El nacimiento de algo

- ¡Ah, ugh, taaan profundo! mmm, ... por favor no te detengas- suplico la jovenzuela en un susurro mientras un hombre joven de cabello pelirrojo movía su cadera contra el trasero de la chica.

Todo ese escenario obseno y lleno de olores extraños estaba siendo visto por otro joven sonrojado que se escondía en un armario discreto. Su respiración era cada vez más pesada y entrecortada, él podía sentir su cuerpo caliente y lleno de sudor, él quería ser el que moviera sus caderas contra el culo de la chica, pero sabía que eso sería imposible, el chico era demasiado tímido para si quiera tomar la mano de una chica.

Después de tanta tortura para el pobre chico, finalmente escuchó que el otro macho soltó un gemido de satisfacción e ingenuamente pensó que todo había terminado y que pronto podía irse y olvidar todo lo que pasó ahí.

Desafortunadamente para el virginal chico, eso no sucedió.

No pudo evitar observar como la feliz pareja continuaba disfrutando después de unos minutos de descanso.

En silencio, empezó a llorar. A demás, ... también disfruto de ver todo lo que estaba pasando y conforme pasaba el tiempo una envidia absoluta empezó a crecer en su interior.

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Reino de Valmue, Casa Familiar Karxeniv

- Buaa buaa - se escucho el llanto de un recién nacido.

- Es una niña, ¡Felicidades señora! Que tenga una larga y prospera vida. Y que los dioses siempre guíen su destino. - Dijo una mujer con alegría, era la obstetra familiar de la Casa Karxeniv.

- Gracias Claudia, dile a mi esposo que ya puede pasar.- dijo con un poco de cansancio la mujer recostada en la cama mientras pedía sostener a su bebé a una sirvienta.

Poco después entro un hombre, tenía una apariencia extremadamente hermosa, unos ojos misteriosos y un aura dominante. Miro a la mujer que yacía en la cama y le dijo suavemente: - Sereia, mi querida y hermosa esposa, ¿Cómo te sientes? ¿Sientes alguna molestia o quieres algo?

Sereia miro al hombre pelirrojo por unos segundos, y con dureza y enojo dijo: - No finjas ser un esposo amoroso, sé que solo eres un perro en celo y que solo deseas mi cuerpo.

Un pequeño sonrojo apareció en el rostro de la fémina.

- ¡Mujeres!, nunca hay que hacerle caso a lo que digan.- susurro el hombre. - Desde que te casaste conmigo he estado intentando conquistarte a través de mi cuerpo, incluso ahora, estás sosteniendo el fruto de mi esfuerzo y mi amor por ti. - Explico con justicia el pelirrojo.

La mujer sólo puso sus ojos en blanco.

- Lyra,... ese será el nombre de la pequeña.

-Al menos esfuérzate un poco- gruñó la mujer con algo de molestia

- Pero me costo mucho pensar un nombre apropiado.

- Pues piensa en otro.

Reflexionando el hombre finalmente dijo: - Cordelia, ese será su nombre. Y no quiero objeciones.

Sereia solo se quedó en silencio.

- ¿Cuándo dará a luz tu otra esposa?- Cambio de tema la mujer.

- ¿Cuál de todas las que están embarazadas hasta ahora

Al final el pelirrojo salió del cuarto sonriendo con arrogancia, y pensando a cual de sus tantas esposas debía dejar embarazada ahora.

Mientras ocurría esa escena, nadie noto que la pequeña bebé recién nacida estaba demasiado tranquila y que se podía ver que sus ojos se movían como si estuviera leyendo algo, aunque sus pequeños ojos seguían cerrados.

De repente la bebé empezó a hacer unos sonidos parecidos a una risa o un balbuceo, hasta que su madre se dio cuenta y le empezó a amamantar.

Más tarde en la noche, un hombre joven pelirrojo entró en habitación de Sereia y habló.

- Felicidades por dar a luz a una niña sana, querida madre. - La mujer ya había notado que alguien se acercaba a su habitación pero no entró en pánico.

- Kyrell, ¿porqué veniste a está hora? ¿No sería mejor que hubieras venido más temprano o talves mañana?- Sereia cuestionó al joven sin mucha dureza. Aunque odiaba al padre de Kyrell, ella no odiaban a los hijos de ese hombre.

- Yo quería venir más temprano, pero cuando estaba haciendo un trabajo del club, encontramos una rata gigante en el armario del salón y fue un poco difícil deshacerse de ella. - explicó el chico con paciencia y una pequeña sonrisa juguetona que ocultaba sus pensamientos en ese momento.

La mujer no cuestionó nada y se limito a asentir y ver como el joven se acercaba a ver a su bebé recién nacida.

- En unos tres años terminaré mis estudios y estaba pensando que quería pasar más tiempo con mis amigos en el campus, así que es posible que no venga a saludar en un buen tiempo... Esperó que no te aburras demasiado sin mí - agregó al final con una risita.

- Yo también tengo una vida social, por si acaso no lo sabías- resopló la mujer. - Creo que es mejor que te vayas, es muy noche y quiero dormir.

- Bien, la próxima vez que venga le traeré un regalo a mi nueva hermana.

Después de que Kyrell llegó a su habitación, llamó a una doncella para que lo sirviera durante la noche. Su compañera de clase no fue suficiente para satisfacer su apetito sexual y necesitaba urgentemente otro juguete.

Cuando finalmente llegó su acompañante de está noche, Kyrell se emocionó mucho al ver que lo que tenía delante era una pequeña doncella adorable y que todavía parecía estar en su adolescencia. Aunque sabía que la chica tenía por lo menos unos siglos de vida y que debido a algo llamado síndrome de Turner aún parecía una jovenzuela, no le importó nada y arrojó a la sirvienta a su cama donde la empezó a desnudar de inmediato.

Él ya quería meter su polla dentro de ella de inmediato y se empezó a mover como una bestia sobre el cuerpecito de la doncella.

La exitante tortura duró algún tiempo hasta que Kyrell estuvo satisfecho, entonces llamó a otra doncella para que lo acompañará el resto de la velada hasta que tuviera que reunirse para el desayuno familiar al que debía asistir después.

La familia a la que pertenecía Kyrell no es una familia noble, pero a su familia y a otras tres familias más se le conoce como Familias Antiguas o Familias Fundadoras. En el Reino en el que vive se llama Reino de Valmue, existe una Familia Real, pero no permite que existan familias nobles, que puedan suponer un riesgo a su poder.

Las cuatro Familias Antiguas se ubican en lugares estratégicos lejos del centro de su reino, son los muros que protegen al Reino de Valmue, pero nadie se queja de eso. Es una tradición que los más fuertes protejan a los más vulnerables; el Palacio Real está un poco al norte de la capital pero para ser específico se encuentra flotando en una isla gigante casi parecida a un continente y este actúa como centro de mando, organizando y dando órdenes a todos sus subordinados.