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capítulo 5

Mientras el intenso entrenamiento de los héroes continuaba a lo largo de las dos semanas, dando todo de si mismos. Con cada golpe qué Bill les daba solo se hacían más fuertes. Cada vez que Agnes los llevaba al límite con su magia más control tenían sobre la misma. Pero ¿Era suficiente para detener la crisis?. Los tres niveles del reino en forma de círculo con una escalera qué conecta los tres niveles. Con altas murallas dando forma de cilindro. En el tercer nivel la parte más alta, se encuentra la nobleza. Rodeada de árboles y áreas verdes además de su lujos en las calles. El segundo nivel es para la gente común del reino. En este lugar están las áreas de tiendas ya sea comida, armerías o servicios médicos además de encontrarse el gremio de aventureros. Por último esta el primer nivel. El cual había sido pensado como un refugio para las personas del segundo nivel en caso de un ataque. Pero ahora no es más que una zona en donde la gente que fue afectada por la crisis se desplazó. En ese lugar la luz no llega. Siempre huele horrible debido a la gente que muere por falta de alimento o por no tener dinero para atender sus heridas. Solo llegan a morir, sus nombres aquí son olvidados. Diariamente se creman los cuerpos sin vida, incluso se creó un trabajo de recolector de cuerpos. Las casas no están más que hechas de cartones y madera reciclada, cualquier cosa que sirva para protegerse del frio del lugar. La gente se a adaptado a este estilo de vida sombrío. Pero ¿Cómo llegamos aquí? Hay que recorrer una gran distancia en la frontera del reino del sol, justo topando con la del reino demoníaco. Diariamente se desata una guerra al estilo de las trincheras. Los soldados mueren a diario para solo ganar unos metros de tierra. Esta guerra ha durado tanto que ni siquiera se recuerda cuando empezó.

En estos momentos antes del medio día, ambos bandos luchan ferozmente. La sangre tiñe la tierra. La lluvia de bolas de fuego dejan cuerpos calcinados en el mejor de los casos. Los peores son no morir inmediatamente después de ser impactados. Los gritos de los heridos no son escuchados por culpa de los choques de espadas.

Un soldado del reino del sol se encuentra rodeado por varios demonios, pero aun así no retrocede. Este avanza contra los cuatro demonios. Primero utiliza su mandoble para un tajo giratorio potenciado con magia de viento. Los cuatro demonios retroceden. Pero la magia de viento sale disparada del mandoble. Luego rápidamente el soldado recita con su palma extendida.

—Madre naturaleza dame el fuego que acabe con mis enemigos.

Una llamarada sale disparada a los demonios qué se potencia gracias a la magia de viento antes lanzada. Los demonios no esperaban ese ataque, no pudiendo esquivar a tiempo recibiéndolo directo. Solo dos demonios aguantaron el ataque gracias a su pasiva de resistencia al fuego pero con quemaduras leves.

—maldito humano asqueroso, vas apagar por lo que le hiciste a mis amigos—exclamo el demonio gritando con toda su rabia.

El soldado sin decir palabra, agitado. Ve como los dos restante se abalanzan sobre de el. Antes de que los demonios lo atacaran una gran bola de fuego a gran velocidad impacta al soldado. Quemando la mitad de su cuerpo. Este se revuelca en el piso gritando eufóricamente. Solo podía sentir como su armadura se fundía con su carne. Los demonios al verlo solo sonríen y toman a sus compañeros caídos llevándolos a un lugar seguro.

Esto era normal en el frente de batalla. todos los días los humanos morían más que los demonios. Pero todo cambiaba cuando llegaba el medio día. Algunos demonios querían retroceder sabiendo lo que se

avecinaba. El calor aumentaba

gradualmente. Desde las filas humanas. Un caballero de armadura pesada, de un color semejante al oro. Sosteniendo un mandoble en su mano haciéndola parecer una espada común. Camina directo al campo de batalla. Algunos demonios solo notaban como sus armaduras se derretían un poco. Los presentes voltearon al cielo viendo el sol en su punto máximo, marcando el medio día. Algunos demonios querían tragar saliva, pero su boca se había secado. Los humanos lucharon con más fuerza, haciendo retroceder al ejercito demoniaco. Aquel hombre que provocaba esto era el denominado más fuerte del reino apodado el hijo del sol.

