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Ella

Mi primer año de escuela preparatoria. Yo una adolescente inexperta en todo sentido de la vida y con problemas que a cualquiera harían llorar, aunque estoy exagerando, no era para tanto. La conocí en la secundaria, mi primer y único año en esa escuela técnica. La razón por la que nos conocimos ya casi la he olvidado, y cabe destacar que cada vez que escucho esa única canción me recuerda el poco tiempo que pase con ella y la cruda realidad, estaba loca por ella. No hay otra manera de describirlo. Ella era todo lo que buscaba, si tan solo me hubiera dado cuenta de mis sentimientos en ese entonces, creo que hubiera colapsado de solo verla o hubiera muerto mil veces y revivido las mil con solo sentir su presencia cerca mío.

Si bien he dicho que casi no recuerdo como la conocí, tengo un vago presentimiento de que fue debido a sus hermanas menores que estudiaban en la escuela en la que mi mamá trabajaba. Creo recordar que ella me habló primero y desde las primeras palabras que cruzamos me di cuenta de esa personalidad única tan característica de aquella adolescente, que hasta ahora me doy cuenta me atraía hacia ella. Única, sonriente, traviesa, un poco de bulling inocente, platicas que en ese entonces eran prohibidas, como los besos y ese aire de que según ella era la más experimentada entre las dos. DIOS de solo acordarme puedo sentir lo nerviosa que estar con ella me ponía. ELLA, de estatura baja, morena, cuerpo medio, ni delgada ni gorda, cabello negro largo lacio, ojos oscuros, el uniforme lo usaba rebelde, falta corta, camisa abierta y chaleco descuidado. No le importaba mucho su apariencia a mi parecer, pero eso a mis ojos la hacía ver tan excelente, llena de energía, vida, incluso ahora puedo decir que sensualidad, para mi ella era sensual, la más hermosa y bella mujer.

Visite varias veces su casa, mi mamá era amiga de su mamá, platicaban sus desgracias y penas con sus maridos dándose buenas vibras una a la otra, o tal vez ideas sobre como vengarse o dejarlo por la paz y huir lejos de esos hombres. Ninguna lo hizo, era su manera de desahogarse de su "cruel" realidad. Cuando mi mamá visitaba la casa de la señora que no recuerdo su nombre yo tenía el tiempo de verla. Honestamente, siempre estaba pensando en ella, deseaba verla y platicar con ella e incluso puedo decir que quería que jugara un poco conmigo, es decir, que me hiciera travesuras o me pusiera nerviosa, quería que eso pasara muy en el fondo de mi ser.

No obstante, las cosas no siempre van como uno desea, cuando estábamos en la escuela, la cual era muy grande, yo deseaba verla, que me saludara, deseaba ser su única "amiga", quería que solo me viera a mí. Pero, ella jamás lo hizo, obviamente ella estaba en otro grupo y tenía amigas en ese mismo. Para mi desgracia nuestros caminos no se cruzaban tan frecuentemente, y cuando lo hacían, solo era un saludo de repente, de lejos y sin importancia e inclusive a veces ni me volteaba a ver. Era obvio que para ella yo solo era una amiga de ocasiones, la chica inocente con la que jugaría para distraerse un rato. Yo no estaba bien con eso, quería tener más importancia en su vida. Eso nunca sucedió eso.

Un día, estando fuera de la escuela en la que trabajaba mi mamá, la vi, frecuentemente iba a recoger a sus hermanas por lo que se pasaba por la escuela donde mi madre trabajaba. No creo que falte mencionar que yo la esperaba con nerviosismo todos los días por ella aun sabiendo que habría días en los que iría su madre y no la vería. Ese día en específico ella fue, y en ese tiempo estaba de moda una canción que si bien no se sabía el significado de lo que decía, la mayoría de las personas decían que era un tanto vulgar, daba igual. Comenzamos a hablar de esa canción y de repente ella menciono "Esa canción se puede bailar, hay una manera de bailarla" Se levantó de la banqueta y se puso a bailar la parte del coro mientras cantaba a capela. Esa escena jamás la olvidaré, ella se veía tan hermosa, quería que bailara para siempre solo para mí. Solo para mí por siempre. Después ella me dijo "levántate, baila conmigo" y si, obviamente le hice caso, porque ¿Cómo no hacerle caso? Era la chica más importante para mí en ese momento, bueno, realmente era la "amiga" más importante para mí, aunque yo para ella no. Ese rato no duró tanto tiempo, después tocaron el timbre de la primaria y los niños salieron. Ella se fue y yo me quedé con un vacío en el pecho.

Otro día, en su casa, nuestras mamás estaban platicando, ella y yo sentadas afuera en una banca que estaba ahí, una al lado de la otra, platicando de trivialidades adolescentes, su mano estaba recargada en la banca y yo quería tocarla. Quería tomar su mano, besar sus labios, cabe destacar que no lo sabía, es decir, subconscientemente lo sabía, pero no lo admitía. Esto lo sé porque en mis recuerdos hay una gran cantidad de imágenes de ella, principalmente su rostro y sobre todo sus labios. No creo necesitar otra prueba más contundente que esa, aparte de la forma en que ella me hacía sentir.

Cabe destacar que para mi segundo año de escuela me fui a vivir a otro lado y con el paso del tiempo la olvidé, los chicos se volvieron mi única salvación para olvidarla. Ahora puedo decir que ELLA ME GUSTABA, ella era todo para mí en ese primer año de preparatoria, yo quería verla, que me viera, ser su única amiga, que tuviéramos una conexión profunda, hablarle más seguido, tan seguido que no pudiera olvidar los detalles más mínimos sobre ella. Yo quería besarla, tomarla de la mano, tocar su cintura, bailar con ella, recargar mi cabeza en su hombro, que ella me hiciera pequeñas travesuras o que me tomara el pelo con pequeñas bromas sobre mi supuesta inocencia en lo que correspondía al mundo. Quería verla en su uniforme desordenado, tocar su cabello lacio, o ver más de cerca sus ojos oscuros. Quería ser su novia, no su amiga, y esto lo sé porque por fin, varios años después me di cuenta de que en realidad podía enamorarme de una mujer y por supuesto, yo estaba enamorada de ella. Yo la quería a ella, solo ella, únicamente ella y para siempre ella. Ahora sé que si pudiera volver a verla estoy casi segura de que algunos sentimientos renacerían en mí, y volvería a verla de manera romántica y no amistosa.

Ella fue mi primer amor. Un amor que jamás confesé.