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La Elección. -

Descansa mientras puedas, en este lugar, todos somos parte y tú lo serás también.

Señor ¿Se siente bien? Señor.

- ¿Qué hago aquí?

- Se ha desmayado ¿Quiere que llame a una ambulancia?

- No, no es necesario. Me encuentro bien. Fue solo una recaída. – Me tomé con ambas manos mi cabeza.

- Está bien. – dijo el hombre que prosiguió su camino.

- ¿Qué habrá ocurrido? - Me dije. – Solo sé que estaba caminando y una mujer extraña se acercó a mí para platicar. Algo le dije y luego todo concluyó aquí. Aún me siento un poco mareado ¿Y mis lentes? ¿Dónde están?

Jaime acaba de recibir una sorpresa. Se encuentra totalmente desconcertado. La aparición de una mujer, y un desmayo repentino. Solo recuerda una leve voz, no capta su imagen física y eso lo tendrá abrumado por el resto de la historia.

Me incorporé nuevamente del suelo. Estaba muy cansado, y mi atuendo parecía desprolijo. Como si no me lo hubiese quitado por semanas ¿Mis gafas?

¿Dónde están?

Allí. Se ubican justamente de lado de una pared. Creí haberlas extraviado. Por fortuna parecen estar condiciones. Fui hacia ellas. No me ubicaba bien. Parecía un callejón entre dos edificios contiguos abandonados. Uno tiene una puerta de metal sin picaporte. Una ventana cuyo interior para manifestar en su interior una fábrica abandonada. Del otro lado en el cual están mis lentes, una pared de ladrillo de varios metros. Fui hasta allí, un tanto balanceándome aún en el mareo.

- Mis anteojos ¿Qué? ¡Qué rayos! - en seguida los arrojé al suelo. El reflejo. Si ese maldito reflejo me introdujo un escalofrió en todo mi interior. Eran esos dos que son uno ¡Dios! Y estaban allí. Luego una gota de sangre se desprendía de ellos. Inmediatamente los recogí de nuevo. Nada parecía tener sentido. Quizás es solo un miedo mío. Debo ser más cuidadoso. Es solo mi imaginación ¿Pero cómo era posible? Me coloqué contra la pared respirando hondo. Tome unos minutos de mi tiempo para esperar mientras observaba detenidamente esos anteojos para un miope. Los limpié cuidadosamente. Era con certeza mi imaginación temerosa. De aquella figura que solo es parte de mi cabeza. No debo traerla a mí. Un último respiro, y me fui caminando lentamente a mi casa. Tenía que ordenar las ideas. Una por una desde que llegué aquí. La voz de la mujer, las gafas con la figura de ellos, y la gota de sangre. Algo no estaba bien, supongo.

Esa mujer. Esa mujer ¿Por qué tengo su mirada tan aferrada a mi mente? Debo ordenar mis ideas

Jaime se dirigió a su recinto en la calle principal cerca de una colina. Los albatros y esteros. Reside en una modesta casa de tres habitaciones en el segundo piso. Y un baño living y cocina en el primer piso con un sótano. Hay en esa vehemente fachada un estilo de prolijidad que se mistura con cada elemento como si nada se

moviese y todo estuviera intacto. Hasta podría manifestar que Jaime lo hace a propósito para que el tiempo se sostenga impoluto. El sótano ha sido y será su némesis desde pequeño. Nunca había ido. Dice que allí, se esconden los ruidos. A veces se escuchan y otras solo se mimetizan con el ambiente. Como si quisieran unirse, pero no pueden. Él, dice que el mundo exterior al sótano es totalmente diferente y lo sabe pues de muy pequeño entró en aquel recoveco descendiendo las escaleras. Lo que vio le generó un pánico del cual jamás regresaría. En el mundo exterior, su casa por así decirlo existe una suerte de paz. Un silencio innato que solo se puede apreciar cuando se está en calma. La calma es un elemento escaso en su vida, es por ello que cuando un hecho de esta magnitud existe, él, lo succiona, como un vampiro. Es así como se resiste al trágico andar de la vida. De todas estas implicancias que lo invaden son parte de recuerdos. Éste no puede recordar todo lo que sucede, entonces escribe y dibuja lo que ve antes que sea tarde. Antes que su memoria sea aniquilada de su mente. Solo fragmentos vagos se hacen presentes y uno de ellos es el sótano y ellos a los que siempre se refiere con miedo.

...Soy un recipiente vacío. Carezco del recuerdo. Solo guardo una pequeña parte de ellos como si no tuviera más espacio allí. Es una condena.

....una mujer he visto una mujer de cabello rosado semi corto con ojos color ámbar. Intento no olvidarme. Me dijo algo, que no se bien que es. Algo que en mi errante mente desaparezca sin sentido como sin sentido tenga lo que expresó ¿Si pudiera saber qué es?

A ver recopilemos la información. Me disponía a salir a realizar un trámite bancario. En el ir y venir de las personas, estaba llegando destino, cuando quise darme cuenta, me encontré en una calle un tanto desolada. Había un sol radiante, y luego. Luego. Diablos, no puedo recordar bien, que es lo que ocurrió. Una voz

