Jordan miró a Victoria sin pestañear, esperando su respuesta.
Victoria negó con la cabeza y habló poco a poco.
—No, no creo que estuvieras fingiendo. Pude sentir claramente que cuando me defendiste hace un momento, te despreocupaste por completo de tu propia vida. Creo que estabas dispuesto a morir por mí. También creo que nuestra relación en el pasado era tan profunda como para estar grabada en tu corazón, ¡así que estás dispuesto a hacer esto por mí!
—¡Jordan, te creo!
Victoria decidió creer a Jordan. Sin embargo, Jordan se sintió un poco incómodo al oír eso.
Esto era porque Victoria estaba equivocada. Jordan nunca había pensado en morir por ella. Todo eran ilusiones suyas.
Las mujeres siempre tenían esos pensamientos emocionales. Pensaban erróneamente que el hombre que las amaba renunciaría a todo por ellas.
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