Luz y oscuridad

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—La boca de Evie se entreabrió mientras su mirada se fijaba en el hombre.

Su pulso de repente comenzó a latir de manera tan errática dentro de su pecho, y su sangre pareció correr por sus venas y podía sentir su corazón ahora doliendo más fuerte que nunca, desde el momento en que comenzó a ver este futuro.

La negación la golpeó no solo cuando vio esos ojos azules ardientes, sino también en el instante en que sintió ese aura de oscuridad tan familiar –tan familiar que incluso podría identificarla en su sueño.

Evie solo pudo negar con la cabeza mientras mantenía su mirada en él mientras internamente trataba de convencerse de que sus ojos podrían estar engañándola.

Su rostro estaba oculto en su propia oscuridad.

La tormenta de humo negro que se movía como serpientes oscuras a su alrededor era increíblemente fuerte.

Si ella era la diosa de la luz, entonces él sería el dios de la oscuridad.