Pasaron unos diez segundos de silencio.
Ning Xi no pudo esperar más. —¿Hola… hola? ¡Jiang Muye! ¡Rubio! ¿Estás ahí? ¡¿Qué pasa con esta señal?! ¡Falla en un momento tan crítico! ¿Holaaaa?
Ning Xi estaba a punto de colgar y volver a marcar, pero Jiang Muye respondió de repente. —Estoy aquí...
—¡Ah! ¡Todavía estás en la línea! ¡Rápido, enséñame! —Ning Xi instó.
—¡¿Cómo... qué?! Nunca antes le había confesado mis sentimientos a un hombre. ¿Cómo podría enseñarte? —Jiang Muye estaba claramente molesto.
—¡Mentiroso! Cuando estaba en la escuela, te oí confesarte con un guapo compañero de clase inferior y hasta te aceptó.
—Ning Xiao Xi, ¿no puedes? ¡Sólo estaba bromeando!
No podía seguir haciendo eso...
¡Sintió que Ning Xi lo estaba volviendo loco!
Jiang Muye respiró hondo. —¿Por qué me preguntas sobre confesar a un hombre? ¡Pregúntate a ti misma! ¿No eres la más experimentada?
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