El día del viaje estaba muy nerviosa, mi madre me había comprado un bañador negro con una raya roja debajo del pecho. Llegue diez minutos antes, allí estaban Maya, Verónica, Ángela, Salva, Víctor y T.J. Me reuní con ellos y mi padre dejó la maleta a mi lado, diciendo:
-¡Pasadlo bien, chicos!- Todos dijimos adiós, mientras esperábamos a los demás oí como Verónica le decía a Salva que se había comprado un biquini para esos días. Yo en esos momentos me lamentaba de haberme comprado un bañador en vez de un biquini.
Estaba hablando con Maya de Daniel hasta que de repente me callé, ella se giro y vio a María con Daniel y sus padres. Nos saludaron y Daniel me dijo señalando hacia un lado:
-¿Podemos hablar?- Asentí y nos alejamos un poco de los demás, después me dijo bajito:
-¿Me das tú número de móvil? Es que mi hermana me ha dicho que si lo quería que te lo pidiera a ti. Me gustaría tenerlo para que podamos hablar y de paso conocernos de verdad sin que nadie este en medio.- Se lo anote en su móvil e hizo una perdida. Después añadió contento:
-Ahora tienes mi número, te llamaré si tú quieres.- Le dije que como quisiera que no me importaba, sonrió y se fue con sus padres. María y Maya vinieron junto con Ángela y T.J que preguntaron:
-¿Estáis saliendo?- Les dije que no que solo éramos amigos, seguíamos hablando del tema cuando vino uno de los profesores que venían al viaje. Estábamos casi todos cuando llego el autobús, el profesor de último curso paro lista y faltaban de nuestra clase Pablo y Jesús. Que llegaron corriendo, se les había hecho tarde. Me senté al fono con T.J, Maya, María y Ángela. Delante a la derecha teníamos a Pablo y a Víctor, a la izquierda a Verónica y a Aida. Los demás estaban mezclados por el autobús y los diferentes cursos.
Empezamos a hablar en el momento que el profesor pidió silencio y paso lista de todos los cursos. Cuando contestamos todos y se comprobó que no faltaba nadie nos pusimos en marcha. Todos estábamos emocionados, algunos estaban charlando, otros escuchando música y otros viendo la peli que nos habían puesto. Nosotras charlábamos de las posibilidades que me daba este verano, pensando en todo el tiempo que tendría para conocer mejor a Daniel.
Riéndome les dije que tenía muchas ganas de que llegara, pero seguía recordando el día de la discoteca. Mientras seguíamos charlando de ese tema me sentí observada y mire hacia la derecha, Víctor estaba mirándome distraído. Al cruzarse nuestras miradas me la mantuvo hasta que por vergüenza baje la cabeza.
El viaje estaba haciéndose largo así que nos pusimos a jugar con los móviles. Sin darme cuenta pulse el botón de llamar y como el número de Daniel estaba el primero, le hice una perdida sin querer. Maya y María se rieron al darse cuenta de lo que había hecho, mi móvil empezó a sonar y era él. Lo descolgué y Daniel me dijo:
-Eso ha sido rápido, ¿quieres hablar?- Ante la atenta mirada de María y Maya le dije que si en voz baja. Empezamos a hablar de las dos semanas que no había ido a su casa y de las escusas pobres de su hermana. Daniel me dijo apenado:
-Sé que lo que hice estuvo mal, no quiero que pienses que no me arrepiento. Pero el pasado es el pasado y si necesitabas tiempo lo entiendo. ¿Crees que aun puede tener alguna posibilidad de que me perdones y sigamos siendo amigos como lo éramos antes?- Me quede un momento en silencio y le dije:
-Yo creo que no es todo culpa tuya, la que se había hecho ilusiones fui yo. Pero tranquilo no hace falta recordar el pasado, mejor lo dejamos como si no hubiera pasado. Tampoco es que me guste recordarlo así que, ¿amigos por ahora?- Su voz sonó con pesar cuando dijo:
-¡Amigos! Bueno te llamo otro día, nos vemos.- Le dije adiós y colgué.
