Desde siempre, Neveah sabía que la única razón por la que había podido proteger su secreto no era porque fuera excesivamente inteligente y cautelosa, sino simplemente porque no era tomada en serio por el Colmillo de Eclipse.
Todos la veían como la desafortunada de la manada, la princesa aspirante, una vergüenza y una mancha en la imagen por lo demás intachable de su Rey Alfa.
Era alguien que cada lobo del Colmillo de Eclipse detestaba, incluso más porque todavía tenían que inclinarse ante ella y brindarle el respeto de una princesa debido a la constante presencia de lobos extranjeros de las otras manadas de Eclipse.
Pensaban que Neveah era débil e inútil, salvo por su apariencia facial y figura, todo lo demás sobre ella era patético.
Y durante todo este tiempo, la sombra de su prejuicio había cegado sus ojos para ver la verdad incluso cuando Neveah cometía un error.
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