Este camina a paso firme mientras blande su espada con fuerza eliminando demonios de un solo golpe. Los demonios lo atacaban con magia eléctrica de fuego y viento, pero no podían parar su avance. Sin tomarle importancia a los ataque sigue caminando. Los humanos delante retrocedían atrás de este. Los soldados del reino cargaban a sus compañeros heridos mientras qué el hijo del sol los cubría. Aquel hombre extiende su mano y en su palma se formaba un pequeño sol qué de pronto creció. Ese hechizo sale disparado. Quemando a los demonios hasta ser puras cenizas.

Los demonios presentes no sabían que hacer. Si le daban la espalda aquel monstruo con forma humana, seguramente morirían. No fue hasta que un humo denso rodeo al hijo del sol tapando su visión. Un demonio qué se encontraba agachado tocando el suelo con sus manos. mientras expulsaba su magia de humo al máximo, grito.

—TODOS RETROCEDAN Y CARGUEN A LOS HERIDOS, NO VOY A DURAR MUCHO TIEMPO, ASI QUE APURENSE.

Los demás demonios rápidamente comenzaron a correr, otros cargaron a los heridos. Desde el humo otro sol sale disparado. El demonio al verlo rápidamente utiliza una de sus manos para usar magia de viento qué lo impulsa al lateral rodando contra el suelo, logra esquivar el ataque. Lleno de tierra el demonio se levanta mientras se quita la tierra. Cuando el humo se disipa el hijo del sol se queda solo con el demonio. Este último sintiendo escalofríos por todo su cuerpo sabe que le es imposible ganar. aun así desenvaina su arma qué es una espada japonesa (katana) con una hoja totalmente negra. El demonio espera a que el hijo del sol haga el primer movimiento. Este en un rápido movimiento acorta la distancia, tan rápido qué el demonio no lo vio moverse, hasta tenerlo de frente. En cuestión de segundos un puño cargado con magia solar lo iba a golpear. Pero envés de que el puño diera en el blanco, Este se transformo en humo. Lo que vio el hijo del sol no era más que un clon de humo creado por el demonio. Qué asu vez el original se encontraba corriendo a su trinchera junto a sus compañeros. Con los demonios retirándose daría fin a la batalla pero no a la guerra.

Ese demonio con un cuerno en forma de espiral y otro apenas y saliendo de su frente, con piel gris, una cola delgada con punta de flecha y su cabello blanco. Se encontraba agitado recargando sus brazos sobre las rodillas, tratando de calmar su respiración. Otro demonio se acerca a el.

—hey Lief, gracias por cubrirnos con tu humo.

—de nada—inhala e exhala —Hice lo que pude, pero de verdad parece un monstruo más que un humano.

—Se, yo casi me paralizo cuando lo vi— mientras pone su mano en la espalda de lief y con su pulgar a punta atrás— pero ahora deberías ir a la enfermería y atender esos cortes.

—lo haré solo deja recupero el aire.

Una vez recuperado Lief camina en dirección a la enfermería. Todo el camino por la trinchera es bastante incomodo. Lief siente las miradas de odio de varios demonios, sin darle importancia continuó caminando. Cuando estaba apunto de llegar a la enfermería. Un demonio llamado Abaddon de aspecto fuerte, contando con cuatro brazos, afiladas uñas, cuernos de toro saliendo de su frente y un parche en su ojo derecho. El demonio Abaddon con una sonrisa maliciosa le habla Lief.

—¿En serio es todó lo que pudiste hacer?. Solo huir como un cobarde sin pelear antes. Ahora entiendo por que eres una deshonra para tu hermano.

—¿Qué haces aquí? —con unos ojos llenos de ira— no se supone que tu estabas con Bullet en el frente contra el reino de ventalia.

—Tu mismo lo has dicho basura, estaba—con una sonrisa más grande—¿Por qué esa cara? ¿Acaso no te gusto lo que Escuchaste?

—no es eso—mientras cierra los ojos con una sonrisa pequeña—solo estoy pensando como es que te voy a matar.

—vamos inténtalo aquí y ahora.