de una mujer, si esa voz. Su cabello rosado semi corto con ojos color del ámbar. No lo entiendo, luego desperté, cuando ese hombre me llamaba. Será un sueño. Pero no recuerdo haber ido al banco a realizar una extracción de dinero, y mi billetera está repleta. Tengo el ticket del horario en que ingresé ¿No puede ser? Es del día de ayer. Definitivamente estoy perdiendo la memoria, o me estoy volviendo loco. No pude ir al banco en el día de ayer. Algo está ocurriendo conmigo. En definitiva deberé ver bien que haré con ello, no puedo relegar mi vida a un episodio a o voces que siquiera sé si existen. Iré a darle de comer a Simón. Abro el refrigerador y apenas encuentro la comida para el gato. La coloco en una bandeja y luego la deposito en el patio de la casa. Posiblemente haya salido, como es de libre él, no se quedará aquí aburriendo al tiempo. Es hora de ponerme a trabajar un poco. Enciendo el ordenador, y verifico los archivos ¿A ver que se supone que debo verificar primero? La carpeta del cliente Steven contra el hospital de Lasalle. Un accidente por mala praxis. Pobre hombre, le dejaron parte de un metal luego de una cirugía dentro de sí. Producto de ello con el tiempo el hombre falleció, y su hijo es quien activa el proceso. Malas prácticas, malas decisiones. Su cuerpo reveló un mal funcionamiento del hígado, cuando parte de esa astilla lo penetró cortándolo. El dolor debió ser terrible. Ahora que estamos cotejando pruebas en la etapa pre sentencia, es increíble que los médicos hayan dejado pasar por alto este incidente. En fin temas del oficio. Me recibió de abogado no hace muchos años. Etapa universitaria, había sido efímera, quería recibirme rápidamente, luego del incidente de mi adolescencia. En el cual perdí la memoria cuando me hallaron en la ruta luego de un accidente en el cual perdió la vida un querido amigo. Habíamos chocado con otro vehículo. De alguna manera los peritajes dijeron que perdimos el control. En todo caso mi amigo había perdido la maniobrabilidad del auto, y del otro lado un ómnibus con varias personas. Nadie sobrevivió, solo quien les habla. E incluso no tuve

rasguño. Todos de alguna forma tuvieron severas lesiones, roturas, y desmembramientos. Fue un desastre total. Las noticias hicieron eco de aquel accidente la primera semana. La policía forense, no quería dar muchas pruebas. Fui testigo varias veces en indagatorias, pero desde allí en adelante que fue que comencé a tener estos problemas de situaciones inverosímiles que no tienen sentido de pérdidas de la memoria. A veces suelo perder sangre por alguna herida que se gesta. Los médicos no saben darme explicación. A veces me estoy volviendo un orate, cuando el entorno que frecuento suelen manifestar que digo y hago cosas que no están planeadas en mi mente. Complicaciones. La última vez salí con una dama. Una chica que había conocido en mis años de juventud. Nos encontramos en los tribunales, luego de mucho tiempo de no vernos. Fue una cita rápida, y atrapante.

- ¿Cómo estas tanto tiempo Jaime? - Me comentó Elena. –

- Bien, estuve un poco perdido en estos años. Sabes trabajo.

- ¿Supiste lo de Tom? – Me dice ella. –

- ¿Tom?

- Si, Tom ¿Es que no te acuerdas? – le dijo un tanto prepotente. –

- ¡Ah! Si. ¿No fue quién estuvo cursando con nosotros derecho romano?

- Ese fue Cesar.

- Perdona estoy un tanto fuera de contexto con las personas. –

- No hay problema. Él fue quien cursó las últimas materias con nosotros. Luego se casó con una antigua ex novia. Lo había visto en los juzgados hace unos meses, luego no lo volví a ver. Me habían mencionado, empleados del recinto jurídico que frecuentaba, que él mismo había dejado todos sus expedientes sin movilizar durante meses. Incluso notificándolo para realizar peticiones. Fue extraño.

- Si totalmente. Alguien que litiga, no suele hacer ello.

- Exacto, y menos el que fue muy meticuloso en muchos aspectos. El desapareció. Hace una semana me enteré que encontraron su cuerpo en partes en el refrigerador de su casa.

- ¿En serio? ¡Pero qué terrible! ¿Cómo pudo suceder? – Le pregunté asombrado. –

- No se sabe a ciencia cierta. Aún están investigando. Dicen los peritos que pudo ser un homicidio agravado por vínculo con su esposa. Ella sería la autora material.

- ¿Cómo lo descubrieron? – Fije intrigado en mi pregunta. – ¡Qué terrible!

- Ni lo dudes Jaime. Aparentemente, ella fue hacer la denuncia.

- Quizás quería dejar claro que no tenía nada que esconder como cuartada.

- Sí, pero lo más extraño es que, ella apareció en las mismas condiciones en su casa hace unos días. La policía está totalmente desconcertada en pistas.

Los perros no pueden detectar lo ocurrido, y la autopsia por el momento no fue hecha.

- Increíble. No podría saberse jamás ¿Un enemigo en común?

- No lo sé, me apena por él. Era un hombre muy bueno y simpático. Pero la verdad no quiero tocar el asunto ¿Y tu cómo has estado? – Me pregunta luego de comentarme. –

- Bien, Elena, trabajo, y a veces he realizado algún que otro curso.

- Me parece brillante que sigas expandiendo tu panorama. -

- Si, en especial teniendo presente que actualizarse es fundamental ¿Y tú que has hecho?

- Estuve un tiempo sin dedicarme a litigar, era más una mujer de la casa. Por ciertos problemas con mi marido, decidimos no seguir juntos por

complicaciones maritales. Luego retomé las leyes. Cosas de la vida. Tú sabes. -

- Entiendo. Lo siento mucho. – le dije sin indagar mas en el asunto. –

- No hay problema. – Se ríe. -

Ambos estábamos en un juzgado. El personal que nos atendía nos traía las carpetas, y la plática se hacía amena. Cada uno solicitaba su expediente y verificaba los vericuetos jurídicos que se desarrollaban. Elena concluyó su vista, y entregó la carpeta con un escrito realizando una solicitud determinada. -

- Listo ya pasará al despacho. Mira Jaime, debo irme, tengo un día demasiado ajetreado, ¿te parece bien si nos reunimos otro día? - me expresó ella con agrado. –

- Claro será un placer. –

Nos pasamos los números de teléfono. Y luego ella prosiguió su camino. Luego yo seguí el mío. Me era extraño lo sucedido ¿Qué pudo ocurrir con Tom? No recordaba mucho su rostro. –

Me fui ese día de los tribunales. En lo referente a mí, intentaba no socializar con nadie de este entorno. No lo aborrecía, pero tampoco era de mi agrado, y en el tugurio de los deseos, mi soledad era más importante que aquellas manifestaciones de personas que no me interesaban. Elena era una dama interesante, y no tardó en enviarme mensaje. No respondí, el primer día debido a mis problemas. Recibí un nuevo mensaje de ella, y fue cuando nos dimos a una cita. Cenamos en un restaurante cerca de mi casa. Era mejor ello.

