El Rey Jian aterrizó, volviendo a su forma humana. Caminó hacia Xenon, el Señor Orin y el Señor Garron, quienes lo esperaban a corta distancia de la barrera.
—Estos tres puntos son los lugares más débiles de la barrera y requieren mayor vigilancia, pero desde que Veah... es notable —admitió el Señor Orin, impresionado.
El Rey Jian miró la barrera, su mirada se estrechó ligeramente. Aún podía ver el tenue resplandor dorado de la luz pulsando ocasionalmente a lo largo de la barrera.
El lugar donde se encontraban estaba lejos de donde Neveah había liberado el poder de Demevirld, sin embargo, no estaba afectado.
La barrera pulsaba vibrante, los encargados de las dunas habían admitido que era la más fuerte que habían visto en al menos una década.
Por un lado, era verdaderamente notable. Por otro, era aún más preocupante.
—Ella reunió ese poder en la primera instancia... suprimir a Demevirld será más difícil de lo que pensamos —pensó Xenon al Rey Jian a través de su vínculo.
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