webnovel

33. ACLARACIONES

POV SANTI

En este mismo momento estábamos sentados en el sofá, yo mirando para la nada y podía notar su mirada en mí. A veces en serio odiaba que Carla fuese tan bocazas, siempre contando cosas que no debía, por eso cuando tenías que guardar un secreto ella era la última persona que se debería de entrar, porque estoy seguro que lo contará, aún no sé cómo no le dijo a Jessica que le iba a pedir casarse conmigo cuando hablábamos por teléfono cuando estaba en Los Ángeles.

-Santi mírame.

No podía ni mirarle, no me sentía bien haciéndolo en este momento, y sé que ella no tiene culpa de mis dudas, pero siempre puedo notar en sus ojos un poco de dolor por no fiarme de ella, o al menos eso es lo que ella piensa, porque ella es la persona en la que más confío.

Noté como se acercó a mí y con un dedo en la barbilla, hizo que la mirase. Tenía una pequeña sonrisa en si rostro, y creo que por una vez no le vi ese dolor en sus ojos.

-Escucha, puede ser que sea complicado para ti creerlo, me da la sensación de que siempre es así, pero te amo Santi, te amo más que a nada en este mundo, y no te voy a dejar por unos rumores que una chiquilla caprichosa como ella anda diciendo que está embarazada de ti, porque sé que no es cierto, sobre todo si tenemos en cuenta las fechas que dice que estuviste con ella. Pronto saldrá la verdad a la luz de eso estoy más que segura.

-De verdad que no estuve con ella.

-Lo sé cariño, de verdad que lo sé. Eso me da igual, lo único que quiero que tengas claro es que te amo y no te voy a dejar por nada del mundo. Si ni olvidándome de todo te dejé ir, menos ahora que sé más que hace un par de meses.

-Te amo Jess, de verdad que lo hago.

-Lo sé, y espero que tengas claro que yo también te amo. Mejor, ¿por qué no hacemos algo de comer? Tengo hambre.

- ¿Y qué es lo que quiere comer la reina de esta casa?

-Cualquier cosa mientras se pueda comer.

-Entonces vayamos a la cocina a ver que encontramos por ahí.

Nos levantamos del sofá y nos dirigimos a la cocina. A pesar de lo que había pasado con Alison, Jessica y yo estábamos bien, y lo mejor de todo era que el tumor no había crecido en todo este tiempo y que pronto la podrían operar para sacárselo. Tenían que arreglar unas cosas y hacerle un par de pruebas más a Jessica y la operarían, y eso era una gran noticia.

Jessica se sentó en la isla, y a pesar de que no estaba mirando para ella, podía notar su mirada en mí, era una cosa extraña, pero siempre lo notaba. Empecé a buscar cualquier cosa en los armarios para hacer de comer, pero no encontraba nada, al parecer nos habíamos quedado sin comida, lo cual era una mierda.

-Me temo que tendremos que salir a hacer la compra.

-Entonces vayamos.

-Bueno, aunque pensándolo mejor, ¿te parece si vamos a una cita?

- ¿Una cita?

-Sí, hace tiempo no tenemos una, y me preguntaba el porqué de no hacerlo hoy si solo son todo buenas noticias.

-Por tu cara cuando llegué no todo eran buenas noticias.

-Puede ser que cuando llegases no estaba de buen humor y tenía miedo de que me dejases porque creyeses lo que esa tipa.

-Pero no lo iba a hacer, y en caso de haber sido cierto, yo no te podría haber dicho nada, en ese tiempo no estábamos juntos, no te podría reprochar nada.

-Lo sé, pero quiero que entiendas que para mí era imposible estar con alguien que no fueses tú, eso te lo puede asegurar cualquiera.

-No es necesario que me lo asegure nadie, ¿y sabes por qué?

-No.

-Porque te creo y lo puedo ver en tus ojos. No es necesario que te preocupes demasiado por eso, yo te amo, sólo a ti y nadie podrá ocupar tu lugar en mi corazón ni en mi vida.

-Yo también te amo.

En ese momento se me ocurrió una idea para esta cita. Quería que fuese especial y para eso necesitaba la ayuda de los chicos y de su familia. Tenía la tarde para preparar la sorpresa, pero no debía perder más el tiempo con mis estúpidas inseguridades, porque ella me ama y quiero demostrárselo, solo espero… no, no, sé que aceptará casarse conmigo, me ha dejado más que claro que me ama y si no es así, esperaré el tiempo que sea necesario para que el mundo entienda que solo amo a Jessica y que nadie más puede tomar su lugar en mi corazón.

-Santiiii…

-Perdona amor, ¿Qué decías?

- ¿Qué es lo que te tenía en otro lugar?

-Estaba pensando que comprar.

-Vayamos a comprar y ya veremos lo que cogemos.

-No, puedo ir con los chicos. Mejor ¿por qué no te quedas con tu hermana y Carla a pasar la tarde? Al fin y al cabo, hoy ibas a pasar la tarde con ella.

-Puedo hacerlo en otro momento, tenemos que ir a comprar.

-Lo puedo hacer yo. Además, cómo te dije, así puedo llevar a Madison y Miky y pasar tiempo con ellas, para que confíen en mí y eso.

-Ellos ya confían en ti Santi.

-Pues para conocerlos mejor.

-Está bien, si es lo que quieres, vamos a por ellos.