- ¿Y qué te parece? - Me expresa ella, luego de contarme parte de su vida. –

- Es interesante. – Me había explayado con minuciosidad lo referente a su marido, y su separación. No creí acorde opinar de ello. Incluso si lo hiciera no tendría sentido alguno, pues solo sería para darle un apoyo moral a ella.

Cenamos unos brocheta de carne, con guarnición de papas frituradas. Y para beber unas cervezas. Nos mantuvimos largo tiempo dando a nuestra plática, y luego ella decidió acompañarme a mi casa.

- Bonito lugar tienes. – dice ella. –

- Si trato de mantenerlo bien ambientado. – le comenté, - ¿Qué deseas de beber?

- Una cerveza está bien. -

- Perfecto - Mientras iba al refrigerador por unas bebidas.

Tomamos y reímos un poco de nuestras historias de universitario, sentados en el sofá de mi living. Luego ella se acercó a mí, podía ver en su escote, ese pecho reluciente. Respiró en mi cuello, y yo le acomodé el cabello para besarla. La lujuria nos invadió de inmediato. Y nos desvestimos sin dudar para hacerlo. Tome sus piernas y bese su sexo al viento, mientras ella gemía. Le gustaba que le hicieran sexo oral, mientras la acariciaban. Y luego ella mí. Un perfecto contrato de placer. Luego ella se subió encima mío, mientras le besaba sus pezones altos y duros, con cada movimiento desarrollaba mas su sentimiento de deseo, hasta terminar transpirando cada gota. Fue una noche un tanto momentánea. Permaneció a mi lado una hora, y luego me dijo que debía retirarse vistiéndose. Le abrí la puerta, y paró un taxi. Le dije si quería que la llevase en mi auto, pero se negó. No quería generarme molestias. –

Un recuerdo más, luego su número desapareció. Le había enviado un mensaje para salir nuevamente pero no quiso decirme el porqué, solo que sintió que no éramos compatibles, y no quería continuar algo. O eso supo decirme ante una fría misiva de mensaje de texto por móvil. Eso es lo que puede determinar hoy en día. –

Qué extraño, ahora que la traigo a mi mente, no puedo dejar de recordar a esa voz. Esa dama de cabello casi rosado. Bien, voy a ver mi billetera debó comprar unos alimentos. Saldré nuevamente. En cuanto me dispongo a ello, siento un aroma un tanto nauseabundo ¿Qué será? ¿En donde es ello? Revise en cada parte de mi escritorio de trabajo, no podía determinarlo, luego me dirigí al living, y después a la habitación del primer piso. Vamos Jaime, es solo un olor extraño, y nada del otro mundo. Cuando llegué me parecía todo muy calmado. Al salir al patio de me di cuenta que estaba Simón dando rienda suelta a su alimento. Al acercarme, maulló varias veces, aunque no se acercaba del todo. Estaba concentrado en su alimento en el patio. Creí que había traído alguna presa a la casa, y tal vez era ello lo que propinaba tal olor nauseabundo. Al concluir su comida, lentamente pasó del otro lado de la puerta, y se acercó a mí. Caminó entre mis pies como queriendo una caricia, me agache a tocarlo, y su cuerpo se erizó como si estuviera tocando un ladrillo.

- ¿Qué te ocurre Simón? – Pregunté. –

El gato se mantuvo quieto, y luego se alejó rápidamente por la puerta de ingreso del patio hasta saltar del otro lado de la pared. –

No logro entender que le ocurre. Los animales son imprevisibles. Me dispuse a salir de mi casa, para ir hacer compras. Al cerrar con llave las calles me parecían un tanto aisladas, la gente de mí alrededor tenía ventanas, y puertas cerradas. Un vecino

que pasa al lado mío, al cual saludo, en su distracción sigue de largo sin decir nada. Al llegar al negocio, noto que hay pocas personas. Eso es bueno para que pueda salir más rápido. Recojo algunos artículos. Verduras, una botella de vino, y algo de carne fresca. Al llegar a la caja, no puedo evitar escuchar algunas personas conversando entre ellas. Eran dos típicas señoras. –

- ¿Ha visto lo asesinatos que han ocurrido? – Dice una mujer un tanto preocupada.

- Si es terrible. El cuerpo descuartizado, y la cabeza en el refrigerador ¡Dios que terrible!

- Si temo por mi familia, y por mí. Los policías no saben bien que está ocurriendo. Aparentemente es un asesino serial.

- Escuché, que son varios asesinos. – Dijo una tercera persona. Un hombre meditabundo. –

- También mencionan que pueden ser cazadores que hacen ritos mágicos y siniestros con los cuerpos. Se han visto locuras de diagramas, y dibujos en

cada escena.-

- Eso dicen también. –

Al escucharlos, no pude evitar pensar en lo que Elena me había manifestado con relación. Tom. Sera posible ¿Qué ese asesino o asesinos haya sido y no su esposa que también fue encontraba muerta? ¿Quién puede determinarlo? Pagué los comestibles, y me dispuse a salir de allí. No quería oír mas sobre el asunto, al salir de supermercado, caminé unos treinta metros, en los cuales comencé a sentirme mal. Era como si la energía de mi cuerpo disminuyera. Entonces no pude evitar detenerme. Se generó un nubarrón en mi mente, y mis ojos solo veían un espacioso mundo totalmente diferente ¿Dónde estoy? Era completamente de

noche, y solo el reflejo de la luna menguante acataba que no debía intervenir tan solo con una pisca de su iluminación.

