Al día siguiente, el azabache solo podía mirarse en el espejo con lágrimas en sus ojos, no había alma, no había nada. Estaba tan metido en sus pensamientos, que lo único que lo hizo reaccionar fue un pañuelo blanco que le pasaba su mamá para limpiar las manchas de maquillaje.
—Por dios Sasuke deja de llorar, estás quitándote todo el maquillaje—hablo enojada por el comportamiento infantil de su torpe hijo.
—Yo no quiero casarme, mamá, y menos con ese feo hombre—dijo con asco de tan solo nombrarlo a ese viejo asqueroso.
— Por favor Sasuke, ese hombre tiene mucho dinero—decía mientras le arreglaba el rimel—Tendrás una gran vida a su lado, hasta tendrían hijos, así que por favor compórtate y no nos vuelvas a humillar, después de todo hoy es tu casamiento— y sin más se marchó una vez que termino su labor.
Sasuke no le quedo de otra que asomarse por la ventana, y lo único que vio fue a su horrenda familia hablando con aquel feo sujeto, que luego que dijera "si acepto" tendría que llamarlo esposo. La vista era horrenda y solo miro al bosque pensando que tal vez Naruto, saldría de ahí y lo salvaría de ese feo lugar.
—Naruto, donde estás, ven ayudarme y demostrarme que lo que vivimos fue un amor verdadero—hablo al aire, mientras que del otro lado de la puerta lo llamaban, dándole a entender que ya era la hora.
YA EN LA COCINA ESPERANDO QUE LE DEN LA ORDEN DE SALIR.
Sasuke solo moria de nervios, quería que todo fuera un sueño y que la alarma sonara, o que lo despertaran y que al hacerlo, su amado rubio estaría aún con él, pero nada sucedió, lo único que sucedió es que la música de entrada de la novia sonara, solo respiro hondo y;
—Vamos Sasuke tú puedes, solo aguántalo por un año y después divórciate— se dijo así mismo mientras con ayuda de una de las sirvientas salía directo así lo que sería su nueva desgracia.
Luego de dar él *sí acepto* todos estaban bailando, riendo, comiendo y bebiendo, pero lo principal es que todos se veían felices por el nuevo matrimonio, excepto el azabache era el único que estaba infeliz. Su madre, al ver que estaba por llorar otra vez, se apresuró a llevarse lo atrás de una carpa y limpiarle, no sin antes darle una advertencia.
—Mira Sasuke no quiero más vergüenzas en esta familia, okey, esta es nuestra oportunidad para re enmendar lo de la otra noche—hablo seria y distante.
—Y no te has puesto a pensar que tal vez esto no es lo que yo quiero—contratado ya arto de todo—Yo jamás quise casarme con este hombre, y mira lo que te diré mamá—hablo ya arto— Yo jamás amaré a ese sujeto.
Y sin más se fue, dejando a la mujer totalmente plasmada en su lugar, ya devuelta en su lugar, apareció su *amado esposo* a sus espaldas para depositarle un costo beso, cosa que a Sasuke le desagrado mucho, pero solo trago duro y le dedico una sonrisa falsa.
—Oh, amado mío, espero y en nuestra luna de miel nos divirtamos muchísimo— dijo con una sonrisa que daba escalofríos.
—¿Cómo qué luna de miel?, yo no quiero tener luna de miel—hablo con pánico ante lo dicho.
—Claro que si quieres, tus mismos padres me dijeron que si querías y por eso mismo planee una—sonrío.
—Ah, ya me acordé, ja, ja, ja, es que estaba tan concentrado en la boda que lo olvide—mintió por todas las miradas que se posaron ya en ellos.
—Ahí amorcito me asustaste.
Luego de ese pequeño accidente la boda siguió como si nada hubiera pasado, ya terminada la boda, el azabache no dudo ni un segundo y arremetió contra los seres que se hacían llamar padres.
— POR QUÉ LE MINTIERON A ESE ASQUEROSO QUE YO QUERÍA LUNA DE MIEL— grito por lo arto que estaba.
Sus padres no dijeron nada y siguieron con lo que estaban haciendo, Sasuke no podía ver con exactitud lo que estaban haciendo, pero cuando se movió un poco vio una de sus maletas y dentro de ella se encontraba todas sus prendas.
El azabache no entendía nada, y en eso, callo en cuenta de como su propia sangre lo estaba entregando a ese sujeto, y él no tenía derecho a decir nada. Solo podía ver como era entregado y ya.