Capítulo 0004

Estoy nervioso. Una parte de mi se alegra de poder tener una misión, la idea de tener un sistema es muy satisfactoria, pero ¿luchar? no tengo ninguna idea de como pelear y lo peor de todo es que no conozco nada sobre mis enemigos. Me pregunto si aquella mujer también esta cumpliendo una misión.

Un lobo empezó a acercarse por el único camino que hay, camina muy despacio, observando el lugar, la mirada que tiene lo hace parecer como si se estuviera burlando de mi. Me encuentro en el pequeño espacio de un metro, para llegar a mi aquel lobo va a tener que saltar, es por ello que estoy usando una espada en estos momentos.

-¡Vamos, ven aquí pequeño lobito! -le dije mientras esperaba pacientemente que atacara.

¡Zas!

El lobo desapareció ante mis ojos, ahora estaba mirando a aquella mujer y observe como una sonrisa se formo en su cara, mientras los demás lobos empezaron a aullar de la emoción. Todo sucedió tan rápido, de pronto me encontraba en el lugar donde el lobo había estado parado. Mi mente me dijo que había intercambiado de lugar con aquel lobo, al menos intente avisar a los demás del peligro que se avecinaba sobre nosotros.

Y cuando regrese a mirar pude ver que una espada traspasaba toda la cabeza del lobo.

-¡Lobos cero, humanos uno! -dijo una de las muchachas, mientras sostenía su espada con fuerza.

-Tienen poderes, debemos tener cuidado -dije y me prepare para el asalto de los lobos.

Punto de vista de Alexandra

Cuando desperté toda mi habitación había cambiado, me encontraba en una cueva y un joven estaba caminando alrededor de nosotros para luego acostarse cerca de mi. Creo que se dio cuenta que estaba despierta, podia sentir su respiración y tenia miedo, mi corazón se acelero cuando de repente escuche un grito. Abri los ojos y fui a la fuente de los gritos, me quede junto a las chicas, esperando ser guiadas por ellas y protegidas.

Pero las cosas no fueron difíciles, decidimos que nuestro líder seria aquel joven de nombre Sun, nos presentamos y salimos de la cueva, las cosas iban bien, hasta que en el tercer día los aullidos de los lobos me hicieron recordar que estaba en un lugar en contra de mi voluntad, volvió el miedo y seguí automáticamente cada palabra de Sun.

-... Quien no luche no tendrá mañana.

Lo escuche decir y mi mente se quedo en blanco por un instante, y cuando capte la magnitud de sus palabras decidí salir, no sabia si yo iba a pelear o solamente salí a verlo pero cuando salí vi su espalda y me pareció un gigante capaz de proteger el mundo, capaz de protegerme. Ese sentimiento fue fugaz pues Sun desapareció y cuando el desapareció mi cuerpo se movió por instinto, sujete con todas mis fuerzas la espada que tenía y apuñale hacia la dirección donde se encontraba él, mi decision fue correcta pues mientras apuñalaba, un lobo aparecía allí.

La mirada del lobo se volvió una de sorpresa cuando me vio atacando con mi espada, creo que no se lo esperaba.

-¡Lobos cero, humanos uno! -Dije yo cuando Sun regreso a mirar.

-Tienen poderes, debemos tener cuidado. -Pronunció Sun, y volví a sentir que era capaz de protegerme, que era capaz de proteger el mundo mismo.

Pero ese sentimiento por más bonito que fuera, no era algo que yo quería que suceda, tengo miedo, pero no quiero ser protegida, no quiero ser débil.

Di un salto y caí al costado de Sun, quería decirle algo, pero no se me ocurrió palabra alguna para expresar lo que sentía. Los aullidos de los lobos volvieron a sonar, y el sonido de sus pasos retumbaban en el suelo, cerré un segundo los ojos mientras tomaba una respiración profunda y me abalance a la pelea.

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Nunca se me pasó por la mente que Alexandra mataría al primer lobo y menos aún que ella se abalanzaría al frente de la pelea.

Habían casi diez lobos que venían a atacarnos, aunque era más que uno no eran ni la decima parte de los lobos presentes. Alexandra estaba corriendo, cuando le grite que se detenga, y que regrese a mi lado.

Me sorprendió que me escuchara, ahora que somos dos los que estamos por pelear, mientras no tengan poderes los lobos que nos ataquen vamos a poder aguantar hasta que otros salgan a luchar.

-No debemos dejar pasar a ningún lobo. Mientras más mates mejor.

Cuando termine de hablar, un lobo ya había llegado a nuestra posición, pero rápidamente fue cortado en dos por la espada de Alexandra.

Los diez lobos fueron asesinados rápidamente, yo solo mate a dos y Alexandra se encargo de los ocho restantes, mis cuentas no fueron malas por lo visto.

El problema es que Alexandra esta muy cansada, su cuerpo se movió a un ritmo que llegan a parecer un poco inhumanos casi como si tuviera poderes. Pero por lo que veo no puede más.

- Ve a descansar y dile a Pandora que venga. -le dije yo, a lo que ella solo respondió con un movimiento de cabeza y regreso al refugio.

mientras tanto vi como los cadáveres de los lobos desaparecían. La segunda ronda seria de nuevo de diez lobos, esta vez me apareció una ventana de aviso, incluso dice que el ataque empezara en tres minutos.