Esa sombra tenia puesto una túnica color marrón como si fuera un kimono de mujer japonesa, y un delantal de mucama. Ella venía frente a mí, y se posicionó firme sin moverse. Era la única figura entre todas que venían e iban. Aquellas de repente se desfiguraron como si sus rostros desaparecieran

- Ven a mí – me comenta una figura de una mujer - Tú no eres de aquí –

Era ella, la mujer del cabello rosado semi corto, sus ojos brillaban. Brillaban tanto que era la única luz en esta oscuridad.

- ¿Qué te ocurre? ¿Acaso no te acuerdas de mí?

- ¿Recordarte? ¿Quién eres? – Le pregunto. Mientras ella sonríe amablemente.

- Soy quien ha venido a buscarte. Debes venir al hospicio. Tú no perteneces aquí.

- ¿Al hospicio? – le pregunto dudando de lo que me estaba diciendo. –

- Al hospicio. Al hospicio. ¡Hospicio! – y su figura se desvanecía prontamente como si el viento desdibujara su cuerpo en arena que se esparcía. – Debes venir urgente – lo último que puedo ver es su rostro temeroso huyendo. -

Me agaché producto de una debilidad extrema, y coloqué mi mano del lado de la costilla izquierda. Sentía un dolor terrible. Al palparme, pude ver que ella estaba repleta de sangre. Luego mi otra mano también lo estaba. El susto me hizo gritar fuertemente. Ahora otra figura se está acercando a mí. Es una monstruosidad que parece anómalo en todo su aspecto. Su rostro deforme en dos caras, su cuerpo volátil flamea y con su mano que es una garra amorfa extiende su dedo y uña

filosa. Hace una incisión pequeña al tocar mi frente. Siento la sangre que se pierde en todo mi rostro. No puedo moverme. La criatura comienza a ser succionada por mi cabeza y se mete poco a poco hasta introducirse totalmente. Comienzo a gritar, y el dolor de mi cabeza es terrible. El terror inacabable, y desperté en mi cama en medio de la noche de la luna menguante insoslayable que me miraba de forma lejana. Era solo un sueño. Tenía mis lentes allí en la mesa de luz, y los recogí para colocármelos. Mi vista estaba totalmente nublada. Tome mi móvil de celular, y verifiqué la hora. Eran las cuatro de la mañana. En las noticias de internet, el primer encabezado de los títulos se refería a la muerte de una mujer de unos sesenta años. Su cuerpo hallado en medio de un basurero. Pero ese lugar lo reconozco. He estado allí

¿Allí no he ido a comprar los alimentos? En ese sitio fue donde me permití ver a la dama de cabello rosado semi corto. Definitivamente el entorno en el cual me encuentro es muy peligroso. Quizás podía haber sido la víctima. Y estoy en medio de una pesadilla.

Al incorporarme para ir al baño, descubrí que mi pijama poseía manchas rojas.

No comprendía a que podían surgir. Al quitarme la camisa, pude notar una fina línea que se desprendía de mi costilla izquierda, y otra en la derecha ¿En qué situación estaba? La luz del velador reflejo un tanto el aspecto de mi cuerpo que se dejaba determinar como una masa bidimensional. Como si fuera un doble totalmente desproporcionado, pero ¿Por qué? Respiré hondo para no preocuparme y fui al baño. El lavatorio estaba perdiendo en el grifo unas gotas, y una mosca desagradable parecía pulular por aquel sitio. El hedor nauseabundo estaba replicándose nuevamente. No podía tampoco determinar de dónde provenía. Lo único que se me había ocurrido es que Simón hubiera aniquilado alguna rata y hubiera dejado su cuerpo cadavérico en algún rincón al cual no puedo llegar. Cualquier lugar de la casa. Salvo el sótano, allí nadie va, ni irá. Ese lugar es tan

lúgubre, que cuando piso por allí siento que me llevaran. Exagero tal vez, pero algo me dice que no deberé entrar nunca. Es mejor que me vaya a dormir. Mañana ordenaré mis ideas desde un principio.

Los ruidos comenzaron hacer eco en algunos rincones de la casa. Algunas sombras van y vienen sin cesar. Todas salen del sótano, caminan por la casa, y se paran frente a la cama en la cual descansa Jaime. Nada de lo que tenga vida, intenta acercarse a ella, y solo se escapa de allí. La casa en su soledad se llena de elementos que parecen tener vida propia, pero no lo son. Jaime no lo ha notado nunca, y cuidadosamente desaparecen cuando éste hace su aparición. Solo el indicio onírico puede darle alguna que otra pista. Para saber qué ocurre.

Al despertar del otro día, me siento tan cansado como lo he sentido siempre. Recojo mis lentes, y veo el reloj que marca las nueve horas de la mañana. Me mantengo unos momentos en la cama, aun siento ciertos dolores. Son los frecuentes. Hay mucho silencio en la casa. Incluso con el día, lo hay en la calle parece.

Tomo mi celular, y verifico en internet algunas noticias. Otro asesinato ocurrido nuevamente. Aparte del sucedido a la señora del supermercado. Éste ocurrió cerca de por aquí. Era una antigua casona. Un hombre relativamente joven, fue descubierto sin una gota de sangre. Parecería un acto de vampirismo, pero no lo es, ya que descartan los sucesos de algo tan anormal, y fuera de toda norma verídica.

Vamos a poner un poco de radio, tal vez sea más conveniente que estar leyendo a estas horas. Siento mi visión un tanto nublada.

¡Aquí radio Pos! Lo mejor en noticias, y música de estilo. Soy Alfio Pedernera en la conducción principal, y nuestra amiga Sofía Cross como invitada de lujo

dando las opiniones, estamos todas las mañanas brindando los eventos matinales.

"Que tenemos hoy. Otro asesinato que desconcierta a la policía. Un hombre de cuarenta y un años, fue hallado en su casa de la avenida céntrica, en el suelo, sin una gota de sangre".

Las declaraciones ofrecen que cada vez son más extraños los sucesos acaecidos, y solicitan no salir por las calles debido a que no podemos determinar que más ocurrirá.