Salimos de la casa para dirigirnos a la casa donde estaban tanto la hermana de Jessica como los chicos y Carla. La puerta estaba abierta, y a pesar de que le había dicho miles de veces que no debía dejar la puerta abierta, parece ser que siempre decidía ignorarme, cualquier día llevaríamos un disgusto por su estúpido descuido.

-Hey, ya habéis hablado y tenido sexo de reconciliación.

-¡¡¡¡Carla!!!!

-Por mucho que me gustase la parte de sexo, no entiendo porque tiene que ser de reconciliación si no hemos discutido.

- ¡¡¡¡Jessica!!!!

-Hay amor, no te molestes, es cierto.

-Y yo que pensé que vivir con dos chicos inocentes harían que dejases de decir cosas así sin importarte una mierda lo que pensasen.

-No me importa una mierda lo que piensen los demás.

-Eso lo dejaste más que claro saliendo de la nada en ese programa. ¿De verdad no pensaste en las consecuencias que eso te puede traer?

-Claro que las sé, y las tengo muy presentes en mi mente, pero eso no es a lo que venimos ahora, ¿verdad amor?

-No, vine a por los chicos.

-A donde vais a ir los cuatro.

-No vamos a ir los cuatro, ella se queda con vosotras.

- ¿Jessica separándose de ti? No me lo creo.

-Eras vosotras las que querías pasar la tarde con ella, y alguien tendrá que hacer la compra, porque literal, no tenemos nada, y si mañana quieres desayunar será mejor que vaya a comprar.

-Es cierto, es necesario que vayas a comprar, que no se te olvide la cena de esta noche.

-Pues ya puedes ir mirando que cenar, porque yo y Jess salimos.

- ¿Salís y no se te pasa por la cabeza invitarme?

-Es una cita, claro que no te voy a invitar.

- ¿Otra?

Le hice una seña para que mirase el teléfono, porque quería que me dejase de preguntar cosas, tenía el tiempo justo para preparar todo para esta noche. Le envié un mensaje diciéndole mi plan y en cuanto Sofía y ella lo ven, les aparece una gran sonrisa en el rostro.

-Cuenta con nosotras, ¿necesitas ayuda?

-Solo son las compras, pero si necesito algo os avisaré.

-Sabes dónde está ¿verdad?

-Lo sé, no te preocupes.

-En este momento es lo que menos estoy, haremos un gran trabajo.

- ¿Gran trabajo de qué?

-De que te vas a pasar la mejor tarde de tu vida y conseguiremos que no quieras hacer otra cosa que no sea dormir.

-Debería tener miedo a eso.

-Deberías, ahora vayamos. ¿Te arece tarde de compras Sofi?

-Me parece, podemos buscar alguna tienda de vestidos de novia.

-Es verdad, tenemos que quedar una tarde todas para mirar tu vestido de novia.

-Será un día entero, si mal no recuerdo adora probar ropa.

-Vas recordando querida hermana.

-Algo, ¿ahora nos podemos ir?

-Claro, vamos. Vosotros dos pasadlo bien y haced todo lo que Santi os diga.

-Lo haremos.

-Bien.

- ¿Te recojo a las ocho en casa?

-Está bien, te amo Santi.

-Y yo a ti.

Salí de la casa con los chicos detrás de mí y nos dirigimos a mí coche. Podía escuchar que iban susurrando algo, supongo que era porque no entendían que quería de ellos, pero pronto lo sabría. Les abrí la puerta para que pudiesen entrar en el coche y luego me metí en el asiento del conductor, pero antes de conducir llamé a la abuela de Jess para pedirle que se encontrasen tanto ella como sus padres en el centro comercial.

-Santi, no es por mal, ¿pero para que tenemos que ir contigo a comprar?

-Necesito vuestra ayuda para algo. En este momento sois las personas que mejor conocen a Jessica y quiero que salga todo perfecto.

- ¿Perfecto para qué?

-Quiero pedirle que se case conmigo esta misma noche.

- ¿Quéeeee? ¿Es en serio?

-Lo más serio que pude decir en mi vida, por eso necesito vuestra ayuda. ¿Puedo contar con vuestra ayuda?

-Claro, me gusta ver a mi hermana feliz, y pudo asegurar que contigo lo está. Más te vale hacerla feliz, sino te arrepentirás.

-No te preocupes, yo lo único que quiero es hacerla feliz, y lo haré cueste lo que me cueste.

-Más te vale. Ahora dinos que es lo que vamos a hacer.

-Tenemos que ir a una joyería para comprar un collar.

-Yo pensé que se proponía matrimonio con un anillo.

-Y se hace, pero necesito un collar.

-No entiendo. ¿No tienes que coger el anillo?

-El anillo llevo guardándolo cuatro años, pero quiero comprarle algo a parte. Quiero que todo sea perfecto.

-Pues déjame decirte que conseguiste a los mejores ayudantes que podías conseguir. Pero Jessica en cuanto note que tardamos demasiado se va a empezar a hacer preguntas.

-Para eso tenemos a la experta de Carla y Sofía para distraerla. Serán infalibles y nos ayudarán a que Jessica se distraiga.

-Eso espero, porque si no el sentido arácnido que tiene se dará cuenta de que algo estamos ocultando.

-Cierto, pero he oído que decían que iban a ir a comprar ropa.

-No os preocupéis, no se acercarán al centro comercial en el que estaremos. Ahora mejor contadme que es lo que le puede gustar a Jessica y que no lo olvide.

-Creo que todo lo que le puedas dar tú no lo olvidará.