Un sueño

El tiempo paso muy rápido para la jefa y la conversación que tuvo con Edu no podía sacarla de su cabeza. No estaba segura de creer o no en lo que habían conversado esa tarde, pero si estaba segura que desde hace tiempo quería ver muerto a su marido y cuando se le presento la oportunidad no dudo en aprovecharla.

En cuanto a si Edu cumpliría su palabra y lo mataría en realidad le daba igual. Podía seguir su actuación de matrimonio feliz en caso no lo haga y si lo realiza pues quien iría a la cárcel seria el, o mejor dicho al manicomio si seguía diciendo esa estupidez de que él es Dios.

—amor —pronunció su esposo provocando que ella vuelva a la realidad.

—¿Qué quieres? —respondió ella con desagrado

—es hora de que cumplas con tu deber de esposa.

—no tengo ganas. —respondió "la jefa" mientras se acostaba y envolvía todo su cuerpo con la frazada.

—no tengo ganas —repitió su esposo mientras salia de la habitación.

—si vas a salir asegúrate que nadie te vea. —pronunció mientras cerraba los ojos siendo exactamente las 9:55 pm.

--------------------------punto de vista de Edu--------------------------------

le dije a "la jefa" que duerma a las diez, espero lo haya hecho. Oh ya llegó.

—¿qué es esto? —pregunto la jefa al verme allí.

—no te preocupes, es un sueño, el mundo de los sueños. —le dije yo.

El mundo de los sueños, no sé a quien le pertenece pero si sé que es necesario estar aquí para poder ingresar a mi universo.

—¿entonces estoy soñando?

—Así es, pero no te equivoques, este mundo no permite controlar a las otras personas, más aún cuando es un sueño compartido.

—¿cómo así?

—te dije que soy Dios para mis creaciones, así que para poder a mi universo esta es la primera y única parada que debemos hacer.

—entonces me llevaras a tu reino por así decirlo.

El verla a ella allí despertó el deseo que tengo hacia ella desde hace tiempo. Me acerque lentamente a ella, y pude notar que es unos centímetros mas alta que mi persona. Le dije su nombre, cosa que nunca he hecho

—Taisha

El silencio de ella y su rubor me instaron a seguir, bajo un poco su rostro, no mejor dicho ella acerco su rostro al mio y por fin pude probar el dulce sabor de sus labios. Fue un beso suave, algo lento, disfrutando el momento.

Después de unos instantes nos separamos.

—¿un sueño verdad? —me preguntó ella.

Un sueño que pronto haré realidad pensé. Nuestras bocas volvieron a unirse pero esta vez fueron nuestras lenguas las que hicieron contacto entre sí, enredándose y explorando el uno al otro. Baje mis manos por su espalda hasta llegar a tocar su trasero. Un trasero que me tiene loco, lo acaricie suavemente mientras ella nuestras lenguas seguían jugando entre si, y así besándonos nos acercamos a la cama que allí había.

Nos separamos un momento para darnos un tiempo para confirmar que aún siendo un sueño íbamos a hacer el amor.

Se quito la blusa mientras yo observaba su hermosa figura. Yo seguía sentado y ella se sentó encima mio, nos volvimos a besar mientras mis manos le quitaban el brasier. Baje mi boca mientras besaba su cuello hasta llegar a sus medianos y hermosos pechos. Ella dio un ligero gemido cuando sintió mi boca empezar a besar sus pechos. Lamí lentamente, bese, e incluso mordí ligeramente sus pechos. Baje por su cintura mientras mis manos le empezaron a quitar su pantalón. Ella quedo solo con una tanga de color negro, que apenas cubría su paraíso.

La acosté en la cama mientras la terminaba de desnudar. Le di un ligero beso a su vagina, recorrí con mi lengua todo su interior, bese su clítoris para ingresar uno de mis dedos a su interior. Ella empezó a gemir mientras sus manos me sujetaron del cabello y me acercaban a su vagina. Su acción fue mas que suficiente para que continuara disfrutando de su vagina. Ingrese dos dedos, mientras mi lengua recorría toda vagina, en ese momento bese, lamí e incluso mordí su clítoris y ella aumentaba cada vez sus gemidos, hasta que probé el sabor de sus fluidos. La hice correr y no fue una sola vez, no me detuve y en su lugar fui subiendo hasta llegar a su boca, la bese mientras mis manos estrujaron sus tetas y dirigí mi pene a su interior. Tengo que aclarar que siempre leí que todos la tienen un mimbro con unas dimensiones que me hacían sentir inferior. El tamaño de mi miembro es normal, pero esa noche fue más que suficiente para hacer que aquella mujer se corriera varias veces. La penetre suavemente, a veces lento, en otras ocasiones aumentaba la intensidad de mis embestidas. Hasta que nos corrimos juntos.

—eso fue increíble —me dijo mientras me regalaba un tierno beso.

—y eso que es solo un sueño —le respondí yo haciendo alarde de mi propio ser.

Nos seguimos besando, hasta que ella me dijo que era su turno de darme satisfacción. Empezó a bajar por mi cuello mientras me besaba, beso todo mi cuerpo hasta llegar a mi pene, en ese momento estaba aún flácido pues recién me había corrido. Le dio un beso a la "cabeza" y empezó a limpiarlo con su lengua para después introducirlo en su boca y empezar a chuparlo.

Se notó en ese momento relució su experiencia como mujer madura, aunque apenas tiene 31 años. Hizo que s me parara muy rápido con solo apenas una mamada y después se monto encima mio para introducirlo en su vagina. Empezó a subir y bajar mientras mis manos apretaban sus senos. Acerco su boca a la mía, volvimos a besarnos y aproveche ese momento para que mis manos hagan sonar ese trasero un par de veces. Su ritmo aumentaba, de arriba abajo, su vagina apretaba mi pene e incluso sentí como se movía de derecha a izquierda, algo que nunca antes una mujer me había hecho. Sincronizamos nuestros cuerpos para moverse al mismo ritmo hasta que nos volvimos a correr.

—parece real —me dijo ella mientras su cabeza descansaba en mi pecho.

—puedes considerarlo real —le dije, mientras acariciaba su pelo largo y me surgía el deseo de volver a hacerla mía, pero el tiempo se consumía muy rápido, además tenía que llevarla a mi universo.

—debemos irnos —le dije mientras le daba un ultimo beso —, no te muevas del sitio donde apareces, yo llegaré pronto allí.

—¿qué? —alcanzó a decir ella mientras su cuerpo desaparecía.