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Capítulo 36: Medianoche

Jane, por su parte, también logró matar a un Windwalker con su arco. Momento en el que, para alivio de todos, el Breeder decidió que no valía la pena seguir perdiendo a su progenie y los llamó de vuelta con un silbido.

Miguel respiró aliviado, pero nuevamente fue demasiado pronto. De uno de los edificios situados frente al bloque 2, surgió nuevamente un grupo de zombies. Les seguía de cerca un zombie evolucionado cubierto por una oscuridad espesa que le hacía ver como un gigante de tres metros, lo cual recordó a Miguel los hechizos de Ivy.

—¡Ivy, detrás tuyo, a la izquierda!

Ivy, que estaba en la mitad del grupo y guiaba a los supervivientes hacia el bloque 4, se volteó y observó al nuevo zombie.

[Midnight zombie]

El zombie lanzó un globo de oscuridad hacia un grupo de supervivientes. Ivy, sabiendo lo que pasaría si fallaba, casi entra en pánico, por lo que tardó más de lo normal en levantar una barrera de oscuridad frente a las víctimas. Por suerte, a pesar de que normalmente le costaba a la oscuridad detener ataques físicos, el muro pudo bloquear el globo de oscuridad sin muchos problemas, pues eran la misma sustancia.

El zombie dirigió su mirada hacia Ivy con cierta curiosidad; sus instintos le decían que le sería muy beneficioso devorar a esa humana. Intentó acercarse, pero el balón de Leonard impactó contra su cuerpo. El zombie no sintió el impacto y el balón se hundió significativamente en la masa de oscuridad. Sin embargo, momentos después, se liberó la explosión sónica e hizo explotar la zona en donde estaba, lo cual causó que el resto de la oscuridad vibrara como una gelatina. El zombie cayó al suelo con un hueco en el abdomen, que no tardó en cerrarse.

El zombie abrió la boca, pero no salió ningún sonido; lo que le provocó a Leonard un escalofrío. Momentos después, de la boca del zombie salió una burbuja de oscuridad. Antes de que Miguel pudiera gritar y alertar a todos, la burbuja se expandió a una velocidad absurda y cubrió a todo el grupo y varios edificios.

Dentro, Leonard se encontró mirando un cielo estrellado y todo a su alrededor estaba completamente oscuro. Pero lo peor estaba por llegar. Todos los Stalker en la zona cambiaron de inmediato y se volvieron más poderosos, además, el zombie responsable de todo no se veía por ninguna parte.

Tarin, que hasta ese momento le estaba prestando más atención al Berserker, casi cae al suelo con la noche repentina. A su alrededor no podía ver a nadie y pronto todo se llenó de los gritos de terror de los supervivientes y los aullidos de los Stalkers.

Jane, que hasta ese momento había conseguido conservar la calma, se encontró casi ciega en la oscura noche y prácticamente inútil. Comenzó a disparar a los zombies más cercanos mientras intentaba buscar desesperadamente a alguien de su grupo.

—¡Hay que encontrar a esa cosa ya o estamos muertos!

La voz de Miguel logró penetrar la oscuridad y alcanzar a Tarin y a Jane, que retrocedieron mientras intentaban reprimir el pánico y encontrar al militar.

El Berserker, mientras tanto, tenía problemas dentro de la ventisca, le costaba mucho moverse y no podía ver absolutamente nada. Luego de que la oscuridad le cubriera, la ventisca comenzó a disiparse, pronto estaría libre de nuevo.

Adam, por su parte, estaba frente al grupo de supervivientes cuando la oscuridad los cubrió a todos. Mientras escuchaba las voces y gritos, decidió correr un riesgo. Volvió a levantar el lanzallamas y disparó una ráfaga. La llama iluminó toda la zona e interrumpió los gritos de los supervivientes. Incluso los zombies, se detuvieran a mirar por un momento.

—¡Acérquense a mí!—gritó con fuerza.

Ivy era la única que no había entrado en pánico. El hechizo no la había cegado gracias a que poseía [Visión nocturna].

Sin embargo, incluso a ella, le costaba distinguir la masa de oscuridad que era el Midnight zombie. Este había ignorado por completo a Leonard y había seguido su camino hacia Ivy.

La maga retrocedió, consciente de que sus globos de oscuridad serían inútiles contra la masa de oscuridad del zombie. Mientras retrocedía, se dio cuenta de que todo a su alrededor se estaba saliendo de control. Las llamas que había lanzado Adam habían ayudado, pero ya el fuego había desaparecido y ahora tanto los supervivientes como los Stalkers se dirigian hacia el mismo sitio.

Ivy tropezó con el cadáver de un zombie en el suelo y cayó, raspándose las manos con el asfalto. Maldiciendo su torpeza, Ivy intentó levantarse, pero el zombie le alcanzó en ese momento y estiró un grueso brazo en su dirección.