Ambos solo esperan a que el otro haga el primer movimiento. Los demás demonios solo observan un poco nerviosos lo que pueda ocurrir. Justo cuando Lief estaba por lanzarse, el sonido de pasos pesados los interrumpen. Todos los demonios voltean a la dirección de donde provienen estos pasos. Quien hacia ese ruido era Bullet, un toro rojo con el pecho y abdomen negros, en vez de pesuñas tenia pies y manos, no teniendo cola, además de una masa muscular descomunal. Este mientras golpea sus puños grita emocionado.

—vaya así que van a pelear. por que no dejan qué me una a la diversión.

—oye cuatro brazos ¿Escuchaste algo?

—no se de que hablas, que tal si entramos a la enfermería para que curen tus heridas.

—buena idea hay que apurarnos.

Ambos entran a la enfermería ignorando completamente a Bullet. Este solo murmura cobardes, suspirando de decepción. Ya dentro de la enfermería una vez pasado el peligro. Ambos se separan, no sin antes dejarse saber el odio del uno por el otro con la mirada. Lief se sienta en una silla esperando que lo atiendan, el lugar estaba lleno de heridos. Algunos quemados o otros faltándoles extremidades y unos cuantos completamente vendados. Lief en vuelto en sus pensamientos se preguntaba todo esto ¿Era necesario?. La vida de cientos de demonios sacrificadas por una guerra sin sentido. Todos sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz dulce y suave. Cuando Lief regreso a la realidad vio a su amada llamada Frey. Con su cabello lacio oscuro, sus dos cuernos qué parecían hojas de espada filosas. A demás de contar con dos alas pequeñas en su espalda. Esta rápidamente cambia su tono de voz a una más fuerte al ver que Lief no le contesta.

—heeey, me estas escuchando—le suelta un golpe en la cabeza—mira nada mas como vienes. Ahh qué voy hacer contigo.

—auuh, así es como me recibes luego de no vernos por mucho tiempo.

—te lo mereces por no contestarme y además por no mandar una sola carta. De todas formas sígueme.

Lief se levanta sobándose el golpe mientras sigue a Frey hasta su oficina en la enfermería. Mientras qué Abaddon los ve a lo lejos viendo con celos a Lief. Estando dentro de la habitación. Frey saca un botiquín de su escritorio. Esta se acerca Lief qué se encontraba sentado esperándola. Cuando ambos se acomodaron Frey comienza limpiando los cortes mientras ambos hablan.

—y dime que te trajo aquí. Se supone que tu estabas muy ocupada con tus investigaciones súper secretas cuando nos vimos por última vez.

—cuando terminé con mi trabajo, pidieron voluntarios médicos para este lugar, y como no me habías escrito pensé en venir para asegurarme de qué estés bien.

—¿y mi hermano estaba de acuerdo en dejar venir a una de las mentes más brillantes a este infierno?.

—fue raro, por que acepto de inmediato, ni si quiera lo pensó.

—¿No dijo nada sobre mi?. ¿Que no te acercaras o algo así?.

—le mencione si estabas aquí pero… no se si deba decírtelo.

—dime—su corazón se aceleraba esperando la respuesta—no me dejes con la duda.

Esta bien pero deja de moverte si no, no podre coser tus heridas—suelta un suspiro fuerte —solo me respondió: no se de que hablas yo nunca he tenido hermanos.

La emoción de Lief desaparece de su rostro. Sumergiéndose en sus pensamientos, siente una profunda tristeza que le provoca más dolor qué sus heridas en el cuerpo. Su tristeza es interrumpida por una incomodidad qué es causada por los puntos de sutura de Frey.

—oye no se por que suturas mis heridas si puedes curarme con tu mano de Dios.

—seria lo obvio. Pero hoy voy estar ayudando a muchas mas personas en peor situación que tu. así que necesito guardar mi habilidad definitiva para ellos.

Cuando termino Frey de saturar el último corte. La habitación quedo en silencio. Esperando que el otro diga algo que debió decir hace mucho tiempo.

—bueno supongo que se acabo Freyi. No hay algo ¿Que quieras decirme?.

—a parte de disfrutar este rato contigo Liefi, nada más. Pero bueno, ahora debo trabajar. Así que hablemos después solo asegúrate de no morir—con una cara seria y siniestra

— Lo digo enserio.

—si no te preocupes, tratare de mantenerme vivo todo lo que pueda.

