Ya había llegado la noche del día siguiente y me encontraba en la sala de estar, esperando a que llegaran los chicos, que me habían dicho hace un rato, que ya iban todos en camino. Después de unos 10 minutos, tocaron el timbre y fui a abrir, eran Brin y Mike. Brin estaba igual que siempre con su cabello rubio ondulado, su gran sonrisa, la cual mostró al verme y con sus ojos azules centelleantes como zafiros. Junto a ella, estaba Mike con su cabello negro despeinado y su porte de chico rudo o eso quería aparentar él. Los saludé a ambos con un gran abrazo y les dije que pasarán.
—¿Fred aún no ha llegado? —preguntó Brin, mientras caminaba junto a mí a la sala de estar.
—Espero que no se haya arrepentido a último momento—dijo Mike mientras no acomodábamos los tres en el sofá.
—Yo no creo que Fred nos vaya a dejar esperando, si dijo que vendría lo hará—les dije a ambos para aclarar sus dudas.
Mientras esperábamos, hablamos de lo que habíamos hecho hoy y cosas triviales hasta que después de un rato el timbre sonó.
Fui a abrir y como supuse nada más que abrí la puerta ahí estaba Fred parado mirando su celular como siempre. Suele estar haciendo él y cuando vio que abrir dejó lo que hacía para saludarme con una gran sonrisa. Fred era de cabello castaño oscuro similar al mío, lo que a diferencia del resto. Él usaba lentes y sus ojos eran de color avellana, mientras que los míos eran verdes con destellos marrones.
—Sabía que no nos dejarías esperando por ti, ya los demás llegaron hace un rato—le dije, para después decirle que entrara e ir a donde se encontraban los demás.
—Mali como crees que te dejaría esperando, si dije que vendría es porque lo haría—dijo Fred mientras entrábamos a la sala— ¿Y de seguro ustedes dos también pensaron que no vendría? —inquirió Fred dirigiéndose a Mike y a Brin para después sentar en otro de los muebles de la sala, mientras yo me volví a sentar en el sofá.
—Bueno, si somos sinceros, si lo pensamos, pero lo importante es que ya estás aquí—dijo Mike a modo de defensa.
Seguimos platicando un rato de todo un poco, mamá bajó a avisarnos que ella y papá saldrían, pero que volverían pronto. Antes de marcharse nos dejó unos bocadillos, los cuales todos devoramos en minutos.
—Bueno, ya vamos a los que vinimos—dije después de comerme el último Sheeto del cuenco—¿Brin trajiste las velas? —pregunté mientras me ponía de pie.
—Sí, aquí están—dijo mientras me mostraba el interior de una mochila rosa que tenía junto a ella.
—Bueno subamos a mi habitación y a ahí les explico cuál es el proceso del ritual—después de terminar de decirles esto subimos todos a mi habitación y ya en el interior comencé a explicarles cuáles eran los pasos.
—Entendieron bien cada paso—les pregunté luego de haber terminado con mi explicación.
—Si—dijeron los tres al unísono.
—Bueno, ya saben Brin, tú dirás la 1 era frase, Mike tú la 2 da y Fred tú la tercera—repetí a modo de confirmación.
Ya habíamos colocado las velas en forma de triángulo en el suelo de la habitación y cada uno de ellos estaba sentado frente a su vela, fui a apagar la luz para que la habitación quedara casi a oscuras alumbrada solo con la tenue luz de las tres velas y después me senté en el centro con mi vela. Estaba todo listo para comenzar el ritual e invocar Shadow...
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