webnovel

Capítulo 1–Prólogo

Lunes 13 de septiembre

El sol brilla a la vez que se esconde detrás de las montañas, los pajaritos chillan entonando una melodía. En una casa común, un chico joven duerme tranquilamente hasta que su sueño es interrumpido.

—¡Señor, despierte! —grita una mujer a un joven dormido.

-Esa voz... es de martha -piensa el chico mientras este abre lentamente sus ojos.

—Ah, hola Martha —saluda el chico.

—Señor Francisco, ya se le hizo tarde para ir a la escuela —le reclama Martha.

El joven llamado Francisco bosteza.

—No te preocupes —dice mientras se levanta para dirigirse hacia la cocina, donde toma algo que comer y se cambia rapidamente de ropa—. Segundo —murmura el chico.

Al decir esto, su cuerpo emana una luz tenue que finaliza en una figura completamente oscura.

—Señor... —dijo Martha con tono molesto.

—No te preocupes, adiós. Transportación — Francisco se despidió y despareció al instante frente a su sirvienta.

...

Francisco apareció solo a un par de cuadras de su escuela.

-Ahh, ¿Porque siempre me quedo dormido? - piensa el chico mientras corría con prisa. Finalmente logra llegar a tiempo y no ocurre nada interesante hasta el receso.

ring, ring... —La campana sonaba indicando un descanso a las clases. Francisco sale para pasearse un rato pero se topa con una situación incómoda.

—¿¡No sabes quién soy!? —le gritaba una chica a un niño que negaba con su cabeza.

-Aiko, ¿Qué haces molestando a ese niño? -piensa el chico.

Ella es Yamada Aiko, una bella joven de 13 años, pelo rubio y ojos azules. La acompañan dos de sus muchas amigas

Pero en cambio, no intervino para ayudar. El sabe como sería una pelea con Yamada, teniendo en cuenta su personalidad de niña mimada. Y cuando finalmente se fueron, el chico se acercó.

—Oye, ¿estás bien? —Pregunta Francisco.

—Ah, si —responde el niño.

Francisco extiende su mano y lo ayuda a levantarse.

—Sobre esas chicas... No les tomes mucha importancia. Ellas se aburrirán de ti en un tiempo. Por cierto, ¿eres de primer año? —preguntó el joven.

—Si, mi nombre es Fukuda Derek.

—Yo me llamo Suzuki Francisco. Un gusto conocerte.

Los dos se presentaron y continuaron hablando hasta el final del receso.

...

Ya pasadas las clases estos dos se encontraron y decidieron hablar camino hacia el metro.

—11 años eh, yo tengo 14.

—¿14?, ¿entonces eres de tercer año? —pregunta Fukuda entusiasmado.

Francisco asintió con alegría mientras se conocían mutuamente. El tiempo pasó y por fin habían llegado a la estación del metro. Nada inusual ocurría cuando de repente...

—¡Ustedes dos! —llama una silueta negra apuntando en dirección de Francisco y Fukuda—. ¡Vengo a secuestrarlos!

Francisco no entiende nada de lo que está pasando y con un movimiento rápido, la silueta se mueve en dirección de los chicos.

—¡Fukuda!

Francisco se aleja pero Fukuda no se mueve y aquella silueta se lo lleva cargando.

-Maldita sea, ¿nadie va a hacer algo? -piensa Francisco mientras la gente sólo miraba tal escena- Supongo que debo ayudarlo.

Rápidamente comienza a correr detrás de aquella silueta. Logra alcanzarla con facilidad y salta sobre ella interrumpiendo su huida. La silueta realiza un intento de ataque pero el chico lo esquiva y golpea su estómago, causando que se desmaye.

—¡Fukuda! ¿Te encuentras bien?

En el piso, Fukuda se queda inmóvil por un breve momento y se levanta con una cara molesta.

—Lo sabía... tu eres uno de esos espías...

Dice eso directamente a la cara de Francisco, pero este trata de disimular.

—Oye, no se de que hablas —Dice Francisco despreocupado.

—Pero está bien. Yo también soy uno —comenta el niño.

-¿Eh?, ¿Qué acaba de decir? -piensa Francisco.

—Verás, comencé a trabajar como espía en esta zona hace unos días y este es uno de mis sirvientes —Fukuda señala al hombre que se encontraba desmayado.

Francisco solo mira al tipo estupefacto y dirige una mirada de enojo hacia el niño. Le toma del brazo y lo lleva a un rincón vacío.

—¡Niño estúpido! ¿¡Como se te ocurre decir eso frente a otras personas!? Pudiste haberlo dicho discretamente.

—Ah, es que necesitaba pruebas para no cometer algún error.

