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EL LABERINTO MÁGICO SECCIÓN 7 - El pasado de Goering (20)

El pasado de Goering (20)

¡Un vacío! gritó alguien. ¡Lo que hay dentro de tu cabeza! Clemens se puso en pie y aulló:

¡Ahí, callaos! Dejad que el hombre explique lo que tenga que explicar. Y luego, con una sonrisa: ¡Aunque sea algo que no tenga sentido!

Gracias, señor Clemens dijo Goering. Un vacío perfecto es la ausencia absoluta de materia. Un hombre instruido me dijo en una ocasión que no existe nada parecido al vacío perfecto. No existe salvo como concepto. Incluso un vacío es materia.

»La nomateria es lo que las antiguas religiones de la Tierra calificaban como el alma. Pero las definiciones del alma eran siempre vagas, muy abstractas. Los pueblos de los tiempos antiguos y clásicos, y sus antepasados no ilustrados, pensaban que era algo sombrío, una entidad fantasmal que reflejaba pálidamente la materia a la cual había estado atada antes de la muerte.

»Más tarde, pueblos más sofisticados pensaron en ella como en una entidad invisible, también unida al cuerpo. Pero que podía ser reencarnada después de la muerte, proporcionando un cuerpo nuevo e inmortal. Algunos religiosos orientales pensaron en ella como en algo que sería absorbido dentro de la cabeza de Dios tras sus numerosas pruebas en la Tierra, una vez alcanzado un buen karma.

»Todas esas explicaciones contienen en ellas algo de verdad; son partes de la verdad total.

»Pero nosotros no nos preocupamos de esos sondeos filosóficos. Lo que necesitamos son hechos. La verdad es que cada criatura viviente, desde la más simple a la más compleja, posee su gemelo de nomateria. Incluso una ameba posee su gemelo de nomateria.

»Pero no deseo entrar en caminos confusos o en demasiados detalles. No en este momento.

»El visitante dijo:

»La nomateria es indestructible. Eso significa que tu cuerpo en la Tierra posee su indestructible gemelo de nomateria.

»En este punto, La Viro, que no había dicho nada hasta entonces, interrumpió:

»¿Cuántos gemelos tiene una criatura viviente? Quiero decir, un hombre cambia de apariencia. Se hace más viejo, pierde un ojo o una pierna. Está enfermo del hígado. ¿Es la imagen de nomateria como una serie de fotografías hechas a un hombre? Y si es así,

¿cuan a menudo se hacen estas fotografías? ¿Cada segundo, una vez al mes? ¿Qué les ocurre a las viejas fotografías, las viejas imágenes?

»El visitante sonrió y dijo:

»La imagen, como tú la llamas, es indestructible. Pero registra los cambios del cuerpo físico al que está unida.

»¿Y qué ocurre luego? dijo La Viro. ¿No se producen también imágenes del cadáver pudriéndose?

»Como ya os he dicho indicó Goering, La Viro no era un hombre ilustrado y nunca había estado en una gran ciudad. Pero no era estúpido.

»No dijo el visitante. Olvida por el momento todo lo relativo a la materia y a la nomateria excepto que ambas componen la humanidad. Lo demás es irrelevante para nuestros propósitos. En primer lugar, sin embargo, déjame darle a esa entidad que tú llamas alma otro nombre. Alma posee demasiados significados incorrectos para los seres humanos, demasiadas reverberaciones verbales, demasiadas definiciones contradictorias. Pronuncia la palabra aliña, y automáticamente los incrédulos se volverán sordos a lo que siga a continuación. Aquellos que creen en las almas siempre te oirán a través de las construcciones mentales que se formaron en la Tierra. Llamemos a este gemelo de nomateria... esto... ka. Es una antigua palabra egipcia para una de las varias almas en su religión. Excepto para los egipcios, no tiene ninguna connotación ni denotación especiales. Y ellos pueden adaptarse fácilmente.

»De lo cual dijo Goering podemos deducir que el visitante conocía algo de la historia de la Tierra. Además, podía hablar también el francés canadiense, lo cual significaba que había estudiado mucho para prepararse para aquella entrevista. Del mismo modo que el Etico que habló con Burton había aprendido el inglés.