Ivy intentó alejarse gateando, pero la gruesa mano la sujetó por la cintura y la levantó, lo que la hizo entrar en pánico y comenzar a gritar. Leonard, que estaba cerca, pero no podía ver nada, maldijo al escuchar los gritos de la mujer e intentó acercarse.

Ivy sentía que su cuerpo era consumido y degradado por la oscuridad poco a poco, a medida que el zombie la levantaba. En un intento desesperado por escapar, comenzó a golpear y dar patadas.

En su desesperación, intentó convocar un muro de oscuridad entre ella y el zombie, pero para su horror, se encontró con que su energía era drenada por la oscuridad del zombie. No tuvo tiempo de pensar en ello, pues cuando estuvo frente a la cara del zombie, observó cómo la oscuridad se abrió y dejó ver el rostro de un zombie de piel negra y ojos rojos que la observaba desde ese sitio.

Desesperada, intentó una última cosa: convocó el hechizo de nuevo y cuando sintió que el zombie drenaba su energía, Ivy se aferró a esa conexión y la invirtió. La energía comenzó a fluir en su dirección y el zombie se dio cuenta de que había perdido el control de su brazo.

La energía del zombie corrió por el cuerpo de Ivy y la sumergió en un gran dolor que la hizo gritar de nuevo. El zombie había sido tomado por sorpresa, pero ahora se resistía, por lo que la pelea se convirtió en un tenso juego de tira y afloja. Por desgracia, Ivy notó que estaba perdiendo. Sin embargo, en ese momento se dio cuenta de que la mano que la sostenía ahora se sentía igual a sus propios hechizos. Se concentró un momento y pensó en mover el dedo índice y para su sorpresa funcionó. El zombie aprovechó esa oportunidad para ganar aún más ventaja, por lo que Ivy se puso pálida del esfuerzo. Entonces, decidió intentar abrir la mano por completo.

Ivy cayó al suelo y dejó escapar otro grito al golpear el asfalto. El zombie, se sorprendió de que su presa consiguiera escapar, por lo que gritó lleno de rabia e intentó recuperar el control de lo que era suyo.

Leonard, que aún se acercaba, pudo distinguir brevemente una gran sombra que resaltaba incluso en la oscuridad. Escuchó el grito de Ivy en la misma dirección, seguido del grito del zombie, por lo que decidió atacar.

Sin perder el tiempo, Leonard apuntó y pateó, deseando que el tiro fuera certero. No lo fue, pero fue lo suficiente.

El balón golpeó al zombie en un brazo y la explosión sónica resultante lo pulverizó. El zombie perdió toda su concentración e Ivy se encontró con la completa victoria en la desesperada competencia por la energía, para su desgracia. Al desaparecer repentinamente la resistencia del zombie, una enorme cantidad de energía fue absorbida rápdiamente por ella, por lo que sus brazos y parte de su cuerpo se volvieron negros como la noche y un horrible dolor invadió su cuerpo.

Momentos después, todo terminó e Ivy se encontró tirada en el suelo. Se sentía fatal y sudaba y jadeaba sin control, pero su atención estaba puesta en sus manos, ahora completamente negras. El zombie, por su parte, también se había recuperado, pero la pérdida de energía le debilitó. Su armadura apenas podía mantenerse y ahora se movía torpemente en dirección hacia Ivy. Sabía que si quería sobrevivir, tenía que devorarla de inmediato.

Ivy observó al zombie, todavía demasiado aturdida por el dolor como para darse cuenta verdaderamente de lo que le había pasado. Para su sorpresa, sintió una profunda conexión con la oscuridad que formaba la armadura del zombie y, por instinto, envió un poco de energía y adquirió el completo control sobre la misma.

El zombie, aterrado por la total pérdida de control, intentó liberar más oscuridad de su cuerpo, pero Ivy simplemente comenzó a comprimir la armadura, más y más hasta que aplastó la cabeza del zombie. Inmediatamente, la noche desapareció y todo volvió a la normalidad. Por suerte, todos los Stalker cayeron al suelo al encontrarse débiles tan repentinamente.

Por un segundo, todos se quedaron quietos, mirándose. Hasta que el Berserker, que había quedado atrapado en la oscuridad, luego de que la ventisca se disipara, comenzó a golpear todo a su alrededor impulsado por una ira que ya no podía controlar.

Tarin y Miguel no tuvieron tiempo de preocuparse por Ivy, pues el Berserker se acercó a ellos. El daño se había acumulado en su cuerpo hasta tal medida que estaba al borde de la muerte, pero a la vez, nunca había sido más poderoso.

Apartó un carro en su camino y lo envió a volar contra la pared de un edificio, como si fuera un carrito de juguete.

Tarin lanzó carámbanos contra la mole que se les acercaba. Uno se le clavó de lleno en el estómago, en una de las numerosas heridas que tenía, y otro rebotó contra la piel del rostro con tanta fuerza, que le torció el cuello.