- ¿Qué te parece Sofía?

- Francamente da mucho miedo. Pero según las estadísticas. Y hay que tenerlo presente. Vean que todos los sucesos que ocurren en el pueblo se determinan solamente en la zona céntrica, no más allá de ello. Veamos que no se expande fuera de un límite de las intersecciones de la avenida principal, y las calles y pasajes que se desarrollan en él.

- O sea que el asesino, puede incluso estar cerca de aquí.

- Posiblemente. Si hacemos una grafica de los ataques, suelen ser bastante atroces, pero con un modus local. Ahora si me preguntas el porqué de tanto encono. No podría explicarlo. Los cuerpos parecen ser destruidos en su totalidad, o cercenados.

- Los detectives han dicho que no son traficantes de órganos, ni tampoco que corresponda grupos de narcotraficantes, ni tampoco ajustes de cuenta.

- En efecto estamos ante un sociópata cuyo ensañamiento no tiene límites.

- Eso mismo iba a mencionar. Y ahora vamos con otras noticias. En el campo venidero a las afueras del poblado se han producido algunos encuentros muy interesantes en materia de antropología.

- Totalmente dicen que allí se han encontrado algunos cadáveres que datan unos cuantos años de antigüedad, y posiblemente correspondan a principios del siglo pasado.

- Entonces Sofía.

- El antiguo Hospicio Dyer.

- No era una leyenda.

- Si, no se ha encontrado nada, y dicen que se incendio desapareciendo totalmente.

- Esa es una de tantas leyendas como la proveniente del pueblo de Baba y los famosos asesinos ¡Ber!

- Si, no han encontrado nada. Te corrijo los Berthol, pero solo son leyendas y nada más.

- Y por cierto vamos con el clima. Tendremos una mañana soleada, y fuertes lluvias por la tarde –noche hasta mañana.

- Será un extenso aguacero parece.

- Totalmente, vamos con una pausa. Y algo de música para cambiar de tema

¿Qué te gustaría oír Sofía?

- ¿Qué tal algo de Pear Jam?

- Vamos con un tema especial. ¡Jeremy! Esta historia de un niño acosado y un final.

¡Pausa!

...Try to forget this (try to forget this) Try to erase this (try to erase this) From the blackboard

Jeremy spoke in class today Jeremy spoke in class today

(Trata de olvidar esto (trata de olvidar esto) Intenta borrar esto (intenta borrar esto)

De la pizarra

Jeremy habló hoy en clase Jeremy habló hoy en clase)

- ¡Ah! Hoy si que será un día extenso Sofía.

- ¡Ey! ¿Crees que esa canción sea acorde para esta ocasión? Digo por la temática. Del asunto.

- No lo creo, y si hubiera quejas que lo manifiesten. Saldré tarde seguro.

¡La radio sintoniza Pos!

Mientras oía los comentarios de aquel locutor, una persona bastante sarcástica, no podía dejar de pensar en eso de la leyenda del Hospicio. Algo en mi memoria me dice sobre ello, y sobre los siameses. Qué extraño a veces en mis sueños algo se aparece como la figura de un cuarto. No puede dejar de meditar en ello. Hoy tendré mi sesión con el psicólogo. Necesito que él me de unas respuestas con alguna terapia que me ayude a recordar y darme solución a las situaciones tan emblemáticas e insostenibles que se producen. No puedo continuar actuando con esa desidia en mi interior, de lo contrario ¿Cómo se desarrollara?

La cuestión es que decidí sobre bases empíricas de mi persona ir a realizar por lo menos algunas sesiones.

Mi desayuno está listo, un café con leche, y un poco de pan untado con mermelada con eso será suficiente antes de comenzar el día. Al sentarme en la mesa, un zumbido en mi oído me hizo tambalear un poco, y luego un ruido un tanto estrambótico. Primero se desarrollaba en el interior de los tímpanos, y luego parecía escapar al exterior, y recorrer la casa hasta dar con el sótano. Dios ese lugar maldito. Aún me palpita el miedo, pero no puedo determinar por qué fue, solo sé que cuando fui en mi niñez allí lo que vi me genero pánico, y mi mente asoció con algo vago en la imagen de un ser amorfo realizando una tarea fina. Y luego quise escapar, y caí por la escalera y todo se volvió borroso. Al despertar estaba en mi cama, y la abuela me estaba atendiendo junto al médico.

- Tuviste un desmayo Jaime ¿Te encuentras bien?

- Si, es que no comprendo que ocurrió. – dije tomándome la cabeza con la mano derecha como queriendo intentar recordar algo sucedido. Mi mente estaba totalmente en blanco.

- Solo fue una caída nada más.

- Estaba, creo que estaba en el sótano. –

- ¿Sótano?

- Imposible Jaime – me dice la abuela. – El sótano esta sellado. Nunca podidas haber entrado.

- Pero yo vi la madera debajo de la alfombra, y sentí ruidos y luego no sé. –

- No querido te has caído de la escalera del piso.

- ¡Pero!

- Tu abuela tiene razón – dice Eduard, el médico de la familia. – te produjo un golpe muy fuerte el deceso, por suerte no te paso nada. Caíste desde el noveno escalón, dando vueltas en círculos. –

- ¿Entonces no fue el sótano? Pero no lo sé. Es como que siento un miedo, algo vi. Una figura bastante desagradable.

