Una sucesión de gritos resonó a través de los valles montañosos.
Aquello era un cebo sin duda, un delicioso trozo de carne esperando ser saboreado por otros.
Xuan Er se frotaba los ojos y gritaba como un conejito que se había perdido. Ese era el momento en el que un gran lobo malvado debía aparecer y devorar por completo a ese pequeño manjar.
—¿Eh? ¿Por qué no pasa nada? —Xuan Er se frotó los ojos y miró a los alrededores. Todo estaba en silencio y en calma, sin movimiento alguno en absoluto.
Oculto en modo [Sigilo], Lin Fan era toda sonrisa para esa pequeña Xuan Er ante él. En cuestión de habilidades de actuación, ¡esa chica era bastante buena! ¡Aquello parecía muy realista!
Se preguntó cómo lo hizo esa chica. ¡Era como si las lágrimas pudieran salir de sus ojos libremente! ¡Qué niña tan impresionante era!
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