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El Mundo del Río y otras historias (7)

Mix deseaba hacerle más preguntas, pero les interrumpió un soldado. Stafford quería verles a los tres. Yeshua fue llamado; salió de su cabaña, y les siguió sin decir palabra.

Entraron en la Sala del Consejo, donde les recibió Stafford. Les dio los buenos días y les preguntó a bocajarro si pensaban quedarse en Nueva Albión.

Los tres contestaron que sí.

Está bien dijo Stafford. Nosotros creemos que los ciudadanos tienen ciertos deberes para con el Estado por la protección que este les presta. ¿Qué es lo que queréis hacer vosotros, decidme? ¿Cuáles son vuestras aptitudes?

Mix ya le había dicho a Stafford cuáles eran sus aptitudes, pero se las repitió. El lord mayor le dijo que debería empezar como soldado, pese a que su experiencia lo cualificaba para ocupar un cargo de teniente.

Me disculpo por ello, pero nuestra política es que todos los recién llegados empiecen desde abajo. Eso evita las discusiones y las envidias entre aquellos que llevan aquí mucho tiempo. De todos modos, puesto que posees armas de piedra propias, y estas son escasas en esta zona, puedo asignarte al escuadrón de hacheros. Los hacheros son considerados una élite, algo especial. Al cabo de unos cuantos meses, puedes ser promovido a sargento si lo haces bien, y estoy seguro de que lo harás.

Me parece muy bien dijo Tom. Pero también puedo fabricar bumeranes e instruir a tu gente a utilizarlos.

Hummm dijo Stafford, y tamborileó con los dedos el sobre de la mesa durante unos momentos. Puesto que esto te convierte en un especialista, mereces ser promovido a sargento inmediatamente. Pero cuando estés con el escuadrón de hacheros, deberás recibir de todos modos órdenes de los cabos y sargentos. Veamos. Esta es una situación de lo más peculiar. Pero Puedo hacer que seas un sargento no activo cuando estés con el escuadrón, y un sargento activo cuando estés en tu calidad de instructor de bumeranes.

Esto es nuevo para mí dijo Mix, sonriendo. Okay.

¿Qué? dijo Stafford.

Okay significa «de acuerdo». Estoy de acuerdo con ello.

Oh. Muy bien. Ahora, Yeshua, ¿qué te gustaría a ti hacer?

Yeshua dijo que había sido carpintero en la Tierra, y que había trabajado también mucho en ese mismo campo allí. Además, había aprendido como escamar la piedra. Más aún, poseía una pequeña provisión de pedernal y cuarzo. El bote con el que había huido contenía una bolsa de piel llena de piedra sin trabajar traída desde una zona distante.

¡Estupendo! dijo Stafford. Puedes empezar trabajando con el señor Mix. Puedes ayudarle a hacer los bumeranes.

Lo siento dijo Yeshua, pero no puedo hacer eso. Stafford abrió mucho los ojos.

¿Por qué no?

He hecho voto de no derramar la sangre de ningún ser humano ni de tomar parte en ninguna actividad que dé como resultado el derramamiento de sangre.

¿Pero y cuando estabais huyendo? ¿Acaso no luchaste contra tus perseguidores?

No, no lo hice.

¿Quieres decir que si hubierais sido capturados no te hubieras defendido?

¿Simplemente te hubieras quedado ahí y permitido que te asesinaran?

Así es.

Stafford tamborileó sus dedos de nuevo, mientras su piel enrojecía lentamente. Luego dijo:

Sé muy poco acerca de esta Iglesia de la Segunda Oportunidad, pero he oído algunos informes de que sus miembros se niegan a luchar. ¿Eres tú uno de ellos?

Yeshua agitó negativamente la cabeza.

No. Mi voto es absolutamente privado.

Tales cosas no existen dijo Stafford. Una vez has comunicado tu voto a otras personas, se convierte en algo público Lo que tú quieres decir es que hiciste ese voto a tu dios.

No creo en los dioses ni en un Dios dijo Yeshua con una voz baja pero firme

. Hubo un tiempo en que sí creía, y creía muy firmemente. De hecho, era más que una creencia. Era conocimiento. Sabía. Pero estaba equivocado.

»Ahora creo tan sólo en mí mismo. No a causa de que me conozca a mí mismo. Ningún hombre conoce realmente nada, ni siquiera a sí mismo, o quizá debiera decir que ningún hombre conoce lo suficiente. Pero yo sé esto. Que puedo formular un voto para mí mismo, y mantenerlo.

Stafford sujetó el borde de su escritorio como si estuviera comprobando su realidad.

Si no crees en Dios, entonces ¿por qué haces un voto así? ¿Qué te importa derramar sangre en defensa propia? Es algo natural. Y si no hay Dios, no hay tampoco pecado. Un hombre puede hacer lo que quiera, no importa lo que dañe a otros, y ello es correcto porque todas las cosas son correctas o todas las cosas no son correctas si no existe una Ley Superior. Las leyes humanas no importan.