»Ahora dijo el visitante, tenemos ya el ka. Por todo lo que sabemos, se forma en el momento mismo de la concepción, en la unión de la esperma y el óvulo. El ka cambia en correspondencia con los cambios que se producen en el cuerpo. La diferencia que se produce en el cuerpo y en el ka en el momento de la muerte del cuerpo es ésta. Durante la vida, el cuerpo proyecta un aura. Esta es invisible al ojo desnudo, excepto en el caso de una visión favorecida, y flota encima de la cabeza de la persona viviente. Puede ser detectada mediante un instrumento. Mirando a través de ese instrumento, el aire toma la apariencia de un globo de muchos colores y matices, girando, hinchándose, contrayéndose, cambiando de colores, extendiendo brazos, volviendo a retraerlos. Algo maravilloso y sorprendente que tiene que ser visto para ser apreciado. Nosotros lo llamamos el wathan.

»Una persona pierde el wathan o ka en el momento de la muerte, que es cuando el cuerpo alcanza el estadio más allá de toda revivificación. ¿Dónde va entonces el ka? Contemplándolo a través de nuestro instrumento, que podemos llamar el kascopio, normalmente deriva alejándose de inmediato, arrastrado por un viento etérico que no conocemos. A veces permanece unido a un cierto lugar, no podemos imaginar el porqué. Pero finalmente corta todas sus ataduras y desaparece.

»El universo está lleno de ellos, aunque nunca podrán adquirir un número tal que lleguen a ocupar todo el espacio. Puede intentarse, pasar uno a través del otro, un número ilimitado de ellos puede ocupar un mismo espacio.

»Supongamos que el ka es inconsciente, aunque contiene la inteligencia y la memoria de la persona muerta. Así que el ka vaga por la eternidad y el infinito, una nave de la potencialidad mental de la persona viviente. Un alma congelada, si lo prefieres.

»Cuando el cuerpo de una persona muerta es duplicado, el ka acude a unirse a ese cuerpo. No importa lo lejos que pueda estar del cuerpo en términos espaciales, vuelve instantáneamente, y ahí está en el primer segundo de vida de ese cuerpo duplicado. Hay una afinidad entre los dos que no conoce fronteras. Pero cuando se produce la reunión, el ka no posee ningún recuerdo del intervalo entre el momento de la muerte del primer cuerpo y el primer momento de conciencia del segundo cuerpo duplicado.

»Sin embargo, algunos han dicho que es posible que el ka sea plenamente consciente durante sus períodos incorpóreos. Las pruebas para esta teoría fueron proporcionados por un cierto fenómeno de vida después de la muerte que fue muy bien documentado, según tengo entendido, en los años 1970. Como creo recordar, hubo un cierto número de testimonios, bastante significativos, de hombres y mujeres que fueron declarados legalmente muertos y luego fueron revivificados. Testificaron que mientras estaban muertos habían experimentado vuelos fuera del cuerpo, habían observado a sus familiares apesadumbrados, y luego habían sido devueltos a la vida. Posea o no el ka memoria de esos momentos, nosotros nos preocupamos únicamente por sus reencarnaciones, sus estados de nuevo corpóreos.

»La Viro se sentía a la vez sorprendido y extasiado. Pero interrumpió de nuevo, pues parece que una de las funciones humanas, una de sus compulsiones innatas, es interrumpir.

Goering hizo una pausa, luego añadió:

Como yo sé muy bien. Hubo algunas risas.

La Viro dijo:

»Perdóname, pero, ¿cómo conseguís ese cuerpo duplicado? «Miró a su propio cuerpo, pensando que en un tiempo había sido polvo, y ahora estaba nuevo y completo otra vez.

»Poseemos instrumentos que pueden detectar y registrar el ka dijo el visitante. Ellos pueden determinar la naturaleza y la localización de cada molécula de nomateria. A partir de ahí, todo es asunto de una conversión energía-materia.

¿Podéis duplicar cualquier ka en cualquier momento? dijo La Viro. Quiero decir,

¿qué ocurre si un hombre murió a los ochenta años? ¿Podéis duplicar su ka a la edad de veinte?

»No. El ka de los ochenta años es el único que existe. Luego, mientras la mente está inconsciente, el cuerpo hecho de todos los datos es regenerado en las condiciones de sus veinte años. Todos los defectos son corregidos. Este cuerpo es grabado y luego destruido. Para la primera resurrección en la superficie de este planeta se empleó otra conversión energía-materia. Durante este proceso, los cuerpos están inconscientes.

