Ya era de mañana cuando Neveah entró en el claro y de inmediato se hizo un silencio sepulcral.
Podía sentir los ojos de todos los lobos de la Caza Eclipse posados sobre ella, pero ignoró sus miradas y se dirigió al carruaje roto.
El Alfa Dane estaba sentado junto al carruaje, mientras Luna Colleen se inclinaba sobre él, envolviéndole un vendaje alrededor del brazo.
Alfa Dane había sufrido una profunda herida de garra en el transcurso de la batalla y aunque sanaría, el proceso sería lento y necesitaba ser desinfectado adecuadamente para evitar que se infectara.
La mirada de Luna Colleen y Alfa Dane se levantó hacia Neveah, pasó un momento y aun así ninguno dijo nada, por lo que Neveah decidió romper el incómodo silencio.
—Esta es la faja equivocada... Iré a buscar la correcta —explicó Neveah, levantando la cinturón de la cintura que Luna Colleen había traído junto con su ropa.
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