura suficiente como para ver las casas, las montañas de lejos en el lado derecho, mientras que en el lado izquierdo estaban las vistas que realmente me gustan, los edificios de la gran ciudad siendo iluminados por los primeros rayos del sol del día.

Un día, yo quería recibir esos rayos de sol en uno de esos edificios mientras que justo en la misma dirección de la ciudad, un poco más allá se encontraba el mar, muy hermoso todo.

Volteé mi mirada y estaban varios chicos de otras escuelas con su padres y lo que parecía ser sus hermanos, el primer día es normal que los lleven para que conozcan el camino, por suerte yo ya había ido a mi escuela el día que estaba buscando los suéters con el logo de la escuela.

Está nueva escuela es de mi agrado ya que tiene áreas verdes a las que seguro nunca iré por qué me da pereza salir de mi salón.

¿Quién sabe?, capaz me pase por allá un día que otro.

Finalmente llegué, como es normal en el primer día de clases estaban varios chicos buscando el nombre de ellos en las listas para saber en qué salón les tocó.

A mí me tocó en 𝟏𝑭.

"Jodeme que me tocó en el último salón".

Bueno, supongo que serán divertidos.

Yo iba caminando por los pasillos, ya sabía donde quedaba mi salón. Una escuela grande, tres pisos.

Mientras iba caminando mire el tercer piso.

"Tercer año de preparatoria..."

Mi vista hacia allá arriba fue de admiración, en algún momento yo estaré caminando por esos pasillos, mientras tengo en mi cabeza ya la carrera que quiero agarrar. Algunos de los que están allá arriba no saben que quieren ser, no se encuentran a sí mismos, pero otros tienen una visión de ellos mismos en el futuro, y saben que quieren estudiar.

𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐞𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚𝐬.

Me hace falta mucho para si quiera pensar en estar allá arriba aún, siquiera e llegado a mi salón actual, ve con más calma Allen.

Ya dentro de mi salón, como es el primer día todos estaban calmados, aunque l mayoría se conocía ya que estaban el año pasado juntos en secundaria, habian pocos nuevos llegados de otras escuelas.

"Quién fue el que agarró mi lápiz sin permiso?".

Dijo una chica de piel morena y unos lindos rulos.

Todos se quedaron callados cuando volteó a ver a un chico que estaba alado mío con un lápiz peculiarmente parecido a e de ella, era fácil de distinguir ya que tenía diseños.

"Devuelvelo".

Le dijo al chico.

"𝐍𝐨".

La chica de manera rápida se tiro encima del chico, agarró el lápiz y lo puso en su cuello.

"𝐍𝐢 𝐬𝐢𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐬𝐞 𝐭𝐞 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐚 𝐚𝐠𝐚𝐫𝐫𝐚𝐫𝐥𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨...".

Su cara sin duda alguna parecía que quería matarlo, según e escuchado se conocen desde el año pasado y su relación es de amistad-odio muy intensa...

"Calmate 𝐒𝐚𝐫𝐚, estas en tus días o tienes diarrea?".

Para que fue eso.

Voltee rápidamente y solo pude escuchar el sonido de algo chocar.

Esos dos sin duda alguna son unos personajes.

Pude observar a varias personas, pero ninguna de ellas lograba llamarme la atención aún, es solo el primer día, pero esa chica cuyo nombre es Sara... Me saco un par de sonrisas.

Adelante mío estaba sentado un chico de piel morena, cabello corto y lentes de color rojo, era un poco más alto que yo y eso que mido 1.77, así que ya que estaba al frente mío tuve mi primera interacción.

"¿Estas estudiando banderas?"

Parecía estar en una aplicación en donde te ponían las banderas de los países y tú tenías que adivinar su nombre, las acertaba todas!.

"Oh, normalmente lo hago para matar el tiempo y ya que no tengo datos pues simplemente es lo único que puedo usar, eres nueva en esta escuela?"

"Es genial que sepas de todos esos países que yo ni sabía que existían, y si, soy nueva".

"Que bueno, yo también lo soy hermanita".

"¿Hermanita?"

"Oh, es la costumbre, ignora que te dije así, pero posiblemente sí seguimos hablando tarde o temprano te diré así".

Puso una cara haciendo una mueca y me pidió chocar el puño, así que lo hice.

"Entiendo jajajaja, 𝐉𝐚𝐦á𝐬 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐚𝐬 𝐚 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐫𝐦𝐞 𝐚𝐬𝐢".

Le dije sonriendo, cosa que claramente hice con la intención de que viera mi amenaza.

"Jajajaja, 𝐍𝐢 𝐬𝐢𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐡𝐚𝐫é 𝐜𝐚𝐬𝐨".

Ambos quedamos en silencio sonriendo con sarcasmo, pero ambos sabíamos que nos caímos muy bien.

"Oh cierto, como te llamas".

"Mi nombre es Sebastián, dime Sebas".

"Oh, yo soy..."

"Allen, recordé tu nombre en la presentación".

Sonreí al saber que recordó mi nombre, ni yo lo hago.

Las clases fueron normal, los profesores presentándose y nosotros conociéndonos, un chico llamado Carlos nos pidió nuestra información de contacto a todo el salón para crear un grupo para los trabajos escolares, cuando él llegara a casa nos añadiría a todos.

En el descanso solo fui al baño y me quedé en el salón, le enviaba mensajes a mis amigos de el colegio anterior ya que estábamos hablando sobre la experiencia de nuestro primer día y charle un poco más con Sebastián.

Al final del día volví a mi casa con bastante ánimos, finalmente el día de la introducción termino, esta semana solo será para conocernos y ver cómo es el colegio, así que no hay muchas tareas.

Así que esta semana será calmada.

"Qué sueño..."

Allí quedé dormida, como un viejo albañil llegando a su casa.