Buena suerte

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Cuando Lex se dio cuenta de que la fuerza de la criatura atacante era equivalente a la de un inmortal, casi entró en pánico. La palabra clave aquí era casi. Tan rápido como se dio cuenta de qué tan fuerte era, también se dio cuenta de que el ataque carecía de esa fuerza misteriosa y escurridiza que solo tienen los inmortales. La elusividad desconocida que portaban los inmortales era algo que Lex había percibido tras incontables horas observando a inmortales recién creados que acababan de sobrevivir a sus primeras tribulaciones. Su ataque solo se equiparaba en términos de fuerza física pura.

Si ese era el caso, ¡Lex decidió enfrentarlo directamente! Usó Endurecer en su cuerpo y Mano Impertérrita para preparar sus manos. Luego puso tantos Escudos Imperiales entre la extremidad que caía y él mismo. Considerando que todo esto ocurrió en un mero instante, los 2 escudos que pudo levantar eran un testimonio de su habilidad con las técnicas defensivas.