La mente de Ning Xi se llenó con la imagen de la niña acostada sin vida en el quirófano. Su cuerpo temblaba y sus piernas estaban débiles.
¿Por qué? ¿Por qué resultó así?
—Todo es culpa mía... Mi culpa... Debería haber estado siempre a su lado —todo el ser de Ning Xi estaba envuelto en culpa hacia sí misma.
Lu Tingxiao sintió que le dolía el corazón mientras sujetaba a la niña por los hombros.
—No pienses demasiado. No tiene nada que ver contigo. Probablemente algo pasó en el lado de Mo Lingtian.
De lo contrario, Ning Tianxin no habría ido de repente a una pequeña clínica para abortar sola a altas horas de la noche.
—¡Mo Lingtian! —Ning Xi apretó los dientes y había fuego en sus ojos. Sacó su teléfono y encontró caóticamente el número de Mo Lingtian.
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