Dijo Fukuda colocando su mano sobre su cuello, mientras Francisco se veía molesto.

—Como sea, ahora lo sabes y yo también lo sé, supongo que nos veremos constantemente, ¿no?

—Creo... entonces, ¿me darías tu número de teléfono?

El día terminó ahí, ambos intercambiaron su número. Y Fukuda tuvo que llevarse a su sirviente inconsciente.

Martes 14 de septiembre

(Pov Francisco)

Por fin llegué a la escuela y lo primero que veo es a Yamada molestando a una chica. No le tomé importancia y espere a que se fuera.

—Disculpa, ¿estás bien? —me acerco para preguntarle que pasa.

Ella tarda en responder. Logro admirarla un poco. Tiene pelo castaño y piel clara, sus ojos son marrones y al parecer no mide más de 160 centímetros.

—Si, creo... —responde ella.

Creo...

—¿Crees? ¡No lo creas, hazlo realidad y sonríe!

Coloqué mis dedos en cada extremo de mi boca y le mostré una sonrisa. Ella soltó una pequeña carcajada.

—¿Lo ves?, no es difícil.

—Mmm si...

Bien, ahora debería estar bien sola.

—Hey, ya es hora de clases y debo irme. Adiós. —Intento irme pero...

—Oye —la chica llama, así que me detuve y volteé a verla.

—¿Pasa algo? —pregunté.

—¿Como te llamas? —me preguntó con una mirada curiosa.

—Bueno, me llamo Suzuki Francisco. Mmm, ¿y tú?

—Yo soy Hitomi Sora.

—Un gusto conocerte Hitomi.

—Igualmente Suzuki.

—Pero realmente necesito irme, ¡nos vemos! —me despedí de esa chica sin decir nada más.

Jueves 16 de septiembre

Ring, ring... la campana suena indicando el receso, y Francisco da otro paseo por la escuela.

Pero no muy lejos escucha gritos de una voz conocida y decide acercarse para ver que sucede.

—¡Te dije que dejaras de molestar!

Sentada en el suelo, Hitomi estaba siendo insultada por la chica rubia.

-¿De nuevo con esa chica, Yamada? Normalmente no molestas a una persona más de dos veces. Pero no me voy a meter en tus asuntos -piensa Francisco mientras mira la escena.

La joven rubia le dijo bastantes cosas ofensivas a Hitomi y cuando se fue, el chico se acercó disimuladamente. Camina frente a ella indiferente y luego voltea

—¿Hitomi?, ¿eres tu? —pregunta Francisco curiosamente pero ella no responde.

Al no rebicir una respuesta, el chico se pone de cuclillas y toma asiento a su lado.

—¿Conoces a la chica que se acaba de ir?

Pregunta el chico y Hitomi lo voltea a ver.

—No... Solo me ha molestando desde que estoy en esta escuela.

—Espera, ¿acaso eres nueva?

—Si, cuando pasé a segundo año de secundaria me transfirieron aquí —explica Hitomi.

-Transferida... Los profesores mencionaron algo sobre nuevos estudiantes -piensa Francisco.

—¿Y tu la conoces? —Pregunta la chica con los brazos cruzados.

—Si, su nombre es Yamada Aiko. Pero no me considero cercano a ella.

El chico nota tristeza en la cara de Hitomi. Entonces se levanta y extiende su brazo.

—Vamos, levántate —la chica duda, pero al final toma la mano de Francisco y se pone de pie—. Ya que eres nueva aquí puedo enseñarte como es la escuela. ¿Qué te parece?

—Creo que si —asintió Hitomi.

Los dos caminaron alrededor del instituto mientras Francisco le explicaba para que sirve cada salón.

Finalmente regresaron a clases y se volvieron a encontrar en la salida.

Francisco se ofreció a acompañarla pero la chica se negó.

...

De camino a casa todo parecía normal hasta que Francisco se topa con una niña que estaba corriendo.

—¡Oye, ayúdame! —Súplica una niña que agarra su camisa con lágrimas en los ojos.

—Hey tu, ¿que te pasa? —pregunta el chico confundido, que trata de alejarse.

—¡Por favor!

-¿Pero que demonios? Esta niña... ¿De que pide ayuda? -piensa Francisco desconcertado.

—No deberías estar diciendo esas cosas, ni siquiera se de que pides ayuda.

La niña no quería soltarlo.

—Oye, deberías estar con tus padres.

Y de pronto la niña comenzó a temblar. Rápidamente tomó la mano de Francisco y le pidió que se la llevara. Y aunque el chico se negó la niña no soltaba su mano.

—Rápido... —Súplica nuevamente con un tono bajo de voz y desesperación.

