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Capítulo 38 - Voy a reemplazarte

Editor: Nyoi-Bo Studio

A medianoche, los sollozos de Su Qianci despertaron a Li Sicheng. Para él era fácil excitarse. Mientras ella lloraba, él abrió los ojos.

—¡Li Sicheng!

Sus cejas se fruncieron y la miró. Se había encogido hasta hacerse una bola, cogiendo la sábana entre las manos. Cubierta en sudor, sus ojos estaban bien cerrados y su respiración, muy acelerada.

—Yo no lo hice. Yo no...

"Yo no te drogué. Yo no inicié el fuego. Yo no asesiné al abuelo. Yo no...".

En el sueño de Su Qianci, Tang Mengying la empujaba mientras sujetaba la mano de Li Sicheng, riéndose satisfecha y gritando:

—¡Voy a reemplazarte y a casarme con él! ¡Su Qianci, quémate en el infierno!

Li Sicheng, al lado de Tang Mengying, decía con frialdad:

—Los perros y Su Qianci tienen prohibida la entrada.

Cada palabra era como una bala, penetrándola sin piedad. Dolía mucho, muchísimo. De pronto, estaba rodeada de agua.

—Ayuda. Ayúdame...

Su Qianci intentaba respirar, luchando con sus manos como si se estuviera hundiendo, tratando de agarrarse de algo, muy desesperada y triste.

Al verla moverse así, Li Sicheng estuvo a punto de despertarla. Cuando acercó su mano, Su Qianci la agarró de repente. Entonces, se sintió aliviada, como si hubiera estado entre la vida y la muerte. Li Sicheng estaba aturdido. Su Qianci estaba bañada en sudor. Cuando le tomó la mano, ella lo envolvió con sus brazos.

Li Sicheng frunció el ceño. Justo cuando pensó que ella lo estaba haciendo a propósito, oyó de repente que ella respiraba con normalidad.

Estaba profundamente dormida otra vez. Li Sicheng estaba avergonzado, tratando de quitársela de encima. Sin embargo, el abrazo inconsciente de Su Qianci era demasiado fuerte. Él la apartó y ella lo abrazó aún más fuerte.

—No fui yo…—susurró ella.

Li Sicheng dejó de moverse. Podía ver su mirada aterrorizada, como un ciervo frente a un cazador.

"Es cierto. No fuiste tú. No pudiste ser tú".

Por la mañana, Su Qianci sintió había dormido bien por primera vez en mucho tiempo. Estirando sus brazos, vio de repente a Li Sicheng volviendo del baño. Increíblemente atractivo, le habían salido unos círculos oscuros alrededor de sus ojos. Su Qianci se sintió algo incómoda al verlo. La noche anterior...

Sin embargo, Li Sicheng ni siquiera la miró antes de irse. Al verse ignorada, Su Qianci se sintió aliviada. Después de recoger, ella agarró su maleta y se fue.

Li Sicheng nunca se tomó en serio las palabras de sus padres, pero con su abuelo era obediente y respetuoso. Li Sicheng se quedó en su antigua casa durante los tres primeros días después de su matrimonio porque su abuelo se lo había pedido. Sin embargo, en su antigua vida, tres días después, se había mudado inmediatamente a su propia casa, lo que significó el principio de su separación.

Y hoy era el día en el que Li Sicheng se había mudado en su anterior vida. Como había esperado, el chofer de Li Sicheng, Yang, estaba esperando en la puerta. Después de despedirse, Su Qianci fue directo al coche. Su teléfono móvil sonó inmediatamente. Era un teléfono desconocido de Kingstown.

—¿Hola?

—Señora Li, le llamamos de la comisaría. Liu Anan ha estado quince horas detenida. La familia Tang está intentando sacarla de aquí. ¿Tiene usted algo que agregar?