»¿Qué ocurre si hacéis dos duplicados? preguntó La Viro. ¿Al mismo tiempo?

¿Del cuerpo al que está unido el feo?

»Presumiblemente, sólo el primero será revivido dijo el visitante. No importa lo sincronizadas que estén las nuevas resurrecciones, siempre habrá al menos un microsegundo de diferencia. Nuestras máquinas no pueden hilar tan fino que produzcan una revivificación absolutamente simultánea. Además, ese experimento nunca sería hecho. Sería maligno. No sería ético.

»Sí dijo La Viro. ¿Pero y si alguna vez se hiciera?

»El cuerpo sin el ka se desarrollaría por sus propios medios, supongo. Y aunque el segundo cuerpo sería el duplicado del primero al principio, pronto se convertiría en otra persona. Su entorno distinto, sus experiencias distintas, lo diferenciarían del primero. Con el tiempo, aunque siempre sería igual al primero físicamente, se convertiría en otra persona.

»Pero estamos entrando en menudencias. Lo importante es esto. La mayoría de los kas incorpóreos vagan eternamente carentes de conciencia. Al menos, eso es lo que esperamos. Sería un infierno hallarse aprisionado en un cuerpo intangible, sin control sobre él, sin comunicación con los demás, y sin embargo consciente de todo. El resultado inevitable sería las torturas del condenado. Es algo demasiado horrible de contemplar.

»De todos modos, nadie de los que han sido resucitados recuerda el intervalo entre la muerte y la segunda vida.

»Y así dijo Goering, La Viro supo que de los miles de millones de hombres y mujeres que habían muerto en la Tierra, sólo una pequeñísima fracción no formaba parte de esa errante horda de kas. Unos pocos se habían ido. Habían desaparecido. El visitante no sabía dónde ni por qué. Los Antiguos habían dicho únicamente a los Éticos que esos pocos habían Seguido Adelante. Se habían unido con el Creador, o al menos le hacían compañía.

»El visitante dijo que podía ver que La Viro tenía varias preguntas. Contestaría a unas pocas, pero debían quedar confinadas al núcleo de su asunto. ¿Cómo sabían los Éticos que unos pocos kas habían Seguido Adelante? ¿Cómo era posible que cada uno de los miles de millones de kas fueran numerados, sus rastros seguidos?

»Seguro que tienes alguna idea de los enormes poderes de nuestra tecnología dijo el visitante. Incluso las fuerzas que moldearon este mundo y os trajeron a la vida se hallan más allá de vuestra imaginación. Pero lo que tú experimentas aquí es tan sólo una parte pequeña de nuestras posibilidades. Te diré que hemos contado todos los ka que llegaron a existir en la Tierra. Nos llevó más de mil años hacerlo, pero fue hecho.

»Comprenderás que es la ciencia lo que ha hecho todo eso que se pensaba era posible únicamente por medios sobrenaturales. La mente de la humanidad ha hecho lo que el Creador sabía que los seres sentientes lo harían. Por supuesto, es posible que esa cualidad sentiente sea el ka de Dios.

»Déjame dar un ligero rodeo, aunque no se trata en realidad de una irrelevancia. Tú pareces estar mirándome, si no como un dios, al menos sí como al primo de uno. Puedo oírte respirar pesadamente, puedo oler el temor en tu sudor, ver la maravilla en tu rostro. No tengas miedo. Es cierto que éticamente estoy mucho más adelantado que tú. Pero no me siento orgulloso a causa de ello. Tú puedes llegar a alcanzarme. Incluso, quizá, superarme e ir más allá que yo.

»Tengo poderes en las puntas de mis dedos que hacen que la ciencia de tu tiempo se parezca a la ciencia de los monos. Pero no por ello soy más inteligente que los más inteligentes de los habitantes del Río. Puedo cometer errores.

»Y ten también eso en mente. Cuando, o si, salgas a predicar, recuerda siempre esto. Quien trepa puede siempre caer. En otras palabras, está en guardia contra la regresión.

¿No conoces la palabra? Entonces, está en guardia contra el deslizarte hacia atrás. Hasta que el ka no haya conseguido abrirse camino definitivamente hacia adelante no estará a salvo de la regresión. Quien vive en la carne vive en peligro.