El joven cansado cumple la petición y se la lleva cargando en dirección a su casa.

...

Durante el camino Francisco le pregunta a la niña su nombre, edad y algunas otras cosas más.

Se llama Lucy, y resulta que sus padres murieron en un accidente automovilístico hace solo una hora. Ella tiene 8 años.

—Pero no entiendo, tu estás bien... —Duda Francisco.

—Es que salí sin lastimarme —argumenta Lucy.

—¿Y no tienes otros familiares?

—No... —Responde la niña en silencio.

-¿Y ahora que hago? Una niña que perdió a sus padres y no tiene más famila... Debe ser difícil - pensó Francisco mientras suspiraba.

—Supongo que pudo darte alojamiento en mi casa.

La niña voltea sorprendida hacia el chico, pero evita hablar.

-Solo espero no ser castigado -reza Francisco al mismo tiempo que se encuentra un poco molesto.

...

—¡Ya le dije porque es una mala idea! —le recrimina Martha molesta.

El chico intenta decir algo pero es interrumpido.

—¡Nada de pero! Usted sabe que nadie puede estar aquí.

—Martha, ella esta sola y sus padres... — Francisco se detuvo antes de terminar la frase.

—Eso no importa, puede quedarse a vivir en un orfanato.

El chico se sorprende por tal declaración, pero pensándolo bien tal vez sea lo mejor. Entonces, Lucy toma el brazo de Francisco y lo abraza fuertemente mientras su mirada refleja tristeza.

—Lucy, creo qu... —Francisco es interrumpido de nuevo, pero no por su sirvienta.

—Deja que él tome sus decisiones, Martha -Habla un hombre mayor con pelo canoso.

—Pero Señor —Protesta Martha.

—Está bien, después hablaré con el —dice aquel señor.

—Abuelo... —Murmura Francisco.

-El es mi abuelo. Se llama Suzuki Lucas y me crío desde niño aunque ya no lo recuerdo. Al igual que Derek y yo, trabaja como un espía, pero no muy a menudo -piensa Francisco.

—Tu vas tomar la responsabilidad si algo sale mal—advierte seriamente Lucas regresando a su habitación.

Él se fue dejando solos a Martha, Francisco y Lucy.

Martha suspira

—Solo tenga cuidado con lo que hace, Señor.

Le dijo Martha a Francisco mientras se iba, dejando solos a Lucy y Francisco.

Pero el silencio era incómodo.

—Oye Lucy, ¿Qué quieres hacer? —preguntó el chico.

Al final solo hablaron y vieron un poco la televisión. Cuando llego la noche, cenaron cereal y durmiendo en cuartos diferentes.

Viernes 17 de septiembre

Francisco despierta como de costumbre, desayuna y se prepara; pero entonces aparece Lucy.

—¿Te vas a ir? —pregunta somnolienta Lucy.

—Si.

—¿A donde? —Pregunta nuevamente.

—A la escuela.

-Ahora que lo pienso, esta niña también debería estar en la escuela- reflexiona Francisco.

—Lucy, tu también estas en una escuela, ¿no? —preguntó el chico pero ella niega con su cabeza.

Francisco suspira-

‐Supongo que no va a decir nada más sobre su vida- pensó.

—Bueno, me voy —Pero Lucy impide que el chico se retire—. ¡Oye, sueltame! —Francisco la apartó con fuerza— Martha te va a cuidar, adiós.

...

La mañana era pacífica, Francisco caminaba tranquilamente; pero Fukuda apareció de un momento a otro frente a él.

—¡Suzuki, tengo buenas noticias!— Anuncia el jovencito gritando emocionado.

—Ahhh...

Francisco yacía en el suelo por la repentina aparición de Fukuda.

—Me encargaron una misión —cuenta esto con mucha emoción.

—Qué bueno —dice Francisco mientras se pone de pie.

—Si, y quiero que seas mi compañero.

Francisco se sorprende, compartir tu tarea suena a que eres flojo o necesitas ayuda.

—Eh no, gracias —responde el chico.

—¿¡Pero porqué no!? —Fukuda grita y agita los hombros de Francisco exigiendo una explicación, pero él lo detiene.

—Yo no trabajo con nadie más, pero gracias por la oferta.

—O-oye, espera —Súplica Derek.

—Qué no.

Francisco dice esto último y se retira dándole la espalda a Derek.

...

En receso, Francisco busca a Hitomi pero no consigue resultado. Aunque se topa con otra persona que lo toma del brazo.

Holaaa, se que este inicio parece muy vacío y sin trasfondo. Realmente no sé explica mucho y puede ser confuso. Pero habrá una explicación a lo largo de los capítulos.

PocorExcreators' thoughts