Los votos son la única cosa auténtica en el mundo. Bithniah se echó a reír y dijo:

¡Está loco! ¡No sacarás ningún sentido de sus palabras! ¡Creo que se niega a

matar para impedir que lo maten porque desea ser matado! ¡Le gustaría morir, pero no tiene el valor suficiente como para suicidarse! ¡Además, qué obtendría con ello!

¡Simplemente sería resucitado en algún otro lugar!

Lo cual dijo Stafford hace que tu voto carezca de significado. Realmente no puedes matar a nadie aquí. Puedes detener la respiración de una persona, y se convertirá en un cadáver. Pero veinticuatro horas más tarde tendrá un nuevo cuerpo, un cuerpo completo, aunque el anterior haya sido cortado en mil pedazos.

Yeshua se alzó de hombros.

Eso no importa. No para mí, al menos. He hecho mi voto, y no voy a romperlo.

¡Loco! dijo Bithniah.

Supongo que no pretenderás iniciar una nueva religión, ¿verdad? dijo Mix. Yeshua miró a Mix como si fuera un estúpido.

Simplemente dije que no creo en Dios. Stafford suspiró.

No tengo tiempo de discutir de teología o filosofía contigo. De todos modos, la resolución de tu caso es fácil. Puedes abandonar nuestro estado inmediatamente, y al decir inmediatamente quiero decir en este mismo momento. O puedes quedarte aquí, pero como subciudadano. Hay diez de tales subciudadanos viviendo actualmente en Nueva Albión. Ellos, como tú, no quieren luchar, aunque por razones distintas a las tuyas. Pero tienen sus deberes, sus trabajos, exactamente igual que todos los demás ciudadanos. Sin embargo, no pueden recibir ninguno de los bonos entregados a los ciudadanos cada tres meses por el estado, los cigarrillos, licor, y comida extras. Se les exige que contribuyan con una cierta cantidad de lo que reciben en sus copias al tesoro del estado. Y deben trabajar turnos extra como limpiadores de las letrinas. También, en caso de guerra, serán mantenidos en el interior de la empalizada hasta que la guerra haya terminado. Esto es para que no se vean obligados a realizar ninguna tarea militar. Otra razón para ello es que no podemos estar seguros de su lealtad.

Acepto esto dijo Yeshua. Construiré para vosotros botes de pesca y casas y cualquier otra cosa que sea necesaria siempre y cuando no esté directamente conectada con la guerra.

Eso no siempre resulta fácil de discernir dijo Stafford. Pero no importa, podemos utilizarte.

Después de ser despedidos y haber salido fuera, Bithniah detuvo a Yeshua.

Adiós, Yeshua dijo con ojos llameantes. Te dejo. No puedo seguir soportando por más tiempo tu locura.

Yeshua pareció más triste aún.

No voy a discutir contigo. Será mejor si nos separamos. No te estaba haciendo feliz, y no es bueno depositar la infelicidad de uno sobre otra persona.

No, estás equivocado respecto a esto dijo ella. Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas. No me importa compartir la infelicidad si puedo ayudar a aliviarla, si puedo hacer algo al respecto. Pero no puedo ayudarte. Lo intenté, y fracasé, aunque no me echo la culpa de este fracaso.

Yeshua se alejó.

Tom dijo Bithniah, ahí va el hombre más infeliz del mundo. Me gustaría saber por qué está tan triste y solo.

Mix miró hacia su casi doble, que se alejaba caminando rápidamente, como si tuviera algún lugar donde ir, y dijo:

Por la gracia de Dios, id.

Y se preguntó de nuevo qué extraña conjunción de genes había dado como resultado dos hombres, nacidos con aproximadamente mil ochenta años de separación en países distanciados ocho mil kilómetros el uno del otro, de antepasados totalmente distintos, y que sin embrago parecían gemelos. ¿Cuántas de tales coincidencias se habían producido durante la existencia del hombre en la Tierra?

Bithniah se fue a unirse a un grupo femenino de trabajo. Mix buscó al capitán Hawkins y le transmitió las órdenes de Stafford. Pasó una hora entrenándose con su compañía, y el resto de la mañana practicando la lucha con el hacha y el escudo y arrojando la lanza. Aquella tarde, mostró a algunos artesanos cómo hacer bumeranes. Al cabo de unos pocos días podría empezar a instruir en su lanzamiento.

Unas horas antes del obscurecer, quedó libre. Después de bañarse en el río volvió a su cabaña. Bithniah estaba en casa, pero Yeshua no.

Se fue a las montañas dijo ella. ¡Quiere volver a ser puro! ¡Dice que necesita purificarse y meditar!

Puede hacer lo que quiera con su tiempo libre dijo Mix. Bien, Bithniah,

¿qué te parece si te vienes a vivir conmigo? Me gustas, y creo que yo te gusto también.

Me sentiría tentada si no te parecieras tanto a Yeshua dijo ella, sonriendo.

Puede que sea su imagen en el espejo, pero no tengo el ceño tan fruncido. Podemos divertirnos, y yo no necesito la goma de los sueños para hacer el amor.

Pero siempre me recordarás a él dijo ella. De pronto se echó a llorar, y se metió corriendo en su choza.

Mix se alzó de hombros, y se dirigió a la piedra más próxima para colocar sobre ella su copia.