La última vez que Rong Bingshao vio a esta misteriosa mujer, pudo darse cuenta de que era extraordinaria con solo verla volar.
De hecho, esta vez, vio a la misteriosa mujer disipar fácilmente el rayo. Esta habilidad no era algo que los humanos pudieran tener.
Por lo tanto, Rong Bingshao y los demás se enfrentaron de inmediato a la misteriosa mujer y se arrodillaron.
—¡Saludos, guardiana del Lago Inmortal!
La misteriosa mujer estaba abrazando al pequeño zorro. Rong Bingshao de verdad esperaba que él fuera este zorro. Esto se debía a que este zorro podía tumbarse en los brazos de la misteriosa mujer sin restricciones. La posición de sus garras le hizo anhelarlo.
Desde que experimentó la vida y la muerte, Rong Bingshao no había tenido deseos tan mundanos durante mucho tiempo.
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