- Tal vez fue un sueño. El sótano ha estado sellado con el hormigón durante muchos años. Si quiera es un sótano. Es solo parte del suelo. – Comenta la abuela Gladys. –

- Entonces solo fue una caída por la escalera, pero parecía tan real. –

- Debes descansar Jaime. – me comenta el médico. –

Los siguientes sucesos, fueron sucintándose, cuando aparecían sombras, y ruidos. Estuve al cuidado de mi abuela durante largos años, cuando mis padres tuvieron un accidente en los cuales fallecieron. Supe de una hermana que fue a un internado. Una media hermana menor producto de una relación extramatrimonial. Nuestro medico, siempre estuvo ahí para ayudarnos. Era parte integrante de la familia. Y luego de fallecer la abuela, ya adulto me formé como abogado. Hoy en día no tengo otros parientes que pueda llegar a conocer, y amistades siempre fueron un buen día y adiós. Tuve un amigo que desapareció, como tantas personas. Algo en mi no está bien parecería para las relaciones afectivas. Incluso una ex novia de la secundaria, y otra de la universidad. Por motivos ajenos fueron desvaneciéndose sin dejar rastro de un día para el otro. Entonces comprendí que podría ser yo una mala influencia, o una energía negativa en las otras personas. Comencé a tener una vida austera, y aislada. Era preferible el ostracismo a continuar teniendo pérdidas.

Si tuviera que desarrollar un círculo con todas mis posesiones diría que casi se encuentra en un blanco total. En la cual hay una masa de espacio que debe ser cubierto, pero no puedo, no puedo lograr que lo sea. Simón quizás es la única criatura que parece no querer alejarse de mí. Sin embargo estoy seguro que algún día lo hará. Eso es algo que posiblemente pueda definir como patético.

En todos estos años he aprendido a ser autosuficiente en todos los aspectos, aunque no puedo resolver lo que mi mente tiene encerrado. Los hechos que me circundan que han sido extraños, y esos desmayos repentinos, como sueños en la cual se manifiestan situaciones y personas que no logro ceñir quienes, o que serán.

La radio aún sigue funcionando y las noticias no paran.

...Y estamos en radio Pos... con más noticias. Ampliaran la cantidad de patrullaje por la zona a fin de verificar los movimientos de las personas.

- Que creen, los antropólogos manifiestan que los huesos encontrados de las personas presentan ciertos rasgos inusuales de la época. Podrá ser algo totalmente misterioso, que aún sigue en investigación.

- Según las fuentes podría ser que varias de ellas fueron torturadas.

- Será, ¡QUE MIEDO!

- Es extraño en esa época, pero no olvidemos Alfio que estamos hablando de etapas en las cuales ocurrían hechos de los cuales no podrían enterarse tan fácilmente, si alguien no denunciaba. Y recordemos que las leyes eran severas a determinadas personas.

- Aún sigo pensando en el Hospicio Dyers, en el cual se dice que se realizaban atroces y feroces experimentos psicológicos y físicos en nombre de la ciencia.

- Bueno sin ir más lejos, muchos dictadores han subyugado pueblos para sus fines determinados. – dice Sofía – No olvidemos que el nazismo con el pueblo judío, islámico, incluso todo aquel que fuera difuso a la raza área. No olvidemos a Mao Tse tun, y la barbarie en china, vayamos a los

Balcanes con los Ustacha de Ante Pavelic contra los serbios y bosnios. Y muchos otros

- Muchos más lejos la inquisición, Sofía, y los hunos a los cuales los godos han dicho que eran producto de las brujas y demonios ¿Será cierto?

- Hermosas leyendas nos invaden en este mundo – comenta Sofía. –

- Bien dicho, y vamos con otra canción.

- ¿Podemos algo melódico y setentoso?

- Perfecto, vamos allá con Escalera al cielo... de Led Zeppelin..

.." Theres a lady whos sure All glitters that is gold

And shes buying a stairway to heaven.

(HAY UNA DAMA QUE ASEGURA QUE ES ORO TODO LO QUE RELUCE Y ESTÁ COMPRANDO UNA ESCALERA AL CIELO)

Theres a feeling I get When I look to the west,

And my spirit is crying for leaving. In my thoughts I have seen

Rings of smoke through the trees,

And the voices of those who standing looking.

(EN MIS PENSAMIENTOS HE VISTO ANILLOS DE HUMO A TRAVÉS DE LOS ÁRBOLES

Y LAS VOCES DE AQUELLOS QUE ESTÁN PARADOS MIRANDO)

Me mantuve sentado, mientras sostenía el café con leche humeante, y ese humo que se distribuía en el aire, al sonido de la canción de Led Zeppelin. Hay una mujer, si la hay y no es que vaya al cielo, sino que me llama para llevarme a un lugar y no se cual es, pero debo ir, y los ruidos de todos esos seres que me invaden. Soy un ser humano que no comprende las cosas que suceden hasta que realmente logra verlas. Y veo disposiciones. Solo solicito respuestas. Necesito saber tantas cosas. En definitiva, muchos de nosotros. A los que llamo seres humanos vivimos sin saber quiénes somos, y que queremos. Incluso nos vamos del mundo sin las respuestas precisas. Y ello es una total manera de sentirse desolado, cuando esas respuestas las necesitamos.

Ya he declarado como fue mi vida, los eventos que fueron sucediendo desde mi niñez, pero hay un pozo, algo que hizo que todo lo que era desde ese punto fuera diferente. Como si todo hubiese cambiado de repente, y el Jaime que era, a partir de allí sea otro Jaime. Éste que puedo detallar aquí, y ahora y no otro. Soy alguien especial, o todos somos especiales. No lo sé, solo sé que ese punto de inflexión que se ha desarrollado y ha modificado mi vida es el Sótano. Y algo me han escondido durante mucho tiempo la abuela, incluso mi media hermana, que me había sugerido en algún momento atrás en mi época de estudiante que me fuera a vivir con ella. De ello si tengo memoria suficiente en mi disco duro.

