Cuando Éramos Jóvenes y Temerarios (4)

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Ella solo lo había manipulado por diversión, porque su relación había sido falsa.

La mirada de él brillaba con furia y odio al pensar esto, haciendo que la temperatura en el automóvil bajara rápidamente.

Todo el cuerpo de Qiao Lian se congeló bajo su mirada. Sin embargo, al ver a Song Yuanxi marcharse con aquel hombre, no pudo evitar agarrar el brazo de Shen Liangchuan y decir:

—¡Sr. Shen, en qué está pensando? ¡Apúrese y sígalos!

Sus palabras hicieron que Shen Liangchuan volviera a la realidad.

Bajó la cabeza y miró la mano que en ese momento agarraba su brazo. Finalmente suprimió las emociones complicadas en su corazón, miró hacia adelante y arrancó el coche. Solo entonces comenzaron a seguir al otro coche.

El otro coche estaba circulando por la ciudad de Beijing, pero rápidamente se acercaba a la zona rural. Eventualmente, se detuvo en un área bastante deteriorada cerca del extremo oeste de la ciudad.