»Este consejo se aplica tanto a mí como a ti. En este punto, La Viro se inclinó hacia su visitante. Sintió una urgencia de tocar al hombre, de asegurarse que era realmente de carne y huesos. «El visitante retrocedió y gritó:» ¡No hagas eso!

»La Viro retiró su mano, pero sus sentimientos heridos quedaron en evidencia. Su visitante dijo:

»Lo siento, lo siento más de lo que puedas imaginarte, pero por favor no me toques. No hablaré más sobre esto. Pero cuando hayas llegado al punto en el que yo pueda abrazarte, entonces comprenderás.

»Y así, hermanos y hermanas dijo Goering, el visitante procedió a decirle a La Viro que debía fundar su nueva religión. El nombre de nuestra organización fue idea de La Viro, no del visitante que impulsó a La Viro a fundarla. El simplemente le dijo lo que tenía

que hacer. Pero debía conocer bien a aquel hombre, puesto que La Viro dijo inmediatamente que haría cualquier cosa que su visitante le pidiera.

»Los principios de la Iglesia de la Segunda Oportunidad y las técnicas para encarnarlos no son tema de esta noche. Tomaría demasiado tiempo proponerlos y defenderlos. Lo dejaremos para la reunión de mañana por la noche.

»Finalmente, La Viro le preguntó al Etico por qué lo había escogido a él, entre toda la gente, para ser el fundador de la Iglesia.

»Yo soy un mestizo ignorante dijo La Viro. Fui criado en lo más profundo de los bosques canadienses. Mi padre fue un trampero blanco, y mi madre fue una india. Ambos eran mirados despectivamente por los británicos que gobernaban el país. Mi madre era una exiliada de su propia tribu debido a que se había casado con un hombre blanco. Mi padre era despreciado por los suyos por haberse casado con una india, al tiempo que era considerado como un sucio francés por los ingleses para los cuales trabajaba.

»Cuando yo tenía catorce años, y era muy grande para mi edad, me convertí en un leñador. A los veinte años un accidente me dejó cojo, y pasé el resto de mi vida cocinando para los leñadores. Mi esposa fue también una medio india, y se ganaba la vida lavando ropa. Tuvimos siete hijos, cuatro de los cuales murieron jóvenes, y los otros se sintieron avergonzados de sus padres. Pese a que nosotros nos sacrificamos por ellos y les dimos todo nuestro amor y lo mejor de lo que fuimos capaces. Mis dos hijos se fueron a Montreal a trabajar y fueron muertos en Francia luchando para los ingleses, que los despreciaban. Mi hija se pasó a la prostitución y murió de una enfermedad venérea... o así me dijeron. Mi esposa murió de un ataque al corazón.

»No te digo esto para ganarme tu simpatía. Simplemente deseo que sepas quién y qué soy. ¿Cómo puedes pedirme que salga a predicar cuando no pude convencer a mis propios hijos de que mis creencias eran correctas? ¿Y cuando mi propia esposa murió maldiciendo a Dios? ¿Cómo puedo salir y hablar a los hombres que fueron gente instruida y entre los cuales hay hombres de estado y clérigos? El visitante sonrió y dijo:

»Tu wathan me dice que sí puedes.

»El visitante se puso en pie. Se sacó el cordón plateado que llevaba en torno a su cuello pasándoselo por la cabeza, y lo colocó en torno al cuello de La Viro. La espiral dorada se apoyaba ahora sobre el pecho de La Viro.

»Esto es tuyo, Jacques Gillot. No lo deshonres. Adiós. Puede que nos veamos de nuevo en este mundo, o puede que no. La Viro dijo:

»¡No! ¡Espera! ¡Tengo tantas preguntas! Ya sabes lo suficiente dijo el visitante

. Dios te bendiga.

»Y se fue. La lluvia y los truenos y los relámpagos seguían aún resonando fuera. Gillot salió un momento más tarde. No pudo ver el menor signo del visitante, y después de registrar el tormentoso cielo regresó a su cabaña. Allí se quedó sentado hasta el amanecer y el resonar de las piedras de cilindros. Entonces salió a las llanuras para contar su historia. Como había esperado, todos aquellos a quienes les contó lo ocurrido pensaron que estaba loco. Pero al cabo de un tiempo esos fueron precisamente los que empezaron a creer en él.