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Damisela en peligro.

Ishtar, dice con tono dulce – Hola –Intentando olvidar la molesta discusión de la mañana y el que no le ha llamado en toda la tarde.-

Sandro – Hola Ish; ¿cómo es que te quedaras allá? Digo ¿todo bien? ¿Qué pasó? –Dice entre molesto, preocupado y exigente.-

Ishtar – Todo bien. Solo que mañana hay una reunión a las ocho de la mañana y el tener que salir muy temprano… -dice en queja.- me parece más conveniente quedarme aquí, por tiempo y dinero –Sandro no responde solo escucha, su respiración se percibe en el teléfono. – estoy en casa de unos amigos, cerca de la empresa.

Sandro – ¿Estás bien?

Ishtar – Si ¿porque?

Sandro – Creí que íbamos a hablar, cuando volvieras esta tarde. No me dijiste que te quedarías allá.

Ishtar – No tenía pensado ni planeado quedarme aquí, ni siquiera me traje tarjetas o más dinero, ropa, nada.

Sandro – ¿Entonces? ¿Cómo pasarás más tiempo allá?

Ishtar – Era tarde cuando salí de la reunión. Y el pensar en levantarme antes de las cinco, y a las siete y cincuenta estar en la empresa; y eso sin pensar que se atraviese algún percance en el camino que dilate el viaje. Ya arregle lo del dinero, abrí una tarjeta de súper, me harán transferencia.

Sandro – Pudiste avisarme antes, o preguntarme, podía haber ido por ti en el auto o llegar a cenar y quedarme contigo, llevarte dinero…

Ishtar – Sandro, no puedes pretender salvarme las 24 horas del día, como si fuera damisela en peligro. – Se queja.-

Sandro – ¿no te gustaría que estuviera allá? –Pregunta sorprendido y herido.-

Ishtar –Me encantaría –Inconscientemente sonríe y se muerde el labio.-

Sandro – ¿entonces? No creí que siguieras molesta por la discusión de la mañana; no pretendo tratarte como damisela en peligro, sé que eres autosuficiente, tú también me has salvado varias veces.

Ishtar, desconcertada y sin palabras, duda decir cualquier cosa que pueda dañar la relación. Estaba molesta y quería que él la llamara primero, pero jamás lo dejaría así sólo, por una diferencia que pueden arreglar. – Podemos hablar de ello después, en la cena, tal vez… ¿Puedes venir por mi mañana? –con voz suave, intentando convencerlo.-

Sandro – sí –suspira.- en la tarde

Ishtar – Cenamos, podemos ir a ver alguna película u obra de teatro o alguna otra cosa, algo fuera de la rutina.

Sandro – Me agrada la idea –con la voz más tranquila.-

Ishtar –Entonces… te veo acá. ¿Cómo están los niños?

Sandro –Preguntando por ti. –al fondo se escuchan las voces de los pequeños hijos de Sandro, que preguntan con quién habla y piden que lo comunique. – Te los comunico.

Ishtar – Ok.

Altaír – ¿Ish? Hola

Ishtar –Hola preciosa, ¿Cómo están?

Altaír – Bien, pero mi papá –se queja- no nos deja jugar con Duque y Conde –un par de perros, que encontró Ishtar abandonados en la calle de muy cachorros, sin haberlos podido dejar ahí, los adopto y cuido desde cuatro años a tras; Conde un tipo Golden retriver y Duque un tipo pitbull; que se aman como hermanos, siempre han estado juntos.– y tampoco quiere que veamos la televisión no nos deja ver la serie de supernatural –es una palabra compleja para sus seis casi siete años, y la dice de una forma tan grácil, que a Ishtar le encanta y adora como lo dice la pequeña.-

Ishtar –Ya, ya nena, déjalo en mis manos yo lo hablo con tu papi –se escucha de lejos la voz de Sandro que dice "no verán nada de eso". – haber que nos dice, no te prometo nada; ok.

Altaír – Si, gracias Ish. –Dice feliz.- ¿y dónde estás? ¿No vendrás a casa hoy?

Ishtar –No nenita, estoy fuera de la ciudad trabajando. –le explica.- Hasta mañana regreso en la noche.

Altaír –Entonces no te veré hasta el lunes en la tarde –Se queja, decepcionada. – no veras el bonito dibujo que hice en la escuela.

Ishtar –Me lo puedes enseñar luego.

Altaír –No, porque se lo daré a mamá – ¡auch!; cada que la menciona Ishtar no puede evitar sentir un dolor como golpe bajo.-

Ishtar –Que le tome una foto tu papi y me la envían por mensaje.

Altaír – mmm, está bien. Descansa Ish, te paso a mi hermano que está molestando y quiere hablar contigo.

Ishtar –Ok nena. Descansa y obedece a tu papá; besitos.

Altaír –Sí.

Etzel – Hola Ish

Ishtar – ¡Hola pequeño! –Con gran efusividad.-

Etzel –Te extraño, ¿porque no comiste con nosotros?

Ishtar –Ay pequeño, porque estoy trabajando aun.

Etzel – Que mal. Mi hermana me ha estado molestando y papi no me deja jugar con conde –habla a medias el pequeño pero se le traduce, a sus cuatro añitos es bastante listo.- yo si te hice un dibujo, cuando vengas te lo doy.

Ishtar – ¡oh que emoción!, ya lo quiero ver. Gracias pequeño. Y por hoy no podrás jugar con Conde y Duque, solo cuando yo este ¿entendido?

Etzel –Amm

Ishtar –Haz caso Etzel. –Le sentencia.-

Etzel –Está bien Ish. Te paso a papá.

Ishtar –Muy bien, descansa y pórtate bien, besos.

Etzel –Besos

Sandro –sí, muchos besos Ish

Ishtar – Ya los quiero, ¿Por qué no los dejaste ver la serie? –reclamando.-

Sandro –No, porque luego tienen pesadillas y no duermen bien; ya no deben de ver esas cosas Ish –la riñe.-

Ishtar –Ok, ok. Entonces hasta mañana, que descansen

Sandro –Buenas noches Ishtar, te quiero –le responde con suave y dulce tono.-

Ishtar – besos, te quiero –con la voz más dulce y seductora que puede.-

Sandro – bye –cuelga.-

Ishtar – Bye. –Observa el móvil y termina de beber la cerveza, para regresar con Jarrett, que está en una llamada.-

Se sienta Ishtar, observando todo mientras Jarrett la observa a ella, después de la llamada con Sandro, está mucho más tranquila, feliz y con un brillo en su mirada. Aunque no ha solucionado la discusión de la mañana con Sandro ya tendrá oportunidad para ello en la cena.