Luo Feng estaba inmerso en su estudio de la tabla sagrada. Incluso cuando tenía sed o hambre, no se atrevía a perder un segundo.
1 día, 2 días, 3 días...
***
Dentro de un antiguo cuartel de entrenamiento en la tierra sagrada, Si Fan Qi, Kashna, Dylan y los cinco señores del sector se quedaron allí.
En la entrada de las habitaciones, el anciano Si Fan Qi miró fríamente a los jóvenes del cuerno dorado esperando.
—Su majestad Luo Feng ya ha entrado en la torre de la lápida sagrada para entrenar. Ustedes también deberían concentrarse en el entrenamiento. Sólo aquellos que saben que son más fuertes que Bei Chuang deberían volver aquí y buscarlo. Aquellos que son demasiado débiles pero que todavía quieren desafiarlo, ¿no ha sido ya bastante vergonzoso? —dijo desatando su energía inmortal.
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