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Emboscada

Nosotros también tenemos fuerza.dijo Ian con calma, aunque sus ojos brillaban con una determinación oscura. No les daremos la oportunidad de tomar lo que es nuestro.

Ian se detuvo por un momento para observar la situación con más detalle. A una distancia prudente, pudo vislumbrar a los hombres perro, ocultos entre las rocas y las sombras. Había al menos diez de ellos, guerreros robustos y armados, todos en niveles que iban desde Núcleo Dorado principiante hasta el establecimiento de Fundación. No eran simples saqueadores. Parecían bien organizados, quizás acostumbrados a emboscar grupos que salían de las ruinas.

Son bastantes. comentó Thalion, notando la cantidad de enemigos.

No importa cuántos sean. respondió Ian, ya tomando una decisión. Nosotros atacaremos primero. Si los dejamos esperar, tendrán la ventaja.

Eldra asintió, reconociendo la estrategia. Ian planeaba utilizar el elemento sorpresa a su favor, sabiendo que cualquier ventaja, por pequeña que fuera, podría ser decisiva.

Ellos no esperan que les caigamos encima.añadió Ian. Preparen sus ataques. Cuando estemos lo suficientemente cerca, los tomaremos por sorpresa. Quiero que acaben con tantos como puedan antes de que tengan la oportunidad de contraatacar. Eldra, canaliza tu fuego. Thalion, usa el viento para impedir que huyan. Borin, cuida nuestro flanco.

Cada uno asintió, preparándose para lo que se avecinaba. Las almas de los aventureros tomaron sus posiciones, siguiendo la orden de Ian. Mientras tanto, él mismo se concentraba, acumulando energía en su interior, sintiendo cómo la magia fluía a través de él.

Los hombres perro no tenían idea de lo que se acercaba. Estaban distraídos, observando la entrada de las ruinas, esperando pacientemente su momento para atacar a los desprevenidos que salieran. No habían notado la presencia del grupo de Ian, y eso les costaría caro.

Ian respiró profundamente, su mente enfocada en la estrategia.

Ahora. ordenó en un susurro, dando inicio al ataque.

El momento había llegado. La batalla estaba a punto de comenzar.

Ian dio la señal, y en un instante, el caos cuidadosamente planeado se desató. El ataque fue meticulosamente coordinado, cada movimiento calculado para maximizar el impacto antes de que los hombres perro pudieran reaccionar.

Eldra fue la primera en actuar, invocando un torrente de llamas que surgió de sus manos, envolviendo las sombras donde los hombres perro se ocultaban. El fuego se esparció con una precisión letal, iluminando la zona y revelando las figuras agazapadas de sus enemigos. Los aullidos de sorpresa y dolor rompieron la calma, mientras dos de los hombres perro fueron alcanzados de lleno por las llamas, sus cuerpos cubiertos en fuego, incapaces de reaccionar.

Al mismo tiempo, Thalion desató su magia del viento. Con un gesto rápido, levantó un muro invisible de ráfagas cortantes que bloqueó cualquier intento de los hombres perro de escapar hacia las rocas circundantes. El viento giraba a su alrededor como cuchillas invisibles, cortando a dos de los enemigos más cercanos antes de que pudieran siquiera empuñar sus armas. El aire parecía llenarse de una fuerza invisible y despiadada, atrapando a los aventureros dentro de un área mortal de la que no podían escapar.

Ian, mientras tanto, movió sus propias piezas estratégicamente. . Los guerreros goblins eran invisibles para los ojos de los hombres perro hasta que era demasiado tarde, sus lanzas y espadas perforando con precisión letal. El factor sorpresa era devastador; los hombres perro no podían prever ni defenderse de estos ataques invisibles.

Uno de los hombres perro, un luchador de nivel esblecimentodeFundación, intentó organizar una respuesta. Con un aullido de mando, levantó su espada y cargó hacia Ian, buscando cortar la cabeza de la serpiente antes de que su grupo fuera aniquilado. Pero Ian estaba listo. Con un simple gesto de su mano, convocó una barrera de energía espiritual, que detuvo el ataque del hombre perro en seco. La espada del atacante rebotó inútilmente contra la barrera, y antes de que pudiera retroceder, an liberó una explosión de energía mágica con la joya del rey del fuego que lo lanzó hacia atrás, golpeando una roca cercana con un crujido sordo.

Tarek y los demás miembros del grupo no se quedaron atrás. Con la fuerza brutal de un guerrero experimentado, Vorin se lanzó contra los hombres perro restantes, blandiendo su arma con furia. Un golpe tras otro, derribaba a los enemigos que aún intentaban defenderse. La fuerza de Vorin era abrumadora, y su conocimiento de combate le permitió anticipar cada movimiento de sus oponentes. En cuestión de segundos, derribó a otro hombre perro, su cuerpo inerte cayendo al suelo sin vida.

Borin, con su escudo en alto, bloqueaba cualquier intento de los hombres perro por romper la formación de Ian y su grupo. Los que intentaban acercarse a Eldra o a Thalion eran rápidamente repelidos por los brutales ataques de Borin, su escudo golpeando como un martillo y su espada acabando con aquellos que quedaban expuestos. Borin era una muralla impenetrable, y sus ataques coordinados con Tarek creaban un ciclo letal del cual los hombres perro no podían escapar.

Los restantes aventureros hombres perro intentaron organizar una resistencia, pero estaban siendo superados en todos los frentes. Su líder, un guerrero del nivel de núcleo doradode etaps intermedia, trató desesperadamente de invocar alguna magia de apoyo, pero Eldra, anticipando su movimiento, lo interrumpió con un proyectil de fuego dirigido con precisión a sus manos. El líder aulló de dolor mientras su conjuro se disipaba, y antes de que pudiera recuperarse, fue acorralado por dos de las almas de los guerreros que Ian había esclavizado, quienes lo inmovilizaron para que Tarek pudiera terminar con él con un solo golpe brutal de su espada.

A pesar de su brutalidad, el ataque de Ian y su equipo fue impecablemente coordinado. Habían aprovechado el factor sorpresa al máximo, neutralizando rápidamente las principales amenazas y cerrando cualquier ruta de escape con precisión táctica. Los hombres perro, aunque luchadores formidables por derecho propio, no estaban preparados para la ferocidad de Ian y su grupo, ni para el ataque perfectamente sincronizado que había caído sobre ellos.

Cuando la última de las almas de los aventureros terminó su trabajo, Ian observó el campo de batalla. Los diez hombres perro yacían derrotados, sin posibilidad de contraataque. El enemigo había sido aniquilado antes de que pudieran coordinar una defensa adecuada.

El terreno ahora estaba en completo silencio, salvo por el leve crepitar de las llamas que Eldra había invocado al principio. Ian inhaló profundamente, satisfecho con el resultado.

Ian miró a su alrededor, asegurándose de que no quedaran más enemigos ocultos. Satisfecho de que todos los hombres perro habían sido eliminados, se acercó a sus almas esclavas, observando cómo los guerreros espectrales se desvanecían en la niebla etérea. Ian no necesitaba órdenes; sabían que su trabajo estaba hecho.

Eldra se aproximó a Ian, "Eso fue más fácil de lo que esperaba," comentó con una sonrisa ligera, aunque su tono era pragmático.