Capítulo 14: Rehabilitación
Narra Mía
Al día siguiente me desperté y estaba rodeada de los brazos de Axel.
- ¡Me quedé dormida! – exclamé.
- Amor, ¿te dijeron que eres muy ruidosa? – dijo sonriendo – de todas maneras es sábado así que no importa - añadió rodeándome con sus brazos.
- ¡Claro que sí! ¡Me olvidé de Manuel! ¡Mi tía me matará! – dije preocupada.
- La llamé ayer, borracho pero precavido... – dijo Axel.
- ¿Qué tú qué? – pregunté.
- Te veías muy linda durmiendo y no quise despertarte... Te amo, mi pequeña alumna – dijo Axel.
- ¡No digas cosas lindas! Que me sonrojas. Y ¿Qué le dijiste a mi tía? – pregunté curiosa.
- Le pedí tu mano en matrimonio! – dijo Axel con tono serio.
- ¿Qué? – exclamé sorprendida.
- Mentira... le pedí a mi hermana que me hiciera este favor y ella la llamó. Le dijo que tú y ella eran compañeras de la escuela y que te quedaste en su casa haciendo un trabajo de la escuela y que Manuel se quedó con ustedes, y después le pedí que cuidara a Manuel toda la noche... Llámame egoísta si quieres, pero te quería solo para mí. Te amo, mi querida estudiante – explicó Axel.
- Y sigues diciéndome cosas lindas – le pegué con la almohada y tapé mi rostro con su pecho ocultando mi rostro sonrojado.
Axel levantó mi cara con delicadeza y me besó.
- Pero eso no te salva de los tratamientos de hoy – dije.
- Oh, creo que me desmayo – dijo Axel haciéndose el dormido.
- Eso no funciona conmigo. ¡Despierta! – insistí.
- Que molesta eres, amor – se tapó la cara con una almohada.
Preparé el desayuno y lo llevé a la cama para desayunar con Axel.
- Gracias amor, espero con ansias a que esto se convierta en costumbre – dijo sonriendo y me besó.
- También lo espero – dije sonriendo.
Terminamos de comer, limpié todo, arreglé mi cabello.
y ayudé a Axel a cambiarse.
- ¡Pero qué atrevida! – dijo haciéndose la víctima – Señorita Montgomery, ¿qué le hará a su director?
- Lo golpearé si sigue con esa actitud – respondí en broma.
- Uy, pero qué fría – rió sarcásticamente.
Ayudé a Axel a sentarse en la silla para ir al centro de rehabilitación.
- Siempre estaré a tu lado – le dije sonriendo.
- ¿Tanto estarás hasta para regañarme? – bromeó.
- Debería llamar a mi tía para decirle que estoy bien y llamaré a tu hermana para hablar un momento con Manuel – comenté.
- Aquí te espero – dijo Axel.
Llamé a mi tía y me contestó de mala gana como siempre. Sabía que no le importaba cómo estaba, pero igual tenía que ser educada y avisarle que estaba bien. Después llamé a Jessica y le agradecí mucho por haber cuidado a Manuel, y hablé un momento con él.
- ¡Listo! – dije y me volví con Axel – ¿Vamos?
- Vamos – respondió él, y lo acompañé a la clínica de rehabilitación para que pudiera recuperarse.
Narra Axel
Han pasado dos semanas y media desde el accidente, y gracias a los ejercicios de rehabilitación, ya puedo caminar con la ayuda de un bastón.
Mi dulce novia hace que mi día sea mejor cada día.
Narra Mía
He estado ayudando a mi dulce novio durante todo este tiempo.
- Buenos días, Valentina – saludé.
- Buenos días, Mía. En estas semanas te veo más cansada de lo normal – observó.
- Estoy bien – sonreí.
A pesar de la declaración de Tim, seguimos siendo buenos amigos, y ahora Valentina es su enamorada.
- ¡Chicas! ¿Supieron eso? – exclamó Tim acercándose a nosotras.
- ¿Qué? – preguntó Valentina.
- ¿Qué pasa? – pregunté.
- Están diciendo que el director Axel regresa la próxima semana – informó Tim.
- ¿Qué? ¿Por qué no me dijo nada? – me sorprendí.
- ¿Estás bien? – Preguntó Tim – Te veo algo molesta
- ¿Por qué tendría que decírtelo a ti? – respondió Valentina.
- Estoy bien. Entremos a clases que ya sonó el timbre – evadí sus preguntas.
- De acuerdo – dijeron los dos al unísono.
Estuve pensando todo el día: ¿por qué Axel no me dijo nada? Creí que iba a esperar hasta que se recuperara bien. No me molestaría tenerlo nuevamente cerca, aunque ya no lo tendría solo para mí. Lo que me molesta es que no me haya comentado nada.
Llegó la hora de salida.
- Mía, ¿quieres tomar un helado? Y después podemos ir al cine – propuso Valentina.
- Lo siento, Valentina. Ahora tengo algo que hacer. Vamos otro día, ¿está bien? – respondí.
- Está bien – aceptó ella. Me despedí con un beso en la mejilla.
Después fui a buscar a mi hermano a la escuela y, como de costumbre, lo llevé con Jessica al parque. La relación con ella iba cada vez mejor, y ya la consideraba mi amiga.
Ahora voy a reclamarle a mi director por qué no me dijo nada sobre su regreso.
Llegué a la casa de Axel.
- Hola, amor - me quiso besar, pero lo esquivé - ¿Qué pasa?
- ¿Por qué no me dijiste que ibas a regresar a la escuela? - dije con tono de reproche.
- ¿Qué? ¿No te alegra?
- Todavía no estás bien.
- Pero ya puedo caminar y extraño ir a la escuela – sonríe – Extraño a mis estudiantes.
- Sobre todo a las estudiantes ¿No? – dije cruzándome de brazos.
- ¿Qué? Amor ¿Estás celosa?
Axel me tomó de la cintura.
- Tú eres la única que amo – dijo. Yo rodeé mis brazos alrededor de su cuello y lo besé.
- Te amo y no quiero que nada malo te pase.
- Tranquila, amor... nada malo me pasará.
- Me alegro de que estés de vuelta, aunque extrañaré tenerte solo para mí – dije haciendo puchero.
- Soy tuyo amor... completamente tuyo – dijo y nos besamos.