La voz plácida provenía del espacio más reciente en su mente, que actualmente estaba ocupado por el Cerro, quien felizmente masticaba las plantas mientras su cuerpo crecía desde su estado de cría.
—Te conseguiré más antes de que se acabe eso —Karl estuvo de acuerdo.
Eso fue suficiente para tranquilizar a la criatura, y con ello la presión en la mente de Karl. Al menos, algo de la presión en su mente. El vínculo con la Araña de la Matanza aún no era lo suficientemente fuerte, y aunque la criatura parecía contenta con la situación en la que se encontraba, el vínculo entre ellos todavía necesitaba trabajo hasta que Karl pudiera hablar mentalmente y asegurarse de que no iba a escaparse y correr desenfrenadamente por el pueblo.
Halcón tenía la costumbre de salir del espacio cuando quería, pero Karl estaba bastante seguro de que podía mantener a las bestias en el espacio si así lo deseaba.
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