Luego de concluir el desayuno, recojo los trastos y los lavo rápidamente. Simón no está nuevamente. Debe haber pasado una noche fuera de la casa. No lo culpo, la casa parece siempre producir un escalofrió en el horario nocturno. Al concluir los lavados, ordeno todo como corresponde, y luego voy a mi habitación. Me colocó un pantalón de vestir oscuro, la camisa celeste, y un saco, estilo frac, ambo. Zapatos negros, y listo. Me observo en el espejo para verificar que no haya imperfecciones. Toda la casa se encuentra en la misma situación en que siempre

estuvo. Es por una mesura de orden. No puedo tolerar que algo no se encuentre en su lugar. Es como que parece que descoloca al tiempo, nos obstante admito que es un falta mía por ser tan estructurado. Al salir a la calle, puedo avistar algunos oficiales que van y vienen en un recorrido de cada cuadra. Es por el hecho de que los asesinatos se han multiplicado, y nadie sabe a ciencia cierta quién los produce. El hombre de la radio Alfio, y su asistente Sofía manifestaron que podría ser alguien del radio céntrico. Y estoy en el objetivo del mismo, pero no me preocupa en lo más mínimo. A pesar de que un malhechor puede tener un modus operandi determinado, y éste a raíz de las circunstancias estudiadas no lo tiene. Ataca al azar parecería.

En el ínterin de tiempo, Jaime se ha olvidado completamente de que la radio ha mencionado que llovería, y luego de salir de tribunales, no se percató que el aguacero caía en su rostro. Estaba completamente empapado. El cielo se había teñido de rojo purpura, y luego un rosado como fase de los colores que se van misturando. Las gotas caían con suma frecuencia y en principio solo era una garua. Jaime cruza la puerta de salida del parlamento, y se refugia en un árbol que linda con la vereda de la calle donde pasan los automóviles, allí extiende su mano a un taxi que realiza una parada. Éste abre la puerta trasera y se sienta en el asiento de cuerina, el agua cae de su atuendo, empapando cada centímetro de la misma algo que no le agrada mucho al chofer. Pero tenía que ser de esta forma antes que continuar mojándose allí en las afueras, y debía abordar un vehículo para poder ir al estudio del Dr. Collin, su futuro, psicólogo.

- ¿A dónde nos dirigimos? - Le dice el conductor. –

- Lléveme a la calle Rosas al mil setecientos. –

- Perfecto. – El chofer titubeó unos segundos, por la caída del aguacero.

Coloca el parabrisas para ir limpiando la cantidad de gotas amontonadas

que se van desarrollando en el vidrio - ¿Le parece bien si tomamos

un atajo? – Le pregunta el taxista. –

- Claro, si es más conveniente. – Le digo sin hacer ningún tipo de comentario. De inmediato enciende la radio el hombre. Las noticias hablan de todo lo

que se viene desarrollando hasta el momento. Los acaecimientos que tienen que ver con las muertes –

- ¿Qué terrible no cree? - Comenta el chofer. Y han ocurrido más según fuentes secretas. No saben cómo ocurren, ¿Y quién puede llegar a ser?

- La verdad. Si, parece que tiene un método infalible para no ser atrapado. –

- No lo sé, pero si sé, que no es normal para nada. – El hombre se toma una cruz que tiene como cadena que se extiende en el cuello. – ¿Usted es

creyente?

- Si, lo soy, aunque no suelo ir a la iglesia, ni las misas. Pero soy devoto de la creencia. –

- Para mi entender, no parece algo de éste mundo. Esos asesinatos, no lo sé.

¿Quizás estamos ante un demonio, no lo piensa así? Perdone parece una locura lo que he dicho. –

- ¿Un demonio? - Pregunto sin razón, frunciendo el ceño. –

- Si. perdón, es que el miedo nos lleva a creer tantas cuestiones. No han encontrado nada de nada. Las autopsias no manifiestan ningún indicio, o pista. Según las cuestiones de los forenses, es extraño que las huellas no detecten ninguna particularidad. Como si algo atacase con cierta velocidad, y los destruyera.

- Y los destrozara. No hay muchas pistas, aunque tampoco he sabido de un trabajo arduo de los detectives en poder tener hipótesis.

- Conjeturas hay demasiadas. Hay quienes piensan que se trata de algún monstruo. Yo solo actúo con la creencia. Demonios, fantasmas. No

sabemos si estamos, o no en esta vida – En seguida el taxista me observa por el retrovisor y sus ojos parecían enrojecerse. Fue cuando ladeé la cabeza al observarlo, y unificar miradas. Parecía que algo tramaba, y con respecto a ello, un susto me hizo pensar que sería mejor irme de allí.

– Perdone, quizás hablamos de temas muy cruciales a los cuales no podemos resolver. No quise ser impetuoso.

- Al contrario, no veo que este mal lo que me expresa. Demonios, extraterrestres, monstruos, espíritus, ¿Quién nos asegura que podría ser o no? Por el momento solo podemos confiar en este instante en la criminología.

- ¡Ah! La ciencia, siempre al rescate. Un consejo, no se confié. – Me explaya el taxista. -

Al llegar a la dirección indicada, el hombre monitoreo el aparato medidor de kilómetros, son quinientos pesos. –

- Tome, y guarde el cambio. –

- Muchas gracias, y vaya con cuidado – Confiesa el taxista. -

Al descender me veo en el departamento del Dr. Collin. La puerta contiene un cartel, en la oficina doscientos. Al apretar el interruptor del timbre, me atiende la voz de una mujer. Soy el Sr. Jaime McFill, tengo un turno con el Doctor, y antes que termine a frase la puerta se abre con un chirrido. Al ingresar, me doy cuenta que la oficina se ubica en planta baja. La puerta de la oficina se abre, y una mujer un tanto robusta y con cara de pocos amigos me recibe, toma una ficha y completa unos datos. Abono mi consulta.

- Pase por la puerta derecha – me dice –

- Muchas gracias – le expreso, sin ni siquiera decir antes hola. Teniendo presente que tampoco me saludo. –

Al entra me encuentro con un hombre de un metro setenta, con un guardapolvos blanco. Sentado en su escritorio, me saluda con su mano. Su rostro es muy parecido al filosofo Friedrich Wilhelm Nietzsche, espero no hable de Zaratustra, ni me indique nada conforme a Dios.

