Unas horas pasaron mientras Lex buscaba en Londres con su sentido espiritual. Para maximizar la posibilidad de encontrar a su familia, incluso invocó a Fenrir y montó en su lomo. Su objetivo no era acelerar la búsqueda, pues podía correr lo suficientemente rápido por su cuenta. No, esperaba que Fenrir recogiera un olor lo suficientemente parecido al suyo como para descubrir a su familia.
Aun sonando salvaje, esta no era una esperanza ciega, ya que Fenrir había demostrado la capacidad de reconocer grupos asociando sus olores mientras estaba en la Posada.
Aún así, como se predijo, su búsqueda no dio otros resultados más que atraer miradas inusuales de personas que asumían que Fenrir era un extraño y peludo caballo.
Lo que sí sucedió, eventualmente, fue que Mary le informó que varios miembros del consejo habían aparecido en la Posada de Medianoche y estaban teniendo una reunión.
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