Mientras su mirada parecía suave, se cerró sobre su garganta como una hoja fría y helada como si la sangre saliera a borbotones y al momento siguiente, una sensación de peligro cubrió todo su cuerpo. De repente dejó de hablar; fue más bien como si no pudiera decir ni una palabra.
Cuando el reportero recobró el sentido común, notó que su camiseta estaba empapada de sudor. Maldita sea. Ella era sólo una actriz que se hizo popular porque usó algunas tácticas turbias. No había razón para tenerle miedo.
Al instante siguiente, Ning Xi apartó la mirada del reportero y miró fríamente a una cámara que tenía delante. El camarógrafo contuvo la respiración y operó la cámara de forma constante. Las cámaras de los otros ángulos también apuntaban a Ning Xi.
Ning Xi miró directamente al objetivo. No dirigía su intimidante mirada al camarógrafo, sino que miraba a otra persona a través de las lentes.
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