Frey deja la habitación. Lief suelta un suspiro de decepción preguntándose si debía pedirle a Frey ser pareja. Pero el miedo de pensar las consecuencias qué le traería a ella por estar con alguien que se le considera un traidor. Por su parte Frey al dejar la habitación solo pensaba en que momento Lief le pediría ser su pareja. Ella consideraba qué a este paso seria ella quien se lo pediría primero. Mientras pensaba esto llega hasta el área de los heridos de gravedad. Antes de que siquiera deslizara la cortina que divide el lugar. Fuertes gritos de demonios pidiendo que los maten por el dolor insoportable, la traen de vuelta a la realidad. Soltando un suspiro fuerte desliza la cortina.

Lo primero que ve es a múltiples demonios con extremidades faltantes. Algunos con quemaduras de tercer grado. Otros con heridas expuestas. En otros casos todo lo anterior junto. Primero se acerco a los demonios qué estaban inconscientes. Un demonio que le faltaban sus dos brazos, además de tener un gran corte en los ojos y con múltiples cortes por todo el cuerpo. Antes de que tocara al demonio herido. Las enfermeras del lugar debido a la cantidad grande de heridos no se percataron de la presencia de Frey en el lugar. No fue hasta que esta en modo seria grito.

—HABILIDAD DEFINITIVA, MANO DE DIOS.

El demonio herido fue en vuelto en un círculo blanco brillante. Los gritos cesaron. reconociendo aquella qué lanzó aquel poder. Conocida como Frey, el ángel caído. Cuando el círculo desapareció las heridas del demonio fueron sanadas. Sus brazos y ojos fueron regenerados. Frey se movió rápido con los demás heridos usando su habilidad definitiva, sin dar tiempo a las enfermeras de reaccionar a la situación. Era la primera ves que podían ver la mano de Dios en acción. Frey sigue rápida tocando con su mano derecha a todos en la sala. Con una sonrisa en la cara como si fuera un día mas en la oficina llenando documentos. Al terminar Frey suspira de alivio tomando asiento agotada por curar a tantos en poco tiempo. Asu vez los presentes aplaudieron por tal Azaña. logrando salvar mas de 20 vidas en menos de 5 minutos. Una enfermera del lugar se acerca a Frey con su portapapeles echo un desastre y con lágrimas en los ojos le habla.

—señorita Frey gracias por estar aquí. Este lugar nos sobre pasaba por mucho.

—no hay de que, pero ahora. Quiero que tu y las demás atiendan a los soldados menos heridos. Los qué estén más graves tráelos de inmediato aquí, yo me hare cargo.

—Si señora como ordene—poniendo se firme aun con lágrimas escurriendo por sus mejillas—ya escucharon a la señora Frey hay que movernos.

Así es como durante todo el día los heridos fueron sanados, uno tras otro sin parar. Asu vez Lief camina entre el lodo qué se acumula en la trinchera hasta llegar asu barracón. Algunos demonios con magia de tierra solidifican el barró para facilitar el paso. Pero al hacerlo dejan los pies de Lief atorados, un demonio al notarlo.

—oh Lief. Perdón no te vi venir.

—oye por que te disculpas con ese traidor. Alguien como el se merece eso y más—exclamo el otro demonio.

—de que hablas si hubieras sido tu, seguro que sales corriendo.

—pero que dices, yo no le daría la espalda a mis propios compañeros.

—oigan ustedes dos—intervino mientras libera sus pies del lodo—solo hice lo que considere correcto, no es necesario pelear.

Lief sigue su camino pasando en medio de esos dos demonios. Camina hasta su cama acostándose de un salto aun sin quitarse la armadura. El sueño qué tenia era tanto que se quedo dormido. No sin antes preguntarse si tuvo que morir en aquella ocasión.

Por otro lado durante la noche en el reino del sol. A dos días de terminar el entrenamiento de los héroes. Sin nadie en el jardín central del palacio. Xun se encontraba entrenando sin qué nadie lo viera. Con su espada dada por Apolo, Práctica sus tajos. Haciéndolo una y otra vez el mismo movimiento hasta que sus hombros y brazos ardan de dolor, Mientras este piensa.

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Xun termina cansado, postrado en el piso solo contempla las estrellas. Con su respiración agitada se levanta mientras camina con su cuerpo lleno de sudor. Solo se preguntaba cuando llegara su muerte.