La semana siguiente mi madre me acompaño a mi primera ecografía, la doctora dijo que estaba de unas doce semanas. Recuerdo que al oír el latido del bebe me puse a llorar, me dieron una dieta, unas pastillas, me pesaron y me midió la tensión. La doctora me dejó grabar el sonido del latido del bebe con el móvil para enseñárselo a Daniel, después fuimos al instituto para informarles de la situación. Como el embarazo no empezaría a notarse hasta final de curso no dijeron nada en contra pero nos dieron la charla, seguiría yendo a las clases menos a la de gimnasia porque la doctora me aconsejo no hacerlo.
Esa tarde Daniel vino con buenas noticias, estaba estudiando con María mientras hablábamos del bebe. Se nos acercó y dijo:
-Me han dado el puesto de la biblioteca y un profesor me ha dicho que eso me dará más créditos. Los del equipo de futbol están algo tocados pero ya se les pasara, no les he dicho que voy a ser padre.- Sus padres se alegraron al saber las noticias y ver como nos poníamos a estudiar seriamente. Como mi casa quedaba más cerca del colegio no me mudaría hasta final de curso, sus padres le cambiaron la cama a Daniel y le compraron una de matrimonio agradeciendo que su habitación fuera grande.
Después de estudiar le dije:
-Cierra los ojos y escucha.- Le acerque mí móvil y al oír los latidos, me miro y dijo feliz:
-¿Son del bebe? Se escucha extraño, ¿no?- Cuando asentí, me abrazo con mucho cariño y me dio un beso. Me llevo a casa en la moto pero esta vez no iba deprisa, no queríamos tener un accidente.
Se lo estaba contando a Maya cuando lo oyeron Víctor y Pablo. Víctor dijo:
-¡Enserio! ¡No mientas que no es gracioso!- Al decirles que no bromeaba que era verdad sus caras pusieron blancas. Después les dije:
-¡Por favor! Los profesores ya lo saben, no quiero que lo sepa nadie más, no quiero problemas.- Ellos prometieron no decir nada, también acordaron en ayudarme en lo que pudieran.
Pasó un mes y fui a la ecografía, la doctora me dijo asombrada al tiempo con preocupación:
-Mi niña creo que nos equivocamos cuando pensábamos que era uno grande con problemas rítmicos. ¡Son dos!- Menos mal que estaba tumbada, por que sino me habría desmayado. Me puse a temblar y mi madre pregunto como había sido posible que no lo hubieran visto antes. La doctora dijo que simplemente fue un fallo, que no se habían fijado en que uno de los bebes estaba delante del otro porque hicieron la ecografía exterior y no la interior.
Cuando salimos me temblaban las manos al intentar llamar a Daniel, a esas horas estaría en clase pero cuando oí que contestaba me quede sin voz. Llorando mire a mi madre que me cogió el teléfono y le dijo:
-¿Daniel? ¿Puedes hablar?- El respondió que si que le habíamos pillado en una hora libre, le dijo a mi madre que esperara un momento y después dijo:
-¿Qué ha sucedido?- Mi madre le dijo que buscara un asiento, Daniel le dijo que estaba sentado en un banco. Mi madre le dijo:
-¡Daniel no se como decírtelo! Pero como eres el padre tienes que saber que no es un bebe que son dos.- Durante unos minutos no se oyó nada, después dijo que ya lo hablaríamos todos en casa. Cuando volviera del trabajo, se cambiaría e iría a mi casa con sus padres.
Al principio se acordó que vendrían a mi casa pero al final fuimos nosotros a la casa de Daniel. Mi hermana estaba jugando con María en su cuarto a la cual yo ya se lo había dicho, el padre de Daniel le dijo riéndose:
-¡Hijo que puntería! ¡Menos mal que no eres delantero! No se como pero bueno nos quedamos igual sea uno o dos. Solo aumenta el gasto pero podemos seguir con lo pensado si estáis de acuerdo. – Mis padres asintieron, esa tarde se lo habíamos dicho a mis abuelos y ellos estaban tan contentos que se olvidaron de los problemas, pero querían que nos casáramos. Al darse cuenta de que no podía ser se rindieron, incluso me dijeron que ellos comprarían la cuna para los bebes.
Esa noche sus padres hablaron con los abuelos de Daniel que parecieron igual de contentos que los míos. Se ofrecieron a comprar el cochecito para los bebes y varias cosas más. Las familias nos apoyaron mucho y nuestros padres también al ver que cada uno cumplía con lo acordado. Mis notas estaban siendo excelentes, Daniel seguía sacando sus notas e incluso trabajando. Nos veíamos poco pero nos llamábamos constantemente para saber como estaba y como iba todo. Daniel me dijo que iba a vender la moto para ver si podía en un futuro comprarse un coche. Lo lamentaba mucho pero la verdad nos vendría bien que tuviera coche.
Nos centramos en el curso y en como se nos presentaba el futuro, el día que me dieron la ecografía donde se veían los bebes claramente fui a casa de Daniel. Su madre la colgó en la nevera diciendo que la mirarían todos los días y Maria hizo una foto en su móvil para guardársela. Cuando Daniel llegó a casa no le dijimos nada, solo cuando todos estábamos cenando su madre le dijo:
-Dan, ve a por más agua que se ha terminado. ¡Esta en la nevera!- Cuando se levantó su madre me guiño un ojo, después oímos desde la cocina:
-¡Que fuerte! ¿Son los bebes?- Salió con la ecografía en la mano y con una sonrisa de oreja a oreja. Después cogió el móvil e hizo una foto para llevarla de fondo, mirándome me dijo:
-¿Qué te ha dicho la doctora? ¿Va todo bien?- Le dije que si que todo iba muy bien y que seguramente me provocarían el parto por que eran grandes como su padre pero que no habían dejado ver el sexo.
Pasaron los meses y por suerte el curso me fue bien y nadie notaba nada, solo tuve algunos problemas con el profesor de gimnasia, pero cuando supo por qué no podía hacer sus clases me aprobó por los trabajos de teoría. Nos enteramos que iban a ser niños el día que me dieron las notas. Como Daniel no pudo venir la doctora me saco una foto de la ecografía, también otra, donde se podían ver a los dos pequeños donde claramente se veía que eran varones. Esa noche les di mis notas y se alegraron mucho, al ver notables y excelentes. Como era un desperdicio no presentarme al selectivo presente la solicitud, acordamos que ese día mi madre se quedaría con los niños. Como no quería rumores ni problemas no fui al fin de curso ni a la fiesta de graduación.