Qiao Lian sonrió. —Su nombre es Shen Zihao. Y estoy bastante segura de que tendrás la oportunidad de verlo de nuevo.
Xia Nuannuan asintió.
Mirando el edificio, le preguntó a Qiao Lian, —¿Qué haces aquí?
Qiao Lian respondió, —Vine a ver a un amigo. Pero el guardia no me dejó entrar.
Xia Nuannuan asintió, aparentemente familiarizada con las reglas. —Así es. El centro de rehabilitación tiene regulaciones estrictas. Ahora trabajo aquí como cuidadora.
Hizo una pausa por un momento y luego dijo, —Puedo conseguir que entres.
Qiao Lian abrió mucho los ojos. —¿Qué?
Una vez dentro de los elegantes complejos del hogar de rehabilitación, Qiao Lian se dio cuenta de que habían accedido a la instalación por la puerta trasera, en todo sentido de la palabra.
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