Yuki salió de la habitación.—Oh, ¿te hice esperar mucho?
Cedric miró el reloj en su muñeca y luego la miró a ella.—Para nada. La llevó de vuelta a su camerino y se paró junto a ella. El vestido de Yuki era un vestido de gala con cuello alto y volantes de cola barrida de tul. Era de color negro. Alrededor de su cuello había tres rosas fruncidas negras que formaban un choker como parte del vestido. La espalda estaba completamente expuesta con la falda terminando en su cintura y por delante había dos gruesas piezas de tela que subían y se conectaban a las rosas. Pasó su brazo por el de él y sonrió dulcemente.—¿Qué opinas, Aislynn?
—No hay palabras que puedan describir lo increíble que se ven ustedes dos juntos. Me alegro de que hayamos tenido tiempo suficiente para rizar tu cabello y dejarlo suelto. Si quieres puedo tomarles una foto juntos.—Aislynn estaba rebosante de felicidad por la pareja.
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