Lin Fan estaba allí sentado de una forma extremadamente relajada, como lo haría cualquier otro aficionado al cine mientras disfrutaban del espectáculo en pantalla. Ya había visto a través de esos Grandes Maestros con detenimiento.
Ahora que ya había atraído a todos allí, Lin Fan no tenía intención de seguir mirando. Era hora de ocuparse de ellos de una vez por todas.
—¡Cuckoo…!
Pollito estaba muerto de aburrimiento y regresó a Lin Fan. Pensó que habría algo realmente emocionante de ver. No obstante, tras un rato, se percató de que todos los que estaban allí eran unos novatos prácticamente. Ninguno de sus ataques tuvo efecto paralizante alguno en nadie.
Ni los Cielos temblaron ni la Tierra fue eliminada.
¿Qué clase de pelea de mariquitas y debiluchos era esa? Solo las peleas del gran hermano eran las mejores de ver.
Para Pollito, esos muchachos parecían como un grupo de niños rabiando.
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