María y Maya me preguntaron que como había ido y les conté lo que habíamos hablado. Al llegar al campamento el profesor nos puso en grupos de 6 personas por tienda. A mi me tocó con María, Maya, Ángela, Verónica y Aida. A unas 3 tiendas estaba la de T.J, Víctor, Pablo, Salva, Nicolás y Jesús. Una vez todo listo los profesores nos presentaron a los monitores. Cada uno de ellos se encargaba de una zona del campamento, uno de ellos Devon se ocupaba de la zona acuática, Thomas de los de deportes y Nadia de la zona de deportes de aventura con actividades en grupos.
A la hora de comer ya habíamos recorrido las zonas donde estaban: los baños, las duchas, el supermercado, el restaurante, los parques, las barbacoas, las piscinas, las pistas de deportes, la zona donde podíamos cargar los móviles, etc.
Comimos en el restaurante, nos dieron a cada uno una hamburguesa con patatas, también refrescos. De postre había helado de diferentes sabores. Por la tarde decidimos ir a la zona acuática, nos cambiamos en la tienda.
Termine antes que las demás así que salí fuera, al esperarme vi como Verónica, Víctor y Nicolás se acercaban. Me dijeron que se iban a los toboganes y que nos veríamos allí. Yo no entendía la amabilidad que tenia últimamente Víctor conmigo, antes ni siquiera me hacia caso.
Al principio creía que me gustaba como a todas pero al conocer a Daniel todo había cambiado. Recordé como en clase de naturales, en el laboratorio estábamos sentados juntos. Era invierno y hacía frio, me había dejado la chaqueta en clase y la calefacción no funcionaba. Nicolás me dejo uno de sus guantes, al tiempo que Víctor me pasaba su chaqueta del chándal. La llevaba debajo del plumífero pero se la había quitado y me la ofrecía diciendo:
-No es mucho pero algo es algo, es la de invierno estarás calentita.- Se la cogí con una sonrisa, al tiempo que Verónica me mataba con la mirada. Al ponérmela comprobé que aun guardaba algo de calor, olía a él, la abroche y me dio un poco de calor. La profesora nos pidió a Aida y a mí que fuéramos a por unas cosas a la clase del final del pasillo. Aida me dijo:
-No te enfades, pero Verónica le pidió salir a Víctor y él le dijo que le gustaba otra. Así que pasa de sus celos, ¿vale?- Le dije que vale sin mostrar mucho interés, cuando volvimos a clase me senté y fingí no saber nada. Aida me había comentado que la chica que le gustaba a Víctor era de nuestra clase.
Al volver al aula donde se daban la mayoría de las clases le devolví el guante a Nicolás. Cuando iba a devolverle la chaqueta a Víctor él me dijo:
-¡Quédatela! Ya me la darás cuando sea hora de volver a casa.-Las siguientes clases las pasé con su chaqueta, a media mañana teníamos gimnasia. Me quite su chaqueta y la deje junto a la mía cuando hicimos la prueba de resistencia. Corrimos de 10 en 10 por orden de lista, al volver me ate la chaqueta de Víctor en la cintura mientras me ponía la mía. En ese momento vino él y me dijo:
-Emily, dame mi chaqueta que hace frio. Después te la doy, pero ahora dámela.- Yo se la devolví diciéndole:
-No hace falta que me la dejes más, en clase ya no hace frio, pero gracias por dejármela.-Él me dijo nervioso:
-¡No! Quiero que la lleves todo el día, he hecho una apuesta y quiero ganarla. ¿Me harás el favor de llevarla?- Le dije que si pero me quede extrañada. Maya vino y en voz baja me pregunto:
-¿Qué te ha dicho? Parecía algo feliz, ¿te ha pedido salir?- Le conté lo que me había dicho cuando había intentado devolverle la chaqueta. Ella riendo me dijo que seguramente era por que le gustaba y no por una apuesta. Me quedé meditando mientras el último grupo corría, me encantaría que fuera verdad pero mirándole como estaba charlando con Ángela parecía que estaban saliendo. Al terminar la clase las chicas nos cambiamos en el aula y los chicos en el gimnasio. Cuando llegaron los chicos Víctor me dio su chaqueta, Pablo que era mi compañero de mesa me dijo por lo bajo:
-Realmente le gustas, aunque con lo orgulloso que es no lo dirá nunca. Prefiere que sean las chicas las que se le declaren, ¿a ti te gusta?- No sabia que responder, no quería decirle que si porque seguía pensando que Ángela era la novia de Víctor. Por si acaso para comprobar si era cierto dije:
-¿Pero Víctor no esta saliendo con Ángela?- Sorprendido Pablo negó con la cabeza pero entonces le dije:
-Pero si no están saliendo, ¿Por qué están siempre juntos? Yo creo que solo esta siendo amable conmigo.- Pablo pensándolo me miraba y miraba a Ángela, después de meditarlo me dijo:
-¡Espera! Vamos a hacer algo, ¡mira!- cogiendo un trozo de papel de su libreta- Vamos a escribirle a Víctor para saberlo seguro. Fingiremos que me gustas así responderá con sinceridad. Si fuera yo lo haría, no me gustaría que un amigo me quitara a la chica que me gusta.- En la nota escribió con disimulo para que nadie lo viera:
-¿Víctor es verdad que estas saliendo con Ángela? Es que me gustaría ligarme a Emily pero como veo que estas atento, no se ¿tu que dices? ¿Tengo posibilidades?
Responde rápido por que si las tengo quiero aprovechar ahora que la tengo al lado. Pablo.- Después doblo el papel y se lo pasó a Aida diciéndole con los labios que era para Víctor, ella le pasó el papel. Yo no mire su reacción por que se suponía que yo no sabia nada. Al rato Aida le devolvió el papel con disimulo, Pablo lo guardo fingiendo que era el borrador ya que el profesor estaba mirando. En el cambio de clase y de profesor Pablo leyó el papel, después me lo paso y cuando la profesora no miraba lo leí. No era el mismo papel, en el solo estaba la letra de Víctor, en el que ponía:
-Tío, ¿Cómo me preguntas eso? Sabes de sobra que me gusta otra, no estoy saliendo con Ángela. Tú sabes bien quien me gusta, lo sabes de sobra así que no me jodas. Dile a Emily que se ponga mi chaqueta, dile que sino se la pone perderé la apuesta.
Por cierto no se lo digas a ella, y no vuelvas a acercarte tanto o ¡me cabreare!
Víctor.-Con disimulo fingí hablar con Pablo y le devolví la nota al tiempo que él me decía:
-No me creo lo de la apuesta pero póntela por si acaso, además te lo diré claro, ya sabes que le gustas así que si él te gusta díselo.- Vino el director a pedirnos que bajáramos al salón de actos, como haría frío me puse su chaqueta en vez de la mía. El director nos presento a unos hombres que venían a hacer una charla sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Mientras los hombres charlaban Maya me dijo:
-¿Qué te ha dicho Pablo? Tengo razón en que Víctor y Ángela son novios, ¿verdad?- Con voz baja le dije:
-No, te has equivocado Víctor no tiene novia pero le gusta una chica de nuestra clase. No ha dicho quien es pero Pablo me ha dicho que soy yo, también que si el me gusta que me declare que Víctor es muy orgulloso y no me lo pedirá nunca.- Maya riéndose dijo:
-¡Seguro que eres tú! Sino por que es tan amable contigo y no digamos lo de dejarte la chaqueta, además creo que esa apuesta no existe.- Paramos de hablar cuando la profesora nos pidió silencio con mala cara.
Cuando sonó el timbre nos fuimos a casa, no me di cuenta de que llevaba la chaqueta de Víctor hasta que me lo dijo mi madre. Esa tarde al entrar le vi hablando con Marcos de una serie de televisión, le llamé y le dije que se acercara, él vino y me preguntó con voz distante:
-¿Qué pasa?, ¿quieres algo?- Sorprendida por su reacción le mostré la chaqueta, él como si no se acordara dijo:
-¡Ah! Vale no me acordaba, dámela mañana que ahora no me cabe en la mochila.- Se fue sin decirme nada mas, me quede de piedra. Esa tarde no volvimos a hablar, ni a mirarnos, Pablo un poco mosca me dijo:
-¿Qué pasa? Te veo seria, ¿te encuentras mal?- Le dije que no con una sonrisa fingida, la mañana siguiente le devolví la chaqueta, Víctor se la guardo y me dijo:
-Intenta que no se te olvide la tuya en clase otra vez.-Me trataba indiferentemente, eso me sentó fatal. Fui tonta al hacerme ilusiones con él, desde ese día ya no pensé en él como siempre. Me dolía mucho su cambio y ahora ya no quería que volviera a pasarme igual.