- Tome asiento por favor Sr. McFill – me dice – Jaime, mejor dicho. –

- Gracias doctor. –

- Bien, a ver cuénteme un poco para tener un panorama amplio de cómo podemos empezar. –

- Doctor, a ver por donde comenzar. – Estoy teniendo varios problemas con relación a mi persona. No puedo recordar muy bien las situaciones que me ocurren. Como si mi memoria fuera tenue con el paso del tiempo. Me han sucedido hechos en los cuales me he desmayado, y súbitamente siento que parecía un sueño, y estoy en otro sitio.

- Bien. Tenemos un tema complejo. Vamos al grano, ¿Qué tipo de vida lleva? – pregunta. –

- Soy abogado. Trabajo con causas propias, y vivo solo. En una casa que fuera de mi abuela, la cual herede como único sucesor. Mis padres fallecieron cuando era un niño en un accidente.

- No ha formado familia con el tiempo veo. – me dice el psicólogo. –

- No, ese es otro problema. Las relaciones que he tenido, y también me ocurre con las amistades. Es como que no logro compatibilizar. Incluso desaparecen de mi vida sin motivo a expresar. –

- ¿Y siempre fue así? – me pregunta rascándose la barbilla. –

- Siempre ¿Usted cree que sea algo malo de lo que soy?

- En una primera impresión parece que su personalidad es tan imperativa, que las personas se sienten cohibidas. Como si las asustara. –

- ¿Usted lo cree? – le digo meditabundo. –

- Es una hipótesis. Ello en lo referente a su personalidad, ahora con relación a sus desmayos. Ello es por cierta razón de que tal vez contenga una falta de vitaminas ¿Usted es de visitar al médico?

- ¡Sí!, pero estoy en perfectas condiciones. – le explico. –

- En efecto, debe ser una razón médica, y no psicológica ¿Ahora bien que ocurren con esos desmayos? ¿Qué situaciones se suceden?

- Las situaciones son inesperadas, nada anormales, pero siempre hay voces, y alguien aparece, como si quisieran venir a buscarme. Una mujer de cabello rosado, y luego despierto.

- ¡Extraño! Tiene que ser alguien que ha conocido en el pasado o que se cruza con usted. Francamente no podría determinar el por qué. Todo tiene un proceso, pero esas figuras son miedos que en algún momento de su pasado se han determinado de forma que usted las transforma en una historia. Su pasado encierra la personalidad de su presente. – Pronostica el psicólogo. – Algo que quiera decirme de su infancia. –

- ¿Mi infancia? Hay como puentes que fueron destruidos y los cuales no puedo recordar bien. Recuerdo estar en mi casa jugando. Mejor dicho en la casa de mi abuela. Mis padres me habían dejado allí, y la abuela había salido, y sentí ruidos en el sótano, y luego...

- ¿Luego?

- Luego no recuerdo nada de ello. Desperté con mi abuela observándome y el médico de la familia, y a partir de ese momento todo comenzó a ser una especie de parque lleno de neblinas. –

- Sea más concreto Jaime, ¿A qué se refiere? -

- Usted no entendería, Dr. Collin. – De alguna manera todo comenzó a volverse extraño. Detrás del doctor. La mujer de cabello rosado semi corto, estaba con una mirada triste. Y con su mano señalaba círculos. La habitación parecía tener una penumbra y varias personas se manifestaban como saliendo de los armarios de libros. Eran rostros afligidos y lúgubres. Parecía que sufrían allí. – doctor por qué apagó las luces, ¿y quiénes son esas personas?

- ¿Qué personas? ¿A qué se está refiriendo McFill?

- Esas personas. Parecen salir de sus libros, por doquier están allí, y allá.

- No sé de qué habla. ¿Jaime véame a mí?

- ¿Qué lo vea? -Pregunté casi con la visión nublada. -

- ¡Sí!, estoy aquí Jaime, y usted también, y no hay nadie más. – Confiesa un tanto asustado el doctor Collin

- Doctor su rostro esta como borroso. No puedo verlo bien ¿Qué ocurre? - cerré los ojos, y comencé a marearme por los hechos. –

- Debes ir conmigo al hospicio Jaime – Era la voz de la muchacha del cabello rosado. –Debes ir conmigo.- su rostro no tenia alegría. Era seria. Muy seria. -

- ¿A qué hospicio? – Pregunto. – ¿A dónde?

- ¿Con quién habla? – pregunta el Dr. Collin. –

- Él, ya no está. Se lo llevaran para ser juzgado por todas las almas, y pronto te llevaran a ti. –

- ¿Quiénes? – Le digo con pregunta gritando.

- Ellos. Ellos. Ellos.

- ¡Yo no hice nada! Si lo has hecho. Debes venir conmigo. Debes ir - ¡!!!¿Con quién habla'!!! – Grita Collin. –

La mujer hace una seña de silencio con su dedo índice. Y todo se vuelve en una luz que se personifica en un foco de la lámpara central del techo. La mujer se desvanece como polvo en el viento. -

- Terminamos la sesión Sr. Jaime McFill. Su problema es de una alta complejidad.

- Perdone doctor.

- No es problema, pero no puedo tratarlo. Debe ir a otro sector. Puedo si quiere recomendarle un psiquiatra que trate aquellos problemas. Y debe urgente hacerse unos estudios neurológicos, para determinar algunas cuestiones internas del cerebro y luego poder trabajar la psiquis. Hare la ficha respectiva, pronto se comunicaran con usted.

- ¡Perfecto!

- Concluimos por este momento. Lo acompañaré a la puerta de salida. Mi secretaria le abrirá. –

Al despedirme, la mujer de pocos amigos, y sin decir adiós me abrió por medio del comunicador, y en menos de unos minutos ya estaba en la calle. Aun continúa lloviendo. Que elección la someterme a un psiquiatra, y estudios. Y si debería ir al hospicio ¿Estaré loco? ¿Por qué mis ojos ven eso? Las aguas se están queriendo calmar. Un hombre en una esquina parece observarme, y la luz de un ómnibus alumbra entre la oscuridad de la noche que ha venido de inmediato y aquel ser misterioso.