Jamás te detestaré

—¡Basta, no digas más, no lo hagas! —Shen Rou de repente gritó como si hubiera perdido completamente el control. Se envolvió los brazos alrededor de su cabeza y sollozó de agonía—. Gong Zeli, no hables más. No quiero escucharlo, por favor no sigas.

¿Cómo no podía entenderlo?

Ella lo sabía todo.

Pero estaba indignada.

Era la que había estado con él durante más tiempo, la que mejor lo entendía y la que más lo amaba.

Ella era obviamente la mejor opción para él.

Pero, ¿por qué no podía siquiera darle una oportunidad?

¿Por qué tenía que ser tan cruel con ella?

—Rourou, no sirve de nada evitar la realidad —Gong Zeli la miró tristemente—. Sonaba menos frío e insensible ahora—. Ah Si está casado. Ahora es esposo de alguien y tiene su propia familia.

No puedes seguir aferrándote a él.

Rourou, no te conviertas en alguien tan patética. Suelta, no pierdas más tiempo con él.

De hecho, quería preguntarle, ¿no había nadie más en sus ojos aparte de Mo Yesi?