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LA ESPERA

El sonido de las voces y risas se desvaneció mientras David se detenía frente al aula vacía. Miró a través del cristal de la puerta entreabierta, esperando ver a Pamela y al profesor Marco terminando su conversación. Sin embargo, el aula estaba vacía, iluminada solo por la tenue luz del sol que se filtraba por las ventanas.

David se apoyó contra la pared del pasillo, con las manos en los bolsillos, y dejó escapar un suspiro 'uhm'. Había esperado pacientemente durante casi media hora, pero aún no había señales de que Pamela saliera. Una mezcla de impaciencia y anticipación lo invadía. Habían hablado poco desde que se conocieron en el autobús, pero algo en la forma en que Pamela lo miraba lo hacía querer conocerla más.

Mientras esperaba, recordaba las conversaciones que habían tenido en clase. Pamela siempre parecía interesada en sus opiniones y puntos de vista. A menudo se encontraba buscando su mirada entre la multitud de estudiantes, como si estuviera buscando algo más que simplemente discutir sobre los libros que estaban leyendo.

Finalmente, la puerta del aula se abrió y Pamela salió, con una sonrisa en el rostro. David se enderezó, sintiendo una oleada de emoción al verla.

"¡Hola, David!" saludó Pamela con entusiasmo y curiosidad mientras se acercaba.

"Hola, Pamela. ¿Cómo estuvo tu conversación con el profesor Marco?" preguntó David, tratando de ocultar su ansiedad detrás de una sonrisa tranquila.

"Bien, bastante bien," respondió Pamela, ajustando la correa de su bolso sobre el hombro. "Hablamos sobre como conozco bien la materia de Física y Anatomía."

David asintió, tratando de ocultar su decepción. Había esperado que Pamela mencionara algo más, algo que le diera una pista sobre lo que realmente estaba pasando con ella y el profesor, pero al parecer no era nada. Ella parecía contenta y despreocupada, sin dar ninguna indicación de que algo estuviera pasando por su mente.

"¿Quieres caminar un poco por el campus?" preguntó David, esperando prolongar su tiempo juntos un poco más.

"¡Claro, suena genial!" respondió Pamela con entusiasmo, y juntos comenzaron a caminar por el pasillo.

Mientras caminaban, David intentaba encontrar el momento adecuado para preguntarle a Pamela sobre lo que realmente estaba pensando. Pero cada vez que estaba a punto de abrir la boca, algo en su expresión alegre lo detenía. No quería arruinar el momento con preguntas incómodas.

Pamela, por su parte, parecía disfrutar de la compañía de David. Hablaban sobre sus clases, sus intereses y varios libros que al parecer David había leído cuando a penas era un crío. David encontraba su conversación fácil y natural, y se sorprendía de lo rápido que el tiempo pasaba cuando estaba con ella.

A medida que se alejaban del edificio principal y se adentraban en el campus, David notó que Pamela se volvía un poco más callada y sombría. Sus respuestas se volvieron más cortas y sus ojos parecían perdidos y audaces explorando el lugar donde se encontraban.

"Pamela, ¿hay algo en lo que estés pensando?" preguntó David suavemente, deteniéndose bajo la sombra de un árbol.

Pamela vaciló por un momento, como si estuviera considerando si debería contarle a David lo que estaba pasando por su mente. Luego, con un suspiro, miró hacia abajo y comenzó a hablar.

"David, hay algo que necesito decirte," comentó Pamela, su voz temblorosa con emoción y nerviosismo. "Es algo que he estado guardando por un tiempo, y no sé cómo decírtelo."

David la miró con curiosidad y preocupación, preguntándose qué podría ser tan importante como para ponerla tan ansiosa.

"Pamela, puedes decirme cualquier cosa. Estoy aquí para ti," dijo David con calma, colocando una mano reconfortante sobre su hombro.

Pamela lo miró a los ojos, buscando alguna señal de rechazo o juicio en su expresión. Pero todo lo que vio fue comprensión y apoyo.

"David, soy... transgénero," confesó Pamela en un susurro apenas audible.

Un silencio tenso llenó el aire mientras David procesaba la revelación de Pamela. No era lo que había esperado escuchar, pero no le importaba en lo más mínimo. Lo único que importaba era que Pamela se sintiera segura y apoyada.

"Pamela, gracias por confiar en mí lo suficiente como para contarme eso," dijo David sinceramente, sintiendo una oleada de afecto hacia ella. "Eres valiente y hermosa, y estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites."

Los ojos de Pamela se sorprendieron y ella empezó a reír ya que todo lo que ella le había dicho a David era mentira, "David no soy transgénero pero si estoy llena de lujuria por ti" los ojos de Pamela ahora se llenaron de deseo y poco a poco se iba acercando más y más a David. Él la abrazó por su cintura y le apretó el muslo a lo que ella emanó un gemido delicioso para sus oídos, este sonido hizo que la piel de David se erizara y poco a poco su hombría iba aumentando. Pamela notó esto y lo besó con todas sus fuerzas, David no pudo resistirse y quiso probar más de ella.

El lugar donde estaba era muy apartado y solitario, ambos se dejaron llevar por el placer y Pamela en un acto de delirio sexual bajo la cremallera de David y empezó a acariciar su miembro más prominente. David no creía lo que estaba pasando ya que el jamás había estado con alguna mujer antes, esto hizo que se acobardara y dejara a Pamela sola en ese lugar.

Pamela solitaria susurró "Gracias, David y Marco por darme vida, significa mucho para mí tenerlos a ambos para cumplir mis deseos" Pamela, estaba ahogada por la emoción.

David corrió hasta el baño, se lavó la cara y se abrazó con ternura, sintiendo un profundo sentido de conexión con ella ya que quedó parte de su olor en su ropa. En ese momento, supo que no importaba su ser, sería todo un desafío que enfrentará por esta mujer, David había pensado que ambos deben de estar juntos el uno para el otro, siempre.