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pasadizo

Después de un rato Ishtar entra a la casa, para darse un baño; cuando encuentra a Sandro tirado en el sofá mirando al techo, con gesto preocupado y perdido.

Ishtar – ¿Estas bien? –Sandro no responde, ni siquiera la escucha – ¡Sandro! ¿Qué tienes? –Sandro voltea, aun con la mirada perdida y el gesto desencajado; Ishtar va a sentarse junto a él, dándole un beso en la frente, con tono de voz más dulce y tranquilizadora, acaricia su cabello- Hola amor ¿qué te ocurre?

Sandro, sale de su letargo, sobresaltado – Hola –suspira- problemas en la oficina

Ish preocupada – ¿Qué clase de problemas?

Sandro – Estaba en casa de Pablo; cuando nos avisaron que balearon la puerta de las oficinas de TECNO-IUS

Ishtar asombrada y espantada, abre los ojos como plato y se cubre la boca con la mano; para luego acariciar el rostro de Sandro, pasando las manos por su cabello, cuello y hombros – ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Quién? ¿Qué fue lo que ocurrió?

Sandro – No podemos ir, fue una directa amenaza en contra de Pablo y de mí, por algún asunto que aún no sabemos. Dejaron un cartel con nuestros nombres y la amenaza, vaciaron el arma en el portón. Según el de la policía y Juan, no debemos ir por un largo rato a la oficina, para no estar en peligro ni poner a la gente que ahí trabaja en peligro.

Ish preocupada, lo abraza fuerte, mantiene la calma – Pero ustedes no llevan asuntos penales, y todos los asuntos que llevan son muy tranquilos

Sandro –Pues sí pero no son los únicos que pueden crear conflictos de intereses, como para querernos quitar de en medio

Ish toma aire profundamente, mientras cabila las ideas –No puedes ir a la oficina, pero tampoco puedes dejar de trabajar. Deben descubrir que asunto les está creando esto y dejarlo; necesitan armas y aprender a usarlas. También cambiar sus rutinas.

Sandro –Mis hijos…

Ish –Por ahora están bien con su madre, de vacaciones. Será un problema sí no se resuelve en los medios de comunicación o por lo legal; ya que lo podrá usar en tu contra.

Sandro – ¿y qué haré?

Ish –En el momento en que ocurra veremos. Por ahora preocuparnos por lo principal… ¡tu vida!

Sandro – Juan piensa que Casandra también podría ser una de las sospechosas. Un plan para quitarme la custodia de los niños

Ish –Podría, aunque es muy bajo. Pero por como dices que estuvo, no creo que fuera ella. Es un vandalismo mayor, de lo que hablamos

Sandro –Habrá patrullas cerca de la casa.

Ish con un semblante tranquilo y frio le dice –Ok. Mira si pasa algo –Lo levanta y camina hacia el fondo de la habitación, hasta donde está el enorme closet, mueve uno de los muebles que está en el lugar dejando paso a un hueco que muestra una escalera- esto se mueve y aquí encuentras una puerta, esto da hacia un pasadizo, todo un túnel que te lleva a un lugar muy lejos de aquí. Antes de terminar de bajar, debes cerrar la puerta.

Sandro – ¿Por qué tienes un pasadizo en casa?

Ish –porque soy precavida, paranoica. Porque llevo asuntos penales, por eso me alejé de la familia.

Sandro –creí que te alejaste por mí, por nuestra relación

Ish –ya me había alejado de ellos desde antes… aunque si he sido más, ehm… distante, bueno, no del todo –suspira y cambia el tema, mientras cierra la puerta del pasadizo- Vi a mi hermana y a una de mis primas prodigas… -Sandro se sorprende por la repentina confesión de Ish- estarán trabajando en ISHMAR

Sandro – ¡wow! Para no querer involucrar a tu familia, no es… -Ish le lanza una mirada recriminante- bueno, porque termino en eso ¿Qué ocurrió?

Ish –Con mi hermana ahora te cuento y con mi prima… no sé. No quiero hablar de ello, aun. Mañana, ¿te parece? –lo besa dulcemente

Sandro asiente con la cabeza –vamos a que te des un baño en lo que me cuentas

Ish frunce la nariz y con fingida molestia– ¿tan mal huelo?

Sandro ríe, y la besa –sí, ¡bastante! a sudor y a perro

AL OTRO DÍA

Ish sale del closet y ve a Sandro vestido y listo para salir, con preocupación le cuestiona – ¿a dónde vas?

Sandro con simple inocencia –a trabajar

Ish junta las cejas sorprendida – creí que no irías a la oficina

Sandro se excusa – a la oficina no, pero sí a las audiencias, a ver a los clientes

Ish comienza a interrogarlo – ¿Qué les dirás? Todos tendrán miles de preguntas y deberás calmarlos

Sandro –ya se me ocurrirá algo en el camino, o sí Pablo tiene algo pensado

Ish – ¿Cómo esta él?

Sandro – preocupado, debemos encontrar que asunto o cliente nos ha llevado a esto.

Ish – cuídense mucho, ¿ok? –Él asienta con la cabeza y le regala una sonrisa a medias– ¿quieres desayunar?

Sandro, sin muchas ganas responde – no da tiempo

Ish – ya está…

Sandro – ¿Qué es?

Ish –café, jugo, huevos duros, ¿quieres fruta?

Sandro – ¿de qué es el jugo?

Ish –de verduras, es acido, ¡pruébalo! Es rico.

Sandro suspira y con gesto de duda prueba el jugo, con mucha precaución, le da un pequeño sorbo, paladeándolo; Ish a la expectativa de la reacción de Sandro, lo observa esperando su conclusión. – sí, es un poco acido, pero sabe más a limón y perejil; esta bueno. No será mi favorito –se sienta para desayunar

Ish feliz le sirve el café – sí, pero es el jugo más saludable que encontraras. En verdad Sandro no se te ocurra hacer pie en TECNO-IUS; ¿ok?

Sandro –no, para nada. Mandare a los auxiliares a que ellos vayan por las cosas

Ish con una caricia en el hombro y brazo, le da un beso en la cabeza y se sienta a desayunar con él –Ok.

ISHMAR

Ish – Buen día, ¿ya llegó…?

Lola –Buen día, Astrid, está con Hannah, Lucio ahí viene, Josué se fue a audiencia temprano…

Ish – Gracias; ¡Lucio!

Lucio – que bueno que ya llegaste

Ish extrañada – ¿Qué ocurre?

Lucio – tu cliente mintió

Ish sorprendida – ¿Qué? –Lo jala al privado, cerrando la puerta- ¿de qué hablas?

Lucio –Vega nos mintió, hay un testigo que asegura que Vega llamo a Marco para verlo en la construcción; y otros hablan de que Vega había discutido con Marco amenazándolo; y las sospechas fundadas de que el accidente fue planeado

Ish suspira y se sienta cómoda en su silla – ¿hay pruebas contundentes?

Lucio – te estoy diciendo que nos mintió, y me preguntas sobre las pruebas

Ish – Lucio, parece que no entendiste… Vega es nuestro cliente, somos sus abogados, no el juez. Sí nos mintió o no, eso es problema que se trata en casa, dentro, no en público; ¿qué clase de abogados seríamos sí lo ventilamos siendo nuestro cliente? No sabes sí es verdad o no; no puedes estar seguro de que Vega nos haya mentido. Y al final, sí nos mintió nuestra obligación es defenderlo, porque para eso nos contrató.

Lucio – ¿pero y que clase de abogados seremos sí defendemos a alguien culpable?

Ish –no podemos ir por la vida pretendiendo solo defender inocentes; Lucio. Somos abogados para ejercer el derecho, poner en práctica las leyes y la justicia. Sí es culpable y hay pruebas de ello, tendrá que afrontar su delito, y nuestra obligación seguirá siendo defenderlo y buscarle el mejor trato o la menor sentencia. –Lucio inconforme y a punto de respingar, es silenciado por Ishtar– El defender culpables no te hace ser culpable, delincuente o mal abogado; solo te hace más abogado, porque para ello estudiaste, para ejercer el derecho y las leyes, y sí tu cliente tiene alguna culpa que se lo prueben, mientras tu buscaras probar su inocencia; hasta que se demuestre lo contrario. Y sí las pruebas dicen que es culpable, buscaras conseguirle la menor sentencia, o el mejor trato –le dice con tono firme, duro y exigente– Porque Lucio, para eso eres abogado; lo mismo ocurre en los asuntos penales, como en los mercantiles y laborales. ¿O qué? Esto te da cargo de conciencia pero el defender un patrón que corrió injustamente a un trabajador ¿no? O alguien que defraudo a otra persona pidiendo prestado sin querer pagarle o devolverle lo que le corresponde ¿eh? –Le dice retando– sí hay evidencia que se descubra de la culpabilidad, vas a luchar por la menor de las condenas o el mejor trato.

Lucio – creí que eras diferente; esto es vil.

Ishtar –tu no estas siendo objetivo; no estamos cometiendo ningún delito, no te estoy pidiendo mentir, ni desaparecer evidencia, o crear falsos artilugios. Solo que ejerzas tu profesión. Al final, él que miente, delinque y es juzgado será el cliente; no tú, ni yo, ni la firma.

Lucio – Es una postura muy cómoda

Ish –trabajo es trabajo; no somos jueces, sí quieres juzgar vete y presenta tu solicitud con los magistrados.

Lucio – ¿y sí se declara culpable?

Ish –No harás que mi cliente se declaré culpable; no a menos que me traigas evidencia contundente que tenga la contraria.

Lucio –sí pasa eso…

Ish –Si, llega a ocurrir eso y que vengan de fuentes licitas, entonces hablare con Vega de tus sospechas de las mentiras y entonces aclararemos esto. Mientras, no le levantaré falsos a mi cliente, con quien debe haber confianza.

Lucio – ¡Confianza, cuando él oculta cosas!

Ish –No es el primero ni el último que oculte cosas; ni que haya cometido imprudencias que parezcan incriminarlo; y en su caso tampoco sería el primer criminal. Mejor preocúpate, por nunca abrirle la puerta de esta firma a algún narco o sicario o algo peor. –Lucio abatido, hace una mueca inconforme, se prepara para salir. – ¿presentaste los recursos en los que trabajamos?

Lucio –sí descuida, aquí están los acuses –mostrándole las hojas selladas- te traeré las pruebas, que pides y espero que hagas algo o… -hace una pausa meditando sus palabras y posible amenaza

Ish –Lucio, no se te ocurra amenazar –le señala con el índice– solo cumple con tu trabajo. Sí no puedes con el cliente, háblalo con Josué para que asigne a alguien más.

Lucio – ¿Por qué no quieres llevar este asunto? No es porque no puedas, tú ¿sabías de la mentira? –Le interroga regresando hasta ella– por eso lo dejaste ¿verdad?

Ish con un gesto de sorpresa que pasa a la exasperación y molestia por las acusaciones de Lucio – ¡No! No Lucio, no tenía idea de todas esas historias de complot y asesinato que tienes en tu mente; como para que eso me empujara para dejar a Vega

Lucio –sí no es por eso, ¿qué te hizo dejarlo?

Ishtar suspira fastidiada –para evitar conflictos personales; Jarrett es un amigo y ex compañero de escuela, por esa situación decline la carpeta de mi cliente.

Lucio sorprendido y aliviado, con un nuevo brillo de curiosidad y morbo en la mirada, acompañado de celosía– solo por una amistad

Ishtar – cuando firmamos Vega y yo; no sabía que Jarrett trabajaba con él. Ahora sí no tienes algo más que decirme –señala la salida